El grupo se volvió para ver la silueta de una fila de carruajes que salía de la niebla y se dirigía hacia la villa Wen. Tres caballos abrían el camino y una mula tiraba del último carruaje al final, y solo un conductor para el primer carruaje. El hombre que conducía la carroza era alto y fuerte, con tres largas cicatrices en el rostro, lo que lo hacía parecer violento y nada amable.
Pero Jiang Shining y los demás sabían que este hombre solo se veía desagradable, de hecho, era profundamente amable ... y si todavía estuviese vivo, podría ser llamado una buena persona.
La compañía no era otra que la gente de buen corazón que había recogido al grupo de Xue Xian ese día nevado en el puerto de Guanyin.
"¿Todavía están aquí?" Murmuró Jiang Shining.
Como un fantasma pícaro adecuado y serio, Jiang Shining sabía exactamente cuánto temían los fantasmas entrar en contacto con personas vivas y energía yang. No muchos fantasmas y espíritus elegirían andar a plena luz del día; la excepción eran aquellos que habían estado anclados a algo tangible, como Jiang Shining y su cuerpo de papel, y también tenían a alguien que los cuidaba. Incluso entonces, los fantasmas solo se atrevieron a activarse en los días nublados o temprano en la mañana. Pero esta compañía, muerta hace mucho tiempo, viajó sin ningún tipo de nerviosismo.
Fue porque no sabían que estaban muertos - no tenían sensación de peligro ni de timidez. Pero, ¿Cuántas calles abarrotadas de gente viva ya había atravesado la compañía? Cualquier otro fantasma habría sido disuelto durante mucho tiempo por la fuerte energía yang que los rodeaba, sin embargo, esta compañía de alguna manera había llegado hasta aquí sin problemas.
"¿Crees que pertenecen a la misma categoría que tú?" Preguntó Xue Xian, mirando al erudito. "Solo dije que ya son ......, pero nunca dije que fueran del mismo tipo que tú."
Confundido, Jiang Shining dijo: "¿No es así?".
"Si te digo ochocientas veces que estás muerto, ¿desaparecerás?" Xue Xian espetó.
Jiang Shining hizo una pausa y luego respondió: "Aún no lo has dicho ochocientas veces. Más bien ochenta".
"¿Y? ¿No estás todavía rebotando felizmente ahora?".
Jiang Shining todavía no entendía. "Si no son fantasmas, ¿entonces qué son?".
"Espíritus del deber", dijo Xuan Min.
"¿Qué son los espíritus del deber?" Jiang Shining nunca había oído hablar de algo así.
Los espíritus del deber no eran fantasmas ni espíritus vengativos. Fueron creados porque habían hecho una promesa en la vida que no pudieron olvidar. La fuerza y sinceridad de su compromiso con ese deber envolvió todas las demás preocupaciones en el momento de su muerte, hasta el punto en que ni siquiera se dieron cuenta de que habían muerto; todo lo que sabían era que tenían una promesa que aún no habían cumplido, y eso era lo que los impulsó a seguir adelante. Más bien, eso era lo que los anclaba al mundo de los vivos.
"Es como si tuvieras una deuda en realmente importante, como.. tenerla en la mitad de tu trasero, pero murieras antes de poder pagarla", explicó Xue Xian con pereza. "Y todo lo que puedes pensar mientras mueres es, '¿Cómo pudiste morir? ¿Y por qué tenía que ser ahora? Al menos debería haber esperado hasta que la deuda fuese pagada, y entonces podría haber muerto'. Esta otra forma de quedarte en este mundo sin ser un fantasma resentido. ¿Entiendes?
"¿Qué pasa cuando cumples con tu deber?".
"Entonces puedes irte."
Pero ya fueran espíritus del deber o fantasmas, ahora se encontraban en una situación muy incómoda, atrapados entre la espada y la pared.
"Ambos caminos están bloqueados. ¿Qué haremos con mi hermana?" Jiang Shining preguntó con ansiedad. "¿Cómo salimos de aquí?".
Xue Xian lo fulminó con la mirada. "¿Quién dijo que saldríamos de aquí?".
"¡¿No lo haremos?!" El tío Chen y la tía Chen soltaron. La multitud de aldeanos se estaba acercando cada vez más al complejo Xu y, a su vez, ellos temblaban cada vez más.
Si no nos vamos, ¿nos quedaremos para ser comida para los espíritus?
"Algunas invitaciones no se pueden rechazar", dijo Xue Xian, moviendo el dedo. "Hay limitaciones para todos los espíritus que deambulan por esta aldea. Mientras permanezcan dentro de un bucle, entonces todo es normal. Pero si abandonan el bucle, las cosas se vuelven inciertas. Piénsenlo. Si una buena persona insiste em que vayas a su casa a tomar una copa y dices que no, ¿Qué pasaría?".
Probablemente irías de un lado a otro un poco, cada uno insistiendo en lo opuesto al otro. Por supuesto, cuando las personas vivas se pelean por algo tan insignificante, al final uno de ellos cederá, y todo estará bien. Pero es diferente cuando se trataba de aquellos que ya habían muerto. ¿Y si enojaras al espíritu? ¿O qué pasa si los sacas de su bucle?
Era demasiado peligroso ...
Pero la razón por la que Xue Xian no había decidido irse de inmediato no era porque le importara el peligro - si realmente se mostraba reacio a retrasar su viaje, entonces ni siquiera el rey del cielo podría detenerlo. La razón por la que no le importaba quedarse un poco más era porque había detectado algo extraño en el lugar y sospechaba que podría encontrar más piezas de sus huesos de dragón cerca.
Mientras el grupo estaba junto a la puerta hablando, el hombre de las cicatrices ya había tirado de las riendas y detenido los carruajes. Saltó de su asiento y se detuvo sorprendido cuando vio a Xue Xian y los demás, pero rápidamente saludó y se acercó. Frunciendo el ceño, dijo: "¿Por qué has venido aquí?".
Cuando la gente normal se topaba con gente que conocía durante un viaje, encontraban una feliz coincidencia. Sus comentarios de consternación irían acompañados de una sonrisa, y el encuentro no los molestaría; incluso tratarían de quedarse y conversar un poco. Pero este hombre con cicatrices nunca había sido una persona común, y frente al grupo de Xue Xian, su mirada traicionó una sensación de ... ¿reproche?
No ofreció ningún saludo cortés, y parecía francamente infeliz, era lo contrario de la calidez con la que los había ayudado anteriormente.
Ahora, un grupo de hombres y mujeres de todas las edades salían de los tres vagones. Algunos fueron al carruaje tirado por mulas para desempacar, y otros se dirigieron a unirse al hombre de las cicatrices.
Una de las ancianas miró el recinto de Xu y le dijo al grupo de Xue Xian: "¿Qué están haciendo aquí en un día de invierno tan frío como este? Deberían regresar a la ciudad".
La anciana les era familiar, el calentador portátil que Jieshi Zhang amaba agarrar había sido un regalo de ella. También había sido un alma cálida y de buen corazón, así que ¿por qué ahora era tan grosera como el hombre de las cicatrices, tan ansiosa por ahuyentarlos?
Esta fue la primera vez que se le pidió a Jiang Shining que se fuera de una manera tan velada. Se quedó parado en su lugar, avergonzado e inseguro de qué hacer.
"Ai - Renliang, todos son mis invitados del día. ¡Ven, ven, ata tus caballos en el establo y bebe un poco de vino caliente para calentar tu garganta!" Intervino el amable Man Xu. Saludó a la compañía junto a los carruajes y gritó: "Entren, todos".
Luego extendió una mano para atraer a Xue Xian.
"Ah, he estado sentado durante tanto tiempo que me duele la espalda...", dijo Xue Xian, agarrando a Xuan Min que estaba justo a su lado y apoyándose en el monje para estirar su espalda, evitando así ser tocado por un hombre amable. Xu.
El gesto de Xue Xian parecía completamente natural e inofensivo, sin rastro de engaño. Así que el amable Man Xu no se molestó, en cambio, cambió de objetivo y tiró de la siguiente persona, que era Jiang Shining.
Jiang Shining estaba atónito. Esta fue también la primera vez que un fantasma le agarró la muñeca. Al igual que el propio Jiang Shining, los dedos del amable Man Xu estaban helados por la energía yin que los atravesaba: si hubiera estado sosteniendo a una persona viva, la muñeca de esa persona podría haberse adormecido por el frío, pero a Jiang Shining , no hizo ninguna diferencia.
"Hermanito, ¿Cómo te llamas? Debería haber preparado algunos calentadores. Mis manos están demasiado frías - ¿son una molestia?" dijo el amable Man Xu dijo cortésmente.
Jiang Shining se rió secamente. "Estamos en el mismo barco".
Probablemente estaba aún más frío.
Indefenso, Jiang Shining permitió que lo arrastraran al salón principal. Cuando entró, miró a su alrededor y dijo: "Maestro Xu, no dude en ir a cuidar de sus otros invitados. Puedo ayudarme a mí mismo". Mientras hablaba, inspeccionó la sala del este por el rabillo del ojo.
"Me temo que he sido un mal anfitrión", respondió el amable Man Xu cortésmente. "Tengo demasiados invitados. Si me he perdido algo, espero que el hermano pequeño pueda perdonarme. Tu humilde sirviente Xu irá a saludar a mis amigos de la ciudad. Hermano pequeño, puedes caminar hacia donde quieras".
Mientras hablaba, Xuan Min y los demás también entraron en el salón principal. Man Xu vio a Xue Xian y se detuvo. Preguntó: "¿Este hermano pequeño está ... incapacitado?".
Xue Xian le dio unas palmaditas en las piernas. "Mis piernas están paralizadas. No puedo caminar".
El amable Man Xu se golpeó la frente y dijo: "Has venido al lugar correcto. Su humilde sirviente Xu tiene un carruaje de dos ruedas. Las piernas de mi difunta madre estaban destrozadas y no podía caminar, así que contraté a un carpintero para hacerle una. En estos días, ha estado acumulando polvo en un rincón, y no tengo uso para él. Hermanito, ¿por qué no lo tomas? Parece muy agotador para tus amigos llevarte todo el tiempo".
Riendo cortésmente, Xue Xian dijo: "No es nada agotador, no se preocupe".
Xuan Min lo fulminó con la mirada.
El amable Man Xu era un hombre de acción, no solo era amigable en la conversación. Inmediatamente ordenó a los sirvientes que empujaran el carruaje de dos ruedas que guardaba en una habitación lateral hacia el vestíbulo principal. Fue entonces cuando Xue Xian notó que ninguna de las habitaciones del complejo Xu tenía umbrales; parecía que cuando había construido el recinto por primera vez, había eliminado los umbrales para permitir que su madre se moviera.
Solo por este pequeño detalle, Xue Xian sintió que el apodo de 'amable Man Xu' era correcto: realmente era un santo.
La silla de dos ruedas se llamaba "carruaje", pero en realidad era solo lo primero, una silla con dos ruedas de madera unidas a cada lado. Detrás de la silla había dos pequeños mangos de madera que permitían a los sirvientes de la familia empujar la silla. El señor Man Xu ordenó a sus sirvientes que limpiaran la silla y luego les pidió que buscaran un cojín para instalar en la silla.
Xue Xian agradeció profusamente al hombre y dijo: "Por favor, no se preocupe por eso. No soy muy quisquilloso".
"No es ningún problema. Tenemos muchos cojines a un lado solo para este propósito. La silla es demasiado dura y se vuelve incómoda después de un tiempo. Además, el clima es muy frío y no estaría bien, sería fácil para resfriarse" el amable Man Xu estaba a punto de continuar, pero Xue Xian ya se había sentado en la silla y le estaba pidiendo a Xuan Min que lo empujara.
"Está bien, está bien. Hermano pequeño, eres excéntrico", se comprometió Man Xu con una sonrisa.
Saludó a los invitados y luego se fue a buscar a sus amigos de la ciudad.
Xue Xian lo observó mientras se marchaba, asegurándose de doblar una esquina antes de abrir bruscamente la puerta de la habitación del este.
En el interior, ese grupo de mendigos se había agrupado en un grupo apretado alrededor de la sopa casi evaporada. Más temprano, cuando habían escuchado el sonido de la risa y la conversación afuera, temían que viniera de algún tipo de fiesta de fogatas demoníacas, y habían estado tan aterrorizados que apenas se habían atrevido a respirar. Entonces, cuando Xue Xian de repente abrió la puerta de golpe, los mendigos pensaron que se orinarían.
El más cobarde de todos tragó saliva y se desmayó.
Xue Xian no se ofendió en absoluto; en cambio, se rió y comentó: "Bueno, ese es un saludo demasiado cortés".
Tal vez temiendo que la bestia hiciera desmayar a más mortales con sus bromas sin gracia, tan pronto como Xuan Min empujó a Xue Xian hacia la puerta, inmediatamente lo empujó hasta la esquina de la habitación, luego trazó un círculo alrededor de la silla de ruedas. Xuan Min sacó un talismán y lo pegó ligeramente en la frente de Xue Xian.
Xue Xian estaba horrorizado. ¿Qué era él, un zombi devorador de cerebros?
"Burro calvo, ¿por qué tienes que ser así? ¡Regateando cada centavo! ¡Todo lo que hice fue tocarte la cabeza! No me estaba burlando de ti. ¿Qué diablos?" Xue Xian le gritó a la pared, donde estaba mirando. El talismán había congelado todos sus movimientos y no había nada que pudiera hacer. Puso los ojos en blanco y estaba a punto de lanzarse a despotricar contra Xuan Min cuando de repente sintió algo frío en su mano.
Miró hacia abajo y vio que Xuan Min estaba volviendo a poner el colgante de moneda de cobre en su mano y cerrando su puño alrededor. Xuan Min dijo: "Esta es la parte de la aldea con la magia más fuerte. Aprovecha para sanar tu cuerpo".
Xuan Min palmeó la nuca de Xue Xian y luego se alejó.
Xue Xian se detuvo para mirar el colgante en su mano, luego preguntó: "¿A dónde vas?".
Quería volverse para ver qué estaba haciendo Xuan Min, pero con el talismán pegado a la frente, ni siquiera podía mover el cuello.
El grupo de mendigos observó todo esto con total desconcierto. Incluso Jiang Shijing y Fang Cheng se quedaron boquiabiertos, confundidos. Pero luego, interrumpiendo su aturdimiento, el tío y la tía Chen irrumpieron en la sala del este con Xingzi pisándoles los talones. Al ver a Jiang Shijing, todos corrieron hacia ella. "¡Señorita!"
"Joven Maestro, Joven Maestra, ¡Asustaron a muerte a este anciano!" Dijo el tío Chen. Pero al ver que la pareja estaba prácticamente ilesa, exhaló un profundo suspiro de alivio. Luego se fijó en el grupo de mendigos y se apresuró a interponerse entre los mendigos y la pareja. "Yu'e y Xingzi ya han llorado varias veces", le dijo a la pareja.
Mientras Jiang Shijing consolaba suavemente al tío Chen, Xingzi se apresuró a desatar a la pareja. Y, de hecho, los mendigos realmente no habían querido hacer daño a los médicos, porque incluso ahora estaban tan aterrorizados que parecían una hilera de gansos. Naturalmente, ninguno de los mendigos hizo un movimiento para evitar que los médicos fueran liberados.
Xingzi tiró la cuerda y dijo: "¡Es bueno que estén bien! La tía Chen y yo, e incluso el joven maestro Jiang, estábamos llorando ahora. ¡Estábamos enfermos de preocupación!".
"El j-joven ... ¿Joven Maestro Jiang?" Jiang Shijing se congeló y agarró la manga de Xingzi. "¿De quién estás hablando? ¿Joven maestro Jiang? ¿Qué joven maestro Jiang?".
Antes de que Xingzi pudiera responder, una voz cálida y nasal dijo: "Hermana, soy yo ...".