Capítulo 47

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Rehaciendo lazos. 

El día laboral se me había hecho eterno. Tenía miles de dosieres por revisar sobre mi escritorio aquella mañana. Cada uno más largo que el anterior.

Después de encontrarme a Bea y Clara en los aseos, me había surgido la única tarea movidita del día. Entregar un sobre en persona al señor Rodgers. Lo había conocido ya anteriormente en alguna que otra gala y venía seguido para las reuniones semanales de los viernes.

Era un socio importante, sus inversiones le abrieron muchas puertas a Bridget Corp desde sus inicios.

Debía tratarse de algún contrato nuevo o el avance de los diseños para la temporada siguiente.

Pero lo que me extrañó había sido que cuando fui a entregarlo, en vez de recibirlo personalmente, el señor Rodgers envío un intermediario. Bastante extraño a mi parecer. Tenía un tick incontrolable de hacer muecas faciales.

Debía de tratarse de un problema crónico, no le di más importancia de la que tenía. Después de darle el sobre, volví a la empresa a imprimir un par de archivos para Joseph y pude irme a casa. En compañia de Hernán, por supuesto.

En el viaje en coche, me distraje mirando mi celular, Dylan me había mandado unos mensajes hace varias horas.

Dylan: Sé que puedes defenderte por ti misma, pero si pasa algo que no puedes controlar, no dudes en venir a mi casa.

Dylan: Siempre tendras un sitio para quedarte, hasta que te sientas con fuerzas de marchar.

Qué dulce, pensé para mis adentros pegando el móvil a mi pecho.

Senata: Una pregunta, ¿tendré acceso a esa pequeña biblioteca que tienes en tu casa?

Senata: Cuando estuve allí juré que Crimen y Castigo me estaba llamando.

Senata: Cual sirena a un marinero en mar abierto.

Para mi sorpresa Dylan estaba en línea y dos segundos después tenía las palomitas del chat en azul, lo estaba leyendo.

Dylan: Eso último suena poético.

Dylan: Y sería egoísta de mi parte no compartir esas maravillas contigo.

Senata: ¿Te interesa la poesía?

Dylan: Es de mis géneros favoritos.

Dylan: Tan así que tengo un par de poemas bajo la manga.

Senata: ¿Significa eso que eres poeta?

Dylan: Ese nombre le queda grande, soy un simple aficionado, un amateur.

Senata: ¿Podría leer alguno?

Dylan: Eso le quitaría toda la magia, voy a recitartelo en uno de nuestros encuentros fortuitos.

Dylan: Ahora debo seguir con mi turno, el deber llama.

Dylan: Que tengas una buena tarde, pequeña marinera.

Apagué la pantalla con una sonrisa en mis labios. Eso sonaba tan romántico que podría compararse a la invitación a una cita.

Mi dueño y jefe © (+18)Where stories live. Discover now