► Un Nuevo Comienzo

By lyadontwrite

198K 23.9K 16.1K

Yuichiro no podía ver el mundo. Mikaela decidió convertirse en su luz. More

―PRÓLOGO
―CAPITULO 1: CONOCIENDO AL NIÑO NUEVO
―CAPITULO 2: CAMBIO DE PERSPECTIVA
―CAPITULO 3: NOS VOLVEMOS MÁS LISTOS.
―CAPITULO 4: MI MEJOR AMIGO.
―CAPITULO 5: NO MÁS OSCURIDAD.
―CAPITULO 6: LUZ QUE HIERE.
―CAPITULO 7: EL ÚLTIMO PARPADEO.
―CAPITULO 8: PESADILLA.
CAPITULO 9: AMANECER.
CAPITULO 10: SOMBRAS
CAPITULO 11: MIKAELA
CAPITULO 12: UN POCO MÁS
CAPITULO 13: HISTORIAS QUE SE ENTRELAZAN.
CAPITULO 14: CAOS EN EL HOSPITAL
CAPITULO 15: UN MUNDO PEQUEÑO
CAPÍTULO 16: AROMA A PRIMAVERA
CAPÍTULO 17: EL PRINCIPITO Y LA FLOR
CAPÍTULO 18: EL FINAL DEL INVIERNO.
CAPITULO 19: HOGAR
CAPÍTULO 20: EL CAMINO QUE FLORECE
CAPITULO 21: EL AROMA DE LA PRADERA.
CAPÍTULO 22: ESTAREMOS BIEN
CAPITULO 23: EL BRILLO DE LAS ESTRELLAS
CAPITULO 24: PEQUEÑAS COSAS
CAPITULO 25: VIAJE A CASA.
CAPITULO 26: LIMPIANDO HERIDAS
CAPITULO 27: NOSOTROS
CAPITULO 28: GOTAS DE AMOR
CAPITULO 29: EL INICIO DEL FINAL
CAPITULO 30: UN NUEVO COMIENZO
EPILOGO
GRACIAS A USTEDES:

3.8K 521 372
By lyadontwrite

―¡WOOH! ¡FUE LO MEJOR QUE HE SENTIDO EN LA VIDA! ― Gritó Yuichiro apretando con fuerza su peluche contra el pecho y apretó sus piernas sobre el cuello de Goshi. Goshi tenía el mismo ánimo que el chico, ambos no dejaban de hablar en voz muy muy alta lo muy divertido que había sido, lo que se había sentido, los gritos geniales, y sobre todo que querían volver a subirse.

―Entonces, mientras ustedes suben de nuevo nosotros iremos allá, ¿hecho? ― Repitió Shinya señalando una supuesta mansión que estaba a un extremo del parque de diversiones. Ahora era Mitsuba quien estaba cada vez a menos cercanía de Mikaela, el rubio ya notaba esa poca distancia pero no mencionó nada, si le decía eso sería raro no preguntarle a Mitsuba el por qué estaba temblando.

«¿Por qué no solo dice que tiene miedo y ya?» A Mikaela tampoco le entusiasmaba mucho la idea de entrar a la mansión del terror, pero cuando Shinya lo sugirió mientras que Yuu y Goshi subían una vez más a la montaña rusa, no pudo negarse cuando Mistuba también dijo que sí. Seguramente el orgullo de la niña era lo que impedía que se negara.

―Hecho ¡Vamos Goshi! ― Le apuró el azabache.

―Bien― El albino se giró para encarar a los dos niños rubios, se agachó ligeramente y colocó sus manos sobre sus rodillas. ―¿Seguros que quieren ir?

―¡Si! ¡Claro que si, no somos cobardes! ¿Verdad Mika? ―Mitsuba levantó su codo para darle en las costillas a su amigo. El rubio se quejó entre dientes y sobó esa parte de su cuerpo.

―Eh... La verdad es que yo si tengo miedo, ¿Por qué no vamos a jugar a las carreras de caballos, Mistu? Podemos ganarnos algo― Shinya captó a la perfección la situación, bastó una simple mirada del ojiazul pequeño para entenderlo. No es que quisiera ir a solas con Guren, él realmente deseaba divertirse con los niños en todas las atracciones del parque, le entusiasmaba la idea de que ninguno había ido a un parque de diversiones antes y quería mostrarles todo. Ese gesto que Mika hizo, Guren no entendió.

―¡Ja! ¿No que muy valiente, mocoso?

―Vayan ustedes, yo me quedaré en los caballos― Dijo Mikaela fingiendo animar a Mitsuba para que fuera con Guren y Shinya; incluso fingió sentirse nervioso al dirigir una mirada a la mansión del terror. Guren pareció más animado.

―Eh...― Las palabras del Hyakuya mayor afectaron a la niña como si fueran dirigidas a ella y no a Mika. Quería probarle que era valiente y que podía ir sin asustarse. Pero... ―Yo me quedaré cuidando a Mika― Decidió. 

El ánimo de Shinya dejó de brillar. Su instinto y responsabilidad le obligaban a quedarse con los niños, Guren podía ir a la casa embrujada por su cuenta, se negaba a dejarlos solos ahí. Eran dos niños de doce años, ¿Cuántas cosas malas podían pasar si andaban por su cuenta? Podrían robárselos, podrían perderse, podrían llevárselos, podrían aprovecharse de ellos al verlos pequeños.

―Va, entonces no se muevan de aquí hasta que estemos de regreso. ― Shinya fue tironeado del cuello de su playera y dio trompicones hacia la dirección en la que Guren jalaba de él.

―Guren, no podemos dejarlos. ¿Y si les pasa algo? ―Pero el ojiazul ya caminaba junto a él, sin embargo cada dos segundos volteaba hacia atrás, su preocupación no lo dejaría en paz hasta que volvieran a estar con ellos de eso estaba seguro.

―Pueden cuidarse solos, esos dos son más sensatos y maduros que Goshi y Yuu. Son ellos los que me preocupan, si te soy sincero― Sus palabras surtieron el efecto que necesitaba; el albino dejó de voltear cada dos segundos y pasó a hacerlo cada siete segundos.

Con un suspiro, se dio por vencido. 

Guren tenía razón.

Shinya sentía una extraña conexión paternal con Mikaela. Si pudiera elegir a sus hermanos, consideraría seriamente al rubio para que formara parte de su familia. Le caía bastante bien.

―A muchas personas les gustaría conocer a su cuñado así de bien― Comentó el ojiazul retomando su actitud de siempre. Si Guren estuviera comiendo algo, se habría atragantado con ello y si estuviera bebiendo algo, lo habría escupido. Volteó a ver a su compañero con el entrecejo tensamente fruncido.

―¿Qué diablos dices? ― Su expresión causó una carcajada en Shinya.

―Vamos, vamos. Sabes bien cómo terminará esto― Un hombre empujó por accidente al ojiazul, haciéndolo retroceder unos pocos metros detrás de Guren y él se limitó a esperar a que su compañero estuviera de nuevo a su altura para seguir caminando.

Se quedó en silencio.

Lo sabía, llevaba años sabiéndolo. Desde aquel momento en que los dos enanos habían llegado a casa tomados de la mano. No fue el gesto de sus manos entrelazadas, fue más bien la aceptación de Yuichiro.
El moreno tenía mucha dificultad al hacer amigos, siempre era receloso, siempre los repelía y para él, su único amigo era su hermano mayor.

Y de un día para otro, llegaba tomado de la mano de un chico de seis años que tenía cabello de niña.

¿Qué carajos significaba eso? ¿Cómo se supone que debía tomárselo?

Fue el primer cambio, después de eso, ambos niños se la pasaban casi todo el tiempo juntos. Como si el estar en el mismo salón de clases, las ocho horas de la escuela no fueran suficientes, ambos se buscaban para salir a jugar en las tardes hasta que oscurecía.

Y ahora, Guren veía Tarzan solo.








  






Al llegar a la taquilla, ambos pagaron y se detuvieron entre dos instalaciones. La segunda instalación no se veía desde donde estaban hace unos momentos, era un punto ciego para el lugar donde habían dejado a Mikaela y a Mitsuba, estaba a un costado de otras carpas que llegaban a taparlo con facilidad, pero se encontraba ahí.

El boleto podía usarse para entrar solo a una, así que debían elegir: La mansión embrujada o la que tenía pinta de escuela.

La diferencia estaba en la altura y el largo de cada una, la mansión parecía tener tres pisos. Y la escuela se veía de uno, pero ninguno de los dos chicos alcanzó a divisar en dónde terminaba al asomarse para ver la parte trasera.

―Creo que la escuela promete más―Señaló Guren.

Además de que salían más gritos de la escuela que de la mansión.

Shinya suspiró y lo siguió por detrás. Justo ahora comenzaba a dudar si esa había sido una buena idea.






―No veo la gran cosa― Guren caminaba sobre el suelo de madera evitando pisar las tablas flojas y rotas, también le sacaban vueltas a los supuestos cadáveres que aparecían de vez en cuando en las esquinas. Algunos eran simples esqueletos, otros parecían estar en pleno deterioro y olían casi igual a un cadáver en deterioro.

―Parece como... si un terremoto fuera el culpable― Shinya se agarró del brazo de Guren cuando una tabla debajo de su pie derecho se aflojó y crujió.

―Un terremoto y varios años. No alcanzo a ver más allá de los pasillos, ¿por cual se supone que vayamos? ― Los obres azules se dirigieron hacia adelante para comprobar lo que el azabache acababa de decirle. No se veía nada en lo absoluto, los dos habían seguido el camino más cercano a las ventanas para que la luz de afuera se filtrara al menos un poco, pero el camino se les terminaba y debían tomar otro para poder salir.

―¿Deberíamos dejar un camino a lo Hansel y Gretel para no perdernos? ― Sugirió el peligris, soltando el brazo de Guren quien no se inmutó por el gesto.

―No tengo problemas con perdernos― Respondió. Fue una suerte para Shinya que el contrario le estuviera dando la espalda y que hubiera poca luz, así Guren no podía ver su sonrojo. Pero también fue un golpe de mala suerte, pues Shinya estaba seguro de haber escuchado eso en un tono divertido. Carraspeó su garganta. ―Habrá que hacerle como Yuu.

Ambos pegaron sus manos a la pared que estaba a su derecha, Shinya se acomodó para estar a unos pasos al frente y Guren iba detrás de él.

El ojiazul no quería pensar en otra cosa que no fuera concentrarse para buscar una salida y salir antes de que cerraran el parque, seguía preocupándose por los niños que abandonaron en las carreras de caballos. Aunque creía haber escuchado rumores sobre que la casa encantada nunca cerraba. Esperaba que no fueran ciertos.

Ambos caminaron en silencio, era lo mismo cerrar sus ojos a mantenerlos abiertos; la oscuridad solo parecía profundizarse más. Siguieron avanzando hasta que la luz de las ventanas dejó de reflejarse a sus espaldas y se quedaron en absoluta negrura. 

«Piensa en cosas bonitas, piensa en cosas bonitas...» Shinya tragó saliva.

Casi podía sentir la inquietud que rodeaba el aura del chico que venía detrás. Pensar en un Guren nervioso ayudaba un poco en la situación, le provocaba cierta diversión imaginarlo así.

Pero cuando la oscuridad los engulló, la inquietud fue contagiada y si antes intentaba pensar en cosas graciosas para no asustarse de la tonta escuela abandonada, ocurrió lo contrario.

En la oscuridad, hasta un conejito esponjoso podía parecer el más horripilante de los monstruos.

―Shinya, háblame― Le pidió Guren casi en un susurro. 

«¿Por qué susurra? ¿Por qué... de pronto no quiero hablar en voz alta? Dioses... ¿somos los únicos aquí, no? ¿Qué sucedió con los gritos que escuchamos antes de entrar? Debe haber más gente acá... ¿por qué no nos hemos topado con nadie?»

―Shinya― Repitió Guren y estiró su brazo para tocar la espalda del mencionado. Shinya se sobresaltó por el toque y estuvo a punto de tropezar por culpa de sus propios pies.

―Perdona, es... estaba pensando.

―No pienses, solo no dejes de hablarme. ― Jadeó Guren. Vale, entonces si estaba asustado.

―Está bien... podemos aprovechar para hablar de nosotros.

―¿Siempre tienes que sacar eso? ― Escuchó detrás de él, a lo que Shinya hizo una mueca.
Guren era terriblemente difícil de doblegar, en serio, durante sus años juntos había conseguido una gran diferencia, incluso ocurrían momentos en los que Guren realmente llegaba sorprenderlo, pero nunca nada era seguro. Lo peor de aquel asunto era que no podía cansarse, no podía simplemente tirar la toalla y decir "bah, hay muchos otros chicos" y fijarse en otro. Simplemente no podía. Sus sentimientos eran testarudos y se negaban a desviarse y renovarse por otra persona que no fuera Guren.

Algún día esa paciencia infinita iba a terminar. En algún momento necesitaría un descanso.

―¿Tu celular no tiene lámpara, Shin? Es de los básicos ¿no? ― Al albino le habría gustado ver la mueca que seguramente Guren estaba a punto de poner.

―No lo traje.

―¿Qué? ¿Por qué demonios no lo trajiste? Lo compraste para usarlo, maldita sea ― Se notaba cierta irritación en su voz e incredulidad, seguramente por el miedo que intentaba disimular. A Shinya no le gustaban los celulares no le gustaba usarlos, no era amigo de esos aparatos, pero había comprado uno solo para poder hablar con Guren... y con sus hermanos, en especial con la pequeña Shinoa.

―Porque lo uso para hablarte, no tendría sentido traerlo si iba a estar contigo. Sería estúpido― Respondió sin alzar el tono de su voz, ambos seguían susurrándose el uno al otro. ―¿Qué pasa con el tuyo?

―Se lo di a Yuu, le dije que si tenía algún problema te llamara a ti― Por la forma en que lo decía entre dientes, Shinya quiso reír al imaginarse el rostro de Guren molesto. Eso los llevaba a una cosa: tendrían que ingeniárselas para salir de ahí. Un suspiro cruzó el silencio por detrás del ojiazul. ―Si nos detenemos no vamos a llegar a ninguna parte, muévete. ― Pero a pesar de su indicación, ninguno de los dos dio un paso más.

―¿Por qué no me dejas intentar algo? ― Pasaron varios segundos en silencio antes de que hablara y por el tono que usó, Guren imaginó el tema que quería retomar. Ambos estaban sobre la conclusión de que sus ojos serían obsoletos, si querían salir del lugar tendrían que confiar en sus otros sentidos.

―¿Vas a besarme? ― Preguntó Guren y Shinya percibió un deje de nerviosismo en su voz a pesar de que su tono era como una burla inocente. La única respuesta que logró escuchar el azabache fue una risita silenciosa, una risa que no salió como costumbre... sino más temblorosa.

―Míralo por el lado positivo, te ayudará a mí y a ti. ― Guren notó que el tono de Shinya también era distinto. ¿Qué había sucedido con su seguridad?

Una sensación tibia se derramó desde el interior de su pecho y le inquietó sentir ternura por el ojiazul.

―¿Qué lado positivo? ― Shinya dejó pasar otro breve tiempo antes de responder, no quería que su voz delatara lo que estaba sintiendo, pero sabía que no encontraría otra ocasión así de perfecta como la de ese momento.

―Que... te ayudará a decidir si te gusta o no, y si... me rechazas, podré vivir con el recuerdo de ese beso.

―Idiota― Las mejillas del ojivioleta se encendieron y volvió a agradecer a la oscuridad por esconder ese gesto. La inquietud se agudizó cuando se dio cuenta de que tampoco le molestaba que Shinya quisiera besarlo, en realidad le daba más sentido, como si con esa propuesta las dudas que alguna vez tuvo encajaran al fin. Era más la vergüenza que sentía que cualquier otra cosa. Le pareció ridículo que Shinya creyera que lo iba a rechazar, y eso era lo que le molestaba: que Shinya creyera que podía sentir algo negativo por él.

―Vamos, Guren... por f-

―Vale― Murmuró más bajo de lo normal interrumpiéndolo. Casi pudo jurar que la respiración de Shinya se detuvo.

―¿Qué?

―Que está bien.

―¿Lo está? ― Repitió incrédulo y sorprendido, difícil en creer algo tan bueno. Seis años de amistad y sí, Guren seguía sorprendiéndolo, podía llegar a ser tan impredecible como predecible. Al inicio, comenzó como una simple atención especial, pensaba cosas como "su cabello despeinado le queda bien", "ese botón suelto está bastante bien" de ese estilo. Le prestaba más atención de lo necesario en una amistad, cada detalle y se preocupaba por él. Siempre le preguntaba si había comido bien al día, le preguntaba por Yuu, por sus tareas... de cierta forma, se sentía una madre o un amigo muy acosador.

Pero con el paso de los años, Shinya cayó en cuenta de que realmente quería a Guren. Si pensaba en abrazarlo, su ansiedad crecía, si pensaba en tomar su mano, su estómago revolucionaba, y ni pensar en robarle un beso.

Cuando al inicio todo comenzó como un juego para molestarlo, terminó por absorberlo en sentimientos reales.

Guren era perfecto a sus ojos azules.

Era gruñón, podía irritarse con facilidad y podían encontrarle docenas de gestos negativos, pero Shinya había visto detrás de la máscara, el otro lado de la moneda; el enorme cariño que guardaba en su gran corazón y no sabía expresar, la preocupación que le avergonzaba, las bromas que hacía cuando quería apoyar a alguien para que no descubrieran sus buenas intenciones.

Llevaba tiempo planeando decírselo, y cuando llegó el momento, perdió control de su tranquilidad y los nervios lo consumieron como ahora lo hacían. Tenía miedo del verdadero rechazo y su única preocupación era que Guren no lo tomara en serio, puesto que siempre solía insinuarle cosas de relaciones en forma de broma, cuando los sentimientos se fortalecieron en serio, temió que el azabache se burlara de él.

La siguiente respuesta que recibió fue el susurro de la ropa por los movimientos que el azabache hacía. Cerró sus ojos, se recordó una y otra vez que podría ser la última. Las manos de Shinya se posaron sobre el pecho de su compañero cuando éste se colocó frente a él.

《Su corazón está latiendo muy fuerte y muy rápido》pensó con alivio. Al menos no era el único nervioso por el giro que había dado la situación.

―Si al final termina por gustarte... puedes no detenerte ¿sabes? ―Dijo esperando que sus palabras aliviaran la tensión que comenzaba a emanarse ¿o solo la sentía él?

―Lo tendré en cuenta― Escuchó.

《No... no me calló. Dioses, dioses. No lo arruines, Shinya》

Tomó una bocanada de aire y subió sus manos por el cuello de Guren, quien se estremeció ligeramente ante el roce; hasta que pudo llegar a su rostro. Guiándose por sus mejillas, ambos chicos se acercaron hasta que sus labios lograron a penas rozarse.

El corazón de Shinya había dado un vuelco con tan solo sentir una ligera caricia de la nariz de Guren sobre la suya. Seguro era imaginación suya, pero el gesto fue demasiado dulce como para que el ojivioleta lo hiciera a consciencia.
Estaban realmente muy cerca. Y a pesar de que no había diferencia, Shinya cerró sus ojos y dejó que sus manos se ocuparan de guiarlo.

―¿No ibas a hacerlo? ― Le preguntó el azabache en tono divertido y bajo su tacto, Shinya sintió la sonrisa en su rostro.

―Estoy nervioso, no me presiones...― Admitió sin vergüenza antes de volver a acercarse. La respiración que se mezclaba le volvió a poner los vellos de la nuca de punta, dejó de prestarle atención a sus latidos e intentó escuchar los de Guren bajando su mano izquierda a su pecho. Eso le ayudó a calmarse; el recordarse constantemente que no era el único nervioso.

Sucedió. Sus labios tocaron al fin los contrarios. Eran suaves al contacto, pero con solo presionarse Shinya se perdió. La sangre subió a sus mejillas y temió desmayarse por el nerviosismo.

Había deseado tanto, había esperado tanto, podría ser su única oportunidad para cambiar la forma de pensar de Guren sobre él y lo estaba arruinando todo por culpa de ese nerviosismo.

《Debo... N-Necesito calmarme... lo estoy... e-estoy...》

Guren se separó después de esperar por varios segundos que el peligris actuara, pero no llegó nada.

Y Shinya se sintió la peor escoria del mundo.

Ahí estaba. No había hecho nada. Se sintió tan impotente que quiso llorar.

La primera y última oportunidad desperdiciada.

Pero entonces los labios de Guren volvieron a chocar con los de Shinya y tomó el control.

Sus hombros fueron empujados contra la pared y las manos de Guren lo estabilizaron tanto de la cadera como de su rostro, tomando con sorpresiva delicadeza la mejilla del ojiazul. La impresión le duró apenas los primeros segundos, segundos que el azabache aprovechó para manejar los labios de Shinya para obligarlos a que respondieran. Esta vez reaccionó al instante y respondió abrazando el cuello del ojivioleta para acercarlo y sus labios se abrieron para seguir los movimientos.

De una posible depresión, el corazón de Shinya llegó al extremo contrario cuando quiso salir de su pecho para encontrarse con el de Guren.

Cualquier duda que alguna vez llegó a tener, cualquier confusión sobre si el azabache realmente le correspondía o no, se desvaneció y llegó a sentirse idiota por pensar en que el chico no sentía lo mismo por él. Porque con ese beso, Shinya estaba seguro de que lo quería, que Guren lo quería; tal vez no con la misma intensidad pero que era correspondido. 

Una sonrisa se le escapó en medio del beso que fue respondida por otra caricia en su nariz y cuando sus labios se separaron, alcanzó a sentir otra sonrisa que le hacía dueto a la suya. 

No pasaron ni un suspiro separados, fue Shinya quien atrajo al contrario con ayuda de sus dedos enredados en los mechones azabaches para intentarlo otra vez.

El segundo beso inició con dos sonrisas que se unían hasta fundirse y compartirse la una con la otra.










  ✪ ✪✪✪✪✪✪✪✪✪✪✪✪ 

Me estaba matando el no publicar esto, en serio, me comían las ganas de hacerlo y asgfdasl.

Posiblemente piensen que he escrito un poco más Gureshin que Mikayuu, pero creo que ambas parejas merecen sus momentos. Y a Mikayuu ya le llegará (◡‿◡✿)

No extrañen tanto el Kimiyoi, que también viene por ahí hehehé.

Posiblemente piensen que Shinya debería ser más lanzado y menos timido, o que Mika más protector y más arrrg(?, o Yuu menos tsundere o así en algunos personajes PEEEEEEEEERO recordemos que siguen siendo pequeños y les falta esa personalidad que tendrán cuando sean un poco más grandes Ü 

Me gustaría darles spoilers de cómo terminara esta cosa toda bella, pero nu.

En mi vida imaginé que pudiera ser leída por tantas personas y que me digan que les gusta como escribo, en serio, es realmente alucinante como todo pasa super rápido ;u; pero ay, se siente bien bonito, muchísimas gracias por sus comentarios, a veces yo misma dudo  si va bien lo que escribo, o si debo quitarle o asdjasd y que me digan que les parece tierna o bonita o que shippean o que se emocionan es como mi premio por escribir todo esto al fin y al cabo soy una simple mortal como ustedes, de nuevo gracias.

De nuevo lo publico en la madrugada, que no se quite esa costumbre(? 
Nos vemos pronto, el saaaaaalseeeeeeeeeoooooooooooo is coming

Continue Reading

You'll Also Like

16.4K 1.5K 16
Peter tenia 12 y Wade 15, ambos eran polos opuestos en la mayoria de cosas. Pero sus familias comenzaron a separarse por sus problemas, Peter tenia m...
15K 777 6
Fan fic de shizaya, mi primera historia! Espero que les guste la historia fuhoshis del mundo!!
3.8K 363 45
Después de tanto tiempo, Horus le enseña a Seth a vivir en el nuevo mundo con el y enfrentar el trauma que aún lo persigue pero unos sucesos extraños...
180K 27K 48
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...