Ash se lanzó sobre Greninja, abrazándolo de una forma necesitada. El Pokémon lo miró con una mezcla de sentimientos encontrados antes de corresponder al gesto. Ambos sintieron como sus corazones latieron al mismo ritmo, al igual que sus lágrimas al caer. Estaban sincronizados sin la necesidad de estar en una batalla. Por fin se habían reunido, después de tanto tiempo separados por la necesidad que Kalos tenía de un protector. Recién ahí, Ash comprendió y entendió cuanto había extrañado a su gran amigo. Cerca de ahí, Alain, Mairin y Bonnie observaban la escena, enternecidos. El chico se limitó a sonreír satisfecho, mientras las otras dos se enjugaban las lágrimas en conjunto.
― ¡Greninja, amigo! ―dijo el azabache con un hilo de voz.
Este le respondía con ligeras sonrisas y asentamientos.
― ¡Gracias por volver! ―gritó el chico, mientras volvía a llorar.
― ¡Ya basta, Ash! ―gritó Bonnie, en un intento por romper aquel ambiente―, si continúas así harás que la ciudad se inunde con nuestras lágrimas.
Ash se rio divertido por aquella frase y Greninja hizo exactamente lo mismo, mientras miraba al chico. Cuando entrenador y Pokémon cruzaron miradas, volvieron a abrazarse, pero, esta vez, ya no lloraban, sino que reían de gusto. De cierta forma, estar uno junto al otro los llenaba de fuerza. No podía negar que ahora se sentían invencibles.
―Greninja no fue el único que volvió ―dijo Alain, sin dejar de sonreír―. Bonnie, hay alguien que te quiere saludar.
La rubia lo miró extrañada, hasta que vio a una pequeña forma verdosa posarse en el hombro del chico. Bonnie enmudeció durante algunos segundos, mientras observaba aquel solitario ojo que la criatura poseía. Avanzó un paso hacia adelante y sintió nuevas lágrimas salir de sus ojos. Avanzó otro paso más y creyó ver en aquella criatura una sutil sonrisa. Avanzó nuevamente, y los sonidos a su alrededor desaparecieron para ser reemplazados únicamente con la canción que alguna vez ella inventó para él. Entonces, la criatura se ocultó algunos centímetros en el hombro de Alain y la chica se sobresaltó: Puni – chan la estaba probando.
―Puni Puni yawarakakute... ―comenzó a cantar tan suavemente que apenas se oía―, Puni Puni midori-iro de. Puni Puni poshetto no naka ga oki ni iri ne Puni-chan.
La canción se perdió en el viento que corría aquella tarde y en las alas de algunos Pokémon voladores que por allí pasaron, en el momento justo. Z1 o Puni – chan (Para sus amigos), comenzó a asomarse cada vez más en dirección a la rubia que lloraba y cantaba como si no hubiera mañana. Entonces, se sintió completamente feliz, porque esa canción le entibió el corazón.
―Atashi to anata no hoppeta wo surisuri. Shita nara mou tomodachi, ¡Itsu datte issho da yo! ¡Anata no koto mamotte ageru!
Bonnie dejó de cantar cuando sintió a Puni – chan entre sus brazos. Cálido, suave y blandito... Puni – chan seguía siendo el mismo de siempre y al parecer, ella también. Por eso Puni – chan la estaba probando. La rubia lo abrazó con fuerza y lloró hasta que sus ojos le dolieron. Por su parte, el ser verde le acarició las mejillas como pudo y le sonrió para intentar decirle que todo estaba bien. Junto a ellos, Mairin no dejó de llorar al igual que Ash, y Alain sintió un nudo profundo en la garganta.
Aquella tarde sería recordada por haber sido la más sentimental de todas.
― ¡Puni – chan! ―exclamó Bonnie, en medio de sollozos― ¡No sabes cuánto te extrañé!
―Yo también te extrañé, Bonnie ―dijo Puni – chan, a través de la telepatía.
―Si estás aquí, ¿Es porque va a pasar algo malo? ―preguntó Ash con toda la sinceridad del mundo, sin percatarse del ligero respingo que dieron Alain y el ser verde al unísono.
―Recuerda que yo lo veo todo, Ash ―continuó Puni -chan―. Eso quiere decir, que sé sobre tu batalla con el actual campeón. Sé también que él es un hombre malvado que maltrata a Pokémon y humanos por igual. No es como ustedes.
― ¿Nosotros? ―preguntó ahora Mairin.
―Así es. Jamás olvidaré cuando me ayudaron a detener la crisis de Lumiose. Jamás podré borrar de mi mente el esfuerzo y las ganas de luchar que tuvieron aquella noche. Ustedes cuatro y los demás que ayudaron esa vez, siempre contarán con mi ayuda, mi respeto y mi admiración.
Los cuatro chicos sonrieron agradecidos ante aquellas palabras. Jamás pensaron que el protector de Kalos los tuviera en consideración.
― ¿Vendrás a casa conmigo? ―preguntó Bonnie.
―No podré ―respondió Puni - chan―. Es mejor que nos veamos aquí, porque...es mejor. Y también sería bueno que Greninja esté aquí también. Nosotros seguimos vigilando Kalos, por lo que necesitamos entrar y salir, y este laboratorio nos da esa libertad.
― ¡Entonces no hay problema! ―exclamó la rubia―. Alain, ¿Puedo venir aquí todos los días? Prometo ayudarte con los Pokémon y...
―Claro que puedes venir. Después de todo, hay que ayudarle a Ash, contando con que este es el único lugar, en todo Lumiose, donde Kalm no se atrevería a entrar.
― ¡Si, este será nuestro cuartel "Anti – Kalm"!
Bonnie estaba realmente emocionada. Puni – chan rio junto con ella al igual que Greninja. Alain y Mairin se miraron felices, y Ash tosió seco captar la atención de todos.
―Sé que todos están felices, al igual que yo. ¡Pero mi batalla es en seis días! ―gritó el azabache, con la ansiedad corriendo por sus venas.
―Cálmate, por favor ―pidió Bonnie, sonriendo.
―En ese caso, empecemos por limpiar ese lugar ―dijo Mairin, apuntando a una gran ventana que daba luz a una pequeña habitación―. Por lo que sé, los cuarteles son eso, una habitación, ¿No?
― ¡Esto se pone cada vez mejor! ―exclamó la rubia, antes de correr hacia el lugar con Puni – chan sobre su cabeza.
Los demás ahí reunidos, no tuvieron más opción que hacerle caso y comenzar a limpiar la habitación. Esta contenía variadas cajas con archivos sobre Mega – evolución, pertenecientes al profesor Sycamore (Menos mal que este seguía de viaje). Mairin y Bonnie se dedicaron a limpiar ventanas y paredes, mientras Ash y Alain dejaban las cajas en el ático del laboratorio. A ellos se les unió Greninja y Charizard, que hicieron el trabajo más fácil. Desde una silla en el patio, Puni – chan los observaba con una pequeña sonrisa, mientras tomaba el poco sol que quedaba antes de la llegada de la noche.
Una vez finalizada la limpieza, los cuatro descansaron en la habitación. Esta contenía un gran librero, un escritorio, una pizarra y diario mural, y algunos sillones puff de variados colores. La ventana abierta y el suave movimiento de las blancas cortinas, les dieron a los jóvenes la sensación de relajo. El reloj de pared con forma de Charmander indicaba las 20 horas.
―Esta será mi nueva oficina ―dijo el pelinegro, mientras observaba el lugar―. Creo que con ese camuflaje bastará.
―Empezaremos con el entrenamiento mañana ―dijo Ash, tan animado como Greninja.
―Pero antes, necesitamos relajarnos un poco ―dijo Bonnie, antes de salir de la habitación.
Minutos después, llegó con una gran fotografía que pegó en el diario mural. Esta mostraba el rostro y la sonrisa cínica de Kalm. Los demás la miraron sin comprender qué estaba tramando la rubia hasta que observaron sus manos: En ellas había una caja de dardos largos y rojos.
―Juguemos a darle a Kalm en la cara ―dijo la chica sonriendo.
― ¿No crees que es un poco peligroso? ―dijo Ash, poniéndose de pie ―. Está bien con que sea malo y todo, pero ¿Lanzarle dardos a una fotografía suya?
― ¿Es enserio? ―preguntó Alain, poniéndose de pie y tomando un dardo―. Suficiente daño le ha hecho a bastante gente, además, esto será como rayar el océano, así que anímate ―dijo, lanzando el dardo justo en la punta de la nariz de Kalm―. Le invitaré un helado triple a aquel que le dé justo en medio de los ojos.
Aquella motivación bastó para que Ash comenzara a lanzar dardos como loco. Las chicas también lo hicieron, y al final de cada lanzamiento, siempre se burlaban de la mala puntería de algunos. En fin, nadie se ganó el helado. Puni – chan, se limitó a observar aquello tranquilamente. Pensó en lo cambiados que estaban esos cuatro chicos. Mairin se había vuelto menos torpe y menos tímida. Alain se había vuelto alguien feliz que demostraba lo que sentía, como si jamás en su vida se hubiese encontrado con Lysson. Bonnie había madurado increíblemente, poniéndose a disposición de quien necesitara su ayuda, y Ash, él había aprendido a reconocer los sentimientos que los demás poseían. Le ponía inmensamente feliz en las grandes personas que se habían vuelto.
Finalmente, todos los allí reunidos terminaron cenando en su pequeño cuartel. Al día siguiente empezaría el entrenamiento especial y la búsqueda de una buena estrategia que echara por tierra el teatro que Kalm solía montar en sus enfrentamientos.
― ¿Así que todo aquel que esté en contra de Kalm y su régimen podrá entrar aquí? ―preguntó Puni - chan―. Eso suena muy bien.
―Así estaremos todos juntos y entrenaremos para hacernos cada vez más fuertes ―dijo Ash decidido.
Las horas pasaron, y a pesar de haber llegado pasada la media noche a casa, Ash y Bonnie se sintieron felices, dichosos. Muy pronto su pequeño cuartel crecería con aquellos amigos que todavía no llegaban.
Al día siguiente, la rubia y el azabache llegaron bastante temprano al cuartel, pero esta vez no venían solos: Pikachu y Dedenne iban con ellos. Al llegar al laboratorio, pudieron ver a Greninja y a Puni – chan tomando el sol junto a Mairin. Alain leía sus antiguos reportes de peleas bajo una refrescante sombra.
― ¡Alola a todo el mundo! ―gritó Ash, llamando la atención de los presentes.
―Vaya, ¿Ese es el "Bonjour" que se usa allá? ―preguntó Mairin sin abrir sus ojos. Estaba en posición de yoga, bastante concentrada.
―Así es. Todos nos saludos de esa forma allá. Deberías ir y relajarte un poco, o podrías decirle a Alain que te lleve ―. Lo último lo dejo con burla.
―Tal vez algún día ―habló el pelinegro, perdido en sus notas―, además... ¡Mairin, sale de ahí o te dará una insolación!
― ¡Qué amargado! ―dijo ella, retirándose del lugar soleado.
Minutos más tarde, Ash se encontraba en uno de los extremos del campo de entrenamiento improvisado que hicieron. Del otro lado estaba Bonnie, que estiraba sus piernas, lista para empezar la batalla. Mairin estaba justo en medio, bajo la sombra de un gran árbol, asumiendo su papel como juez del encuentro, y Alain junto a Puni – chan estaban sentados en el ventanal de su cuartel, dispuestos a observar la batalla.
―Muy bien, esta batalla será de uno contra uno ―dijo Mairin, con un lápiz de sus manos, simulando un micrófono― y esta terminará cuando se cumplan los minutos correspondientes. La idea de esto es ver qué tan fuertes son para empezar a trabajar en sus fortalezas y debilidades, no para matarse.
―No hay problema ―dijo Ash, rascando su nariz―. ¡Greninja, adelante!
De un salto, el Pokémon apareció en el campo de batalla, mostrándose completamente. Lucía realmente fuerte y su piel azulada parecía brillar bajo los rayos del sol.
―Creo que iremos enserio desde el principio ¿No? ―preguntó la chica.
―Quiero probar qué tan fuerte se ha vuelto Greninja. Además, Pikachu no deja de dormir y encontró en Dedenne una cómoda almohada.
Todos dirigieron su atención hacia los Pokémon dormidos en el suelo junto a la ventana del cuartel. Parecían estar soñando con algo interesante, ya que no dejaban de moverse. Entonces, Alain vertió su vaso de agua helada sobre ellos. Aquello dio resultado, ya que los dos ratones eléctricos despertaron de golpe, dispuestos a electrocutar al causante de aquello, pero se detuvieron al ver la siniestra mirada del pelinegro.
―Y vendrá más agua de donde vino esta ―dijo de forma amanzánate, pero burlona a la vez.
―Bien, entonces me toca ―dijo Bonnie, tomando una de sus Pokebolas, mientras la apretaba con fuerza―. ¡Tyrantrum, a escena!
El Pokémon dinosaurio ocupó gran parte del campo y rugió tan fuerte que hizo volar los papeles que Alain revisaba. Por su parte, Ash miró al compañero de Bonnie muy impresionado y algo nostálgico, ya que por aquellos años la rubia, cuando viajaban juntos, vestía un pijama idéntico al Pokémon.
― ¡Increíble! ―exclamó el azabache, completamente emocionado.
―Muchas gracias ―sonrió la rubia, con el corazón latiéndole rápidamente.
Aquella fue la señal para que Mairin diera por iniciada la batalla y que todos pusieran su completa atención en la disputa.
―Entonces, ¡Que inicie la batalla!
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Hola a todos. Aquí les dejo el capítulo 12 de este fic. ¿Por qué actualicé hoy? Tenía bastante tiempo libre y lo hice. Por eso, desde ahora las actualizaciones cambiarán un poco. Los días fijos seguirán siendo los lunes, pero, dependiendo del tiempo que tenga, los sorprenderé con nuevas actualizaciones en cualquier día de la semana, como en este caso. Además, quería comenzar el día lunes con el entrenamiento especial y luego la gran batalla de Ash contra Kalm. Veré si puedo hacer lo mismo con OPEN ARMS. También consideré este capítulo como el viejo y confiable "Relleno" xD
Me gustaría saber qué cosas les gustaría que dejara en su idioma original. (Por eso Puni - chan y la canción de Bonnie las puse en su idioma original) Eso me ayudaría bastante. Y también, si tienen preguntas, dudas o quieren alguna aclaración sobre el fic, pueden hacerla.
En cuanto a BAJO MI LENTE, estoy un poquitín desanimada, debido a que la gran cantidad de personajes les dificultó a muchos la lectura. Me gustaría que me dieran ideas que pudieran ayudar a esa historia. De verdad se los agradecería mucho.
Si les gustó este capítulo, no olviden votar, comentar y recomendar este fic con todos sus amigos, así como los demás fic's de Pokémon.
Nos leemos el lunes.
Sayonara :D