Azul
Sentía que algo tiraba de mi, no era algo físico exactamente. Era un ruido, uno muy molesto. Me moví de un lado al otro de mi cama y me tape la cabeza con la almohada, pero ese ruido seguía molestándome. Lo odio. Volví a removerme entre mis sabanas y intente dormir sin que ese ruido acabara con mi hermoso sueño.
No se por qué razón, pero mi cuerpo automáticamente se despertó. No estaba segura de que hora era así que intente despertarme por completo, me frote los ojos y me senté en la cama. Mire a un lado y al otro de mi habitación, había mucha luz solar algo no cuadraba normalmente cuando despierto el sol esta saliendo así que no suele haber tanta luz. Mire mi reloj electrónico que se encontraba al lado de mi cama. Mierda. Son las 7:50, voy a llegar tarde. Muy tarde.
Me levante de un salto y corrí hacia el baño.
¿Por que el abuelo no me ha despertado? Voy a morir, hoy me toca hacer una pequeña presentación en clase y si no me doy prisa me pondrán un cero.
Cuando conseguí estar lo mas decente posible en un tiempo récord baje corriendo con el violín colgado a la espalda. Fui a la cocina, y ahí estaba el abuelo desayunando tranquilamente. Le mire reprochando con la mirada el echo de que estuviera tan relajado sin una pizca de remordimiento por no haberme despertado.
— Bueno días— salude, pero no me respondió. Estaba enfadado, lo estaba des de ayer.
El motivo por el que mi abuelo estaba enfadado era porque ayer había llegado tarde a casa. Después de que Cameron me dejara ahí parada y totalmente atónita, yo había perdido la esperanza de poder preguntarle si podrían actuar el miércoles. Por suerte, no todo había estado perdido. El echo es que había encontrado a otro miembro de la banda de Cameron, se llamaba Thomas. Cuando hable con él no estaba segura de que hacer, pero en cuanto el me dijo que el era el líder de la banda me quede un poco sorprendida. Yo pensaba que el "gran Cameron" era el líder, pero resulta que no era así y eso me alegraba. No puedo decir la razón, pero me había gustado saber que Thomas, un chico bastante guapo y majo, era el líder. Cuando le conté que necesitábamos su ayuda al principio él no lo entendió muy bien, así que le explique todo el asunto de Lucia y para qué necesitábamos el dinero. Thomas me escucho y cuando acabe de contárselo estuvo callado durante un tiempo, pensé que no iba aceptar. Pero en cuanto me dijo que lo harían y me dedico esa sonrisa que me había dejado un poco tonta, me puse muy feliz. Podría conseguir el dinero que Lucia necesitaba.
Todo había ido muy bien con Thomas, pero lo malo es que a mi se me había pasado completamente la hora. Para cuando me di cuenta ya eran las doce de la noche, me había ido corriendo a casa y cuando llegue me encontré a mi abuelo sentado en el sofá de la sala esperándome. Me disculpe, pero él no dijo dicho nada, lo único que hizo fue levantarse e irse a dormir.
— Siento haber llegado tarde anoche — me disculpe —es que tenia que ensayar unas partituras con las chicas — mentí.
No recibí ninguna respuesta por parte de mi abuelo. Ahora mismo no tengo mucho tiempo para seguir pidiendo perdón, ya lo haré cuando vuelva de la academia.
— Adiós, abu —dije acercándome a él y depositando un beso en su mejilla.
Corrí lo más rápido que pude hacia la estación del autobús.
— Por favor, ven rápido— pedí al autobús que aun no llegaba. Mire la hora en el móvil 8:10. Por favor. No estoy segura de si el autobús escucho mis suplicas, pero en menos de tres minutos llego. Subí, pique mi viaje y comencé a adentrarme en el autobús. Como era la hora en la que estudiantes y trabajadores se dirigían a los lugares que tenían que ir, el autobús estaba lleno.
— ¡Ay!— escuche la queja de una señora, la había golpeado con el estuche del violín.
— Oh, lo siento— me disculpe. Pero cuando me gire para disculparme golpe a otro señor que se encontraba a mi lado. Mierda, hoy no es mi día.
Cuando llegamos a mi parada cogí aire y comencé a caminar hacia la salida, lo malo es que iba golpeando a toda persona que se encontraba en mi camino.
— Lo siento, lo siento. ¡Uy! Lo siento —me iba disculpando hasta que por fin conseguí salir de ese maldito bicho con ruedas.
Por suerte la parada estaba justo al frente de la universidad , así que ahora solo tenia que correr hasta llegar a la otra punta del campus donde se encontraba el edificio de música clásica.
— Animo Azul!— me anime a mi misma— Por favor, esperad por mi que ya llego.
Entre a mi clase con la cabeza baja, eran las 8:30. El profe me iba a castigar y seguro que no me dejaría entrar en clase.
— Oh! Azul— dijo —Ven es tu turno.
— ¿Eh?— dije. ¿No me va a castigar?
— Vamos, piensas quedarte ahí de pie— dijo. Amo a este profesor. —Si sigues ahí de pie y no vienes ahora mismo te dejare fuera y te pondré un cero de la prueba.
— No, no ya voy—dije mientras corría hacia el frente de la clase y sacaba el violín de su estuche.— Esta es una pieza que estuve ensayando últimamente, espero que les guste.
Dicho eso me posicione y comencé a tocar. Todos estaban en silencio, no podría decir si realmente me estaban prestando atención o no, porque yo no podía verlos. En cuanto me ponía a tocar todo desaparecía mi alrededor.
— Muy bien — me felicito el profesor Juan— aun te falta mejorar alguna notas y tocarlas con más firmeza, pero se nota que has estado trabajando arduamente.
Asentí y comencé a encaminarme a mi asiento.
— ¿Qué les ha parecido a ustedes, chicos?— pregunto Juan a los alumnos.
Algunos dijeron que había sido agradable y otros que aun me faltaba practicar más. Intentaba no enfadarme hacia esas ultimas criticas porque todo buen músico a de saber aceptar las criticas. Cuando me senté y mire al profesor, vi que este se había centrado en un alumno en concreto, uno que estaba sentado en la otra punta. Parecía estar durmiendo, tenia la cabeza apoyada en la mesa.
— Señor Dallas. ¿Qué le ha parecido a usted?— Dijo el profesor.
¿Dallas?
— Cameron...Cameron, despierta— le decía la chica que estaba sentada a su lado mientras lo zarandeaba levemente.
¡Era Cameron! ¿Qué hacia este chico aquí? Vale, esta clase era optativa, pero porque no lo había visto antes.
Cameron levanto la cabeza, se acomodo en la silla y se froto los ojos.
— ¿Ha dormido usted bien, señor Cameron?— pregunto el profesor.
— Sí, he dormido realmente bien — contesto el sinvergüenza de Cameron. Miraba al profesor seriamente. ¿Acaso estaba retándolo? No, eso no puede ser posible.
— Intente no volver a dormir en clase— dijo el profesor— Se ha perdido la presentación de la señorita Azul— dijo señalándome.
No, no me señale. Mierda. Cameron miro en mi dirección, le dedique una leve sonrisa. No se ni por qué lo he echo. Pero este no hizo nada, solo me miro sin trasmitir ningún tipo de reacción.
— Creo que no me he perdido nada interesante — dijo Cameron. Será.... Voy a matar a ese chico. ¿Qué ha querido decir con eso? ¿Me esta menospreciando? Iba a sacarle la lengua, si un acto muy infantil de mi parte, pero él ya no estaba mirándome. ¿Era yo tan insignificante para él?
¿Acaso eso me importa? Bueno, tengo mi orgullo y ese comentario acaba de herirlo. Ojalá te caiga un rayo encima,Cameron.
— ¿Entonces BandBlue tocara el miércoles? —me preguntó Lina.
— Lo hará— dije mientras daba una bocado a mi bocadillo.
— Eso es increíble. ¿Cómo conseguiste convencer a Cameron?—pregunto Sofia.
— No se lo he preguntado a él— ese chico es un idiota, pensé— se lo dije a Thomas. ¿Sabíais que él es el líder y no el estúpido de Cameron?
— ¿De verdad?
—Sí— dije comiendo mi ultimo trozo de bocadillo. — Bueno chicas me voy a la biblioteca, ayer no pude hacer el trabajo de historia musical.
—Eres un irresponsable— dijo Lina.
— No tienes derecho a decirme eso, superdotada.— le dije, y era verdad. Lina era muy inteligente.— Tu no tienes que esforzarte tanto como yo.
No es que yo fuera tonta ni mucho menos, era una buena estudiante. Pero a diferencia de Lina yo tenia que estudiar mucho más que ella.
— Chicas, me voy.— me despedí— nos vemos después en clase.
¡Ay! Maldito trabajo de historia. Entre en la biblioteca y me fui hacia las mesas que estaban en el fondo. Me senté delante de un chico que parecía estar dormido.
— Que listo, puede descansar tranquilamente.— dije para mi misma. Debería hacerlo un día que este muy cansada es un buen lugar, pensé.
Ya me estaba muriendo de sueño. Saque mi libro, las hojas en blanco y mi estuche.
—Vamos, es hora de trabajar.
Me puse hacer el trabajo, no era tan difícil. Este tema lo había leído muchas veces así que podría resumirlo con facilidad. Cuando ya estaba apunto de acabar una chica apareció de la nada y se para al lado del chico que aun seguía durmiendo. ¿Qué es lo que quería?
La mire y sonreía mientras miraba la cabeza del chico. ¿Seria su novia? Hum, puede ser. Seguí escribiendo cuando por el rabillo del ojo vi como la chica dejaba una pequeña caja de chocolates con una pequeña nota. Sí, seguro que era su novia.
Entonces el chico levanto la cabeza y pude verlo. ¡Era el idiota, cara ratón de Cameron! Estaba totalmente sorprendida, pero no era la única. La chica que aun estaba a su lado estaba roja.
—Yo... te he comprado unos bombones, espero que te gusten— dijo y se fue.
Waaaa! Todas estas chicas estaban totalmente locas. ¿Cómo pueden fijarse en el cara mono de Cameron? Si, el chico se parece a todos los animales de este planeta, menos a los que son bonitos y cariñosos.
Vi como Camerón miraba la caja de chocolates y lo apartaba. Totalmente confirmado, es un maldito estúpido. Yo seguía mirándolo, pero entonces el se fijo en mi. ¿Por que siempre me encuentro con él en este tipo de situaciones, de amores no correspondidos? Me sentía incomoda, mire de un lado al otro intentando evitar su asquerosa mirada fría, era intimidante. Entonces se levanto y comenzó a dirigirse hacia la puerta de salida de la biblioteca. ¡Uf!
Entonces me fije en la cajita de bombones que aun se encontraba en la mesa. ¿Como podía tener tan poco corazón? La chica parecía haberlo comprado con mucho cariño.
Cogí la caja y fui corriendo detrás de Cameron. Lo encontré ya fuera de la biblioteca.
— ¡Hey!— lo llame —¡Tu! Espera.
Él se giro y me miró, como si fuera algún tipo de insecto que ves por la calle y no das importancia. Cabron.
— ¿No piensas llevarte esto?— pregunte. Él me miro y luego miro la cajita que le estaba entregando.
— Puedes comértelo— dijo y se giro para irse.
—¡Hey!— volví ha llamarlo— ¿Cómo puedes ser tan insensible?— pregunté situándome ahora delante de él.
— ¿Perdona?— dijo de manera intimidante.
— ¿Sabes con cuanto cuidado habrá escogido exactamente estos bombones?
— ¿Y tu lo sabes?— me respondió con otra pregunta.
— Mmm..no, no. Pero podrías por lo menos aceptarlo.
— No quiero.
— Cógelo— le ordene. Me estaba cansando de ese cara elefante, como se atreve a tratar de esa manera a las mujeres.
— No.
— ¡Cógelo!
— No los quiero— dijo empujándolos, haciendo que cayeran de mis manos. Este acto hizo que la gente que caminaba por nuestro alrededor se detuviese a mirar lo que estaba pasando.
— Oh, pobrecita. Seguro que también la ha rechazado— oí que decía una chica.
¿Qué? ¿Yo,rechazada por este cavernícola,cara mono? ¿Estarían pensando todos lo mismo? Mire las caras de los que se interesaban por lo que había pasado, y sí podía ver en sus caras que me miraba con pena.
— ¡Aix!— se quejo Cameron— Sabes muy bien como quedar en ridículo. ¿Verdad?
Dijo eso y se fue.
— Muérete— dije,pero claramente el no me había oído— ¡Aix! Que vergüenza— susurre yéndome de la escena del crimen.
Ahora todos estos pensaran que me he rebajado al nivel de rogarle para aceptara mi declaración. ¡Ah! Maldito Cameron!!!
Lo tenia totalmente claro, odiaba a ese chico.