Azul
Llegue a casa después de una tarde extremadamente larga. Primero el trabajo en grupo que no parecía tener fin, lo segundo que la directora de la orquesta me pidiera recoger los uniformes, tercero mi lucha contra la maleta y por ultimo el bus.
— Abuelo, ya llegue —dije mientras me quitaba los zapatos en la entrada para ponerme las sandalias.
Mi abuelo era un maniaco de la limpieza y no soportaba que ensuciara el suelo con mis zapatos de la calle. <<Sabes la cantidad de basura, bacterias y otras mierdas que puede haber en la calle — me había dicho —sin hablar de los chicles y las meadas de los perros>> Mi abuelo tenia un lenguaje tan fino cuando se enfadaba.
— ¡Quítate los zapatos! —grito des de donde estuviese.
— Ya lo he hecho —conteste ahora cargando la pequeña maleta que había llevado para poder transportar los uniformes. Maldita sea, esta maleta pesaba mucho. Pero no podía arrastrarlo por el impecable suelo de la inmaculada casa. No si no quería pasarme el día siguiente haciendo una limpieza a fondo.
Cuando por fin había logrado dejar la maleta en mi habitación y me había sentado cómodamente en el sofá al lado de mi abuelo, puede descansar.
— ¿Cómo fue el ensayo? —pregunto aun atento a los noticias de la televisión. Lo mire y sonreí, aunque fuera una persona que suele ser distante se preocupaba por mi.
— Fue realmente bien, mis practicas personales con el violín han servido de mucho.
— Te dije que no te obligaba porque si. Tu abuelo siempre tiene razón. ¿Y que tal el trabajo?
— Se que lo haces por mi bien. Y, sobre el trabajo. Fue bastante agotador. —dije conteniendo un suspiro.
El abuelo amaba la música clásica, des de que yo fui a parar a su casa me enseño todo lo que sabia y así también creció mi amor por la música. No me gustaba solo la clásica, a mi me encanta cualquier tipo de música que pueda transmitirme cosas, sentimientos. Pero el abuelo odia cualquier otro tipo de genero musical,para él el pop y todos los demás son un insulto para aquello a lo que llamamos música. Para el abuelo música clásica es la verdadera música, él era un director de orquesta muy conocido. De ahí provenía la fortuna de la familia, de los conciertos y de las muchas canciones que había compuesto. Aun pertenecía a algún tipo de asocian encargada de elegir las mejores canciones para los conciertos a los que asistían personas muy importantes, aparte de eso también es muy activo en mi universidad.
En la universidad de arte hay diferentes departamentos. Yo estoy en el departamento de música clásica. Pero aparte de mi departamento también esta el departamento de arte escénicas y danza, y por ultimo el departamento de música general.
— ¿Has comido? —Pregunto mi abuelo.
— No — conteste — se me había olvidado.
Me levante del sofá y fui hacia a la cocina a prepararme un sándwich. Cuando fui al salón ya no encontré a mi abuelo, seguro que ya se había ido a dormir. Es de las personas más calladas que conozco, la muerte de mamá lo había dejado muy mal. Pero no solo a él.
Encendí la televisión e hice zapping, no había nada interesante. Mañana entraría temprano a la universidad así que debía ir a dormir pronto si no quería dormirme por las calles o aun peor, en clase de historia. No podía crearme mala fama, solo habían pasado dos meses des de que comenzamos las clases.
Cuando acabe de comer, lleve el plato a la cocina y la lave. Al acabar pase por la sala y fui hacia las escaleras. Cuando pase por la habitación de mi abuelo acerqué mi oreja a su puerta y no se oía nada; esta dormido, pense. Me fui a la mía que estaba en la otra punta y entre intentando no hacer ruido. Cuando entre lo primero que hice fue meterme a la ducha. Estaba reventada.
En cuanto acabe de prepararme para ir a dormir me mire al espejo.
— Que fea estas —dije mirando mi cara cansada. De mi cabello castaño aun caían pequeñas gotas de agua, tenia el flequillo pegado en la frente. Y no puedo no nombrar las ojeras horribles que se dejaban observar bajo mis ojos. Horrible, debo recuperar mis horas de sueño.
Me fui a la cama y me puse los auriculares de mi ipod, apague las luces y me puse en la sección de alarma> temporizador de reposo> 60min. Dormía con música, me ayudaba a dormirme con más facilidad.
No se si me dormí antes de que se apagara el ipod, pero ahora lo único que podía escuchar era el sonido de mi alarma.
— ¡Azul, despierta! —oí gritar a mi abuelo, desde el otro lado de la puerta. Duerme temprano y despierta del mismo modo.
Abrí los ojos lentamente y me fui incorporando a velocidad tortuga. Pase mi mano por mi cara y bostece. Soy toda una dama hermosa cuando despierto, nótese mi sarcasmo.
Me di una ducha rápida, solo para despertarme. Cuando ya estuve lista agarre mi mochila con los libros de historia de la música y las partituras.
— Buenos días —dije depositando un beso en la mejilla de mi abuelo que estaba sentado en la mesa desayunando.
— Buenos días pequeña — contesto. Hoy ha amanecido de buen humor, pensé. Y me senté.
— ¿Como fue ayer el concierto?— pregunte, ayer no había tenido la oportunidad de preguntárselo.
— Bastante bien, vinieron algunos políticos. Me pidieron que me encargará de la preparación para el concierto de navidad.
— Eso es increíble —dije mientras me tomaba la leche. — Ese concierto es visto por un millón de personas y ademas el presidente también asiste.
— Lo se.
— ¿No estas contento? También saldrás en la tele, es todo un evento.
— Claro que lo estoy. ¿No notas mi felicidad?— lo mire de reojo y negué con la cabeza. Intente no reirme cuando forzó una sonrisa falsa.
Y así acabo nuestra pequeña conversación matutina, hasta que termine mi desayuno. Me despedí de mi abuelo, agarre mi mochila que había dejado en el sofá negro de la sala y salí. Tenia que darme prisa si no quería perder el autobús.
Se que es un poco raro que teniendo la cantidad de dinero que tiene mi abuelo yo tenga que ir en autobús al instituto. ¿Verdad? Pues realmente no lo se. Ese dinero es de mi abuelo,no mío. El me educo diciéndome que iba ayudarme en todo lo que fuera posible, pero que yo tenia que aprender a valerme por mi misma. Realmente a mi gusta poder decir que el dinero que tengo no es el que me da alguien que se lo ha ganado con su propio esfuerzo, puedo decir que el dinero que tengo lo gano yo trabajando. Tutorías, pequeñas presentaciones en algún restaurante, cosas pequeñas.
En la parada del autobús estaba Lina. Lina es mi mejor amiga, una chica con rasgos asiáticos a la que quiero y respeto mucho. Hemos crecido casi juntas, es una de las pocas personas que cae bien a mi abuelo. Al igual que yo Lina estudia música clásica.
— ¡Lina! —la llame mientras me acercaba a ella.
— Por fin llegas, pensé que perderíamos el autobús. — comenta cuando me para a su lado.
— Lo siento — me disculpe y sonreí — ¿preparada para el examen?
— Odio los exámenes de revisión. ¿Para que lo hacen? Si no aprendiera no iría a la universidad, así que para qué quieren hacerme exámenes. Los odio.
— Pero si a ti te va muy bien con el piano.
— No me refiero a eso, subnormal. — me insulta — odio todo lo que tenga algún tipo de relación con la palabra "examen" — dice haciendo comillas con los dedos.
— ¿Me has llamado subnormal, anormal?
— ¿Me has llamado anormal?— dice ahora mirándome sorprendida.
— Uhum —respondo sonriendo ampliamente.
— Si no fueras mi amiga, ahora mismo estarías arrastrándote entre las ruedas de este autobús — dice mientras subimos al autobús que había llegado en nuestra extraña y tonta discusión.
— Que mente más psicópata tienes. —respondo en tono burlón.
Lina gira la cabeza de manera que yo pueda verla y me sonríe de la manera más terrorífica que lo podría haber echo. Si que daba miedo la cabrona. Fuimos todo el trayecto hablando sobre cosas triviales sin importancia y también jugando. Puede llegar a ser muy divertido ir imaginando lo que la gente piensa en el autobús y más si sus caras ayudan.
Ya en nuestra parada, Lina y yo bajamos rápidamente. Somos el tipo de personas que odia llegar tarde. Cuando llegamos a la entrada de la universidad vimos a nuestras otras dos amigas que nos saludaron animadamente mientras nos acercábamos a ellas.
— Buenos días! — salude pasando mis brazos por el cuello de cada una de mis amigas.
— Ah! Azul, no te apoyes tanto que pesas — se quejo Sofía, ella toca el clarinete.
— ¿Me estas llamando gorda?— pregunto haciéndome la ofendida.
— No, yo no he dicho que estés gorda. He dicho que pesas.
— ¿No es eso lo mismo?— pregunte indignada. Ellas por su parte se rieron.
Iba a responderles con una broma, pero algo capto mi vista haciendo que quitara los brazos de mis sufridas amigas y me centrara en el cartel que ahora tenia delante.
PRESENTACIÓN DE BLUEBAND Y F.T
VIERNES A LAS 16:00 EN LA SALA DE ACTOS.
NO FALTES!!!
No podía ser verdad...