Especial I

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Un anuncio antes de comenzar chicas. Estoy algo atascada con el capítulo 36 y tampoco quiero haceros esperar mucho. Por eso os traigo el especial un poco antes del día planeado.

También tuve un problema técnico y es que no me sale la opción de poner el especial sólo para seguidores. Si desean seguirme por voluntad propia estaría muy agradecida.

Este capítulo dura mucho más que uno normal. De todo corazón deseo que les guste y que disfruten. Espero impacientemente sus opiniones en comentarios.

* * *

(Perspectiva de X): ¿Podrán adivinar quien es?

Otra vez esos viejos babosos estaban mirándome el culo. Podía sentir sus miradas en él, devorandome en sus mentes perversas. Pasear por el antro "Milagros" era como exhibirte en un club de subastas.

Puse una mueca de asco, por debajo de mi mascara por supuesto. No podía permitirme hacerlo delante de ellos. Esos hombres controlaban el mundo en que me envolvía y aunque rechacé completamente la idea de acostarme con alguno de esos penes flácidos, ser coqueta era mi tarjeta hacia el éxito.

Mi mirada cayó sobre Alexis, mi mejor amiga. Ella no tenía problemas con eso, justo en ese momento estaba sentada encima de las piernas de uno de ellos, restregando el culo contra su pantalón. Decidí no molestarla. Me dirigí a la barra a pedirme un buen trago.

- ¿Otra noche dura preciosa? - el barmen era un muy buen conocido mío y no le gustaba nada verme por ahí por trabajo.

- Ni que lo digas...

- ¿Has conseguido sacarle provecho al menos?

- ¿Hasta ahora? Nada. Casi nos prostituimos por algo de reconocimiento, estoy cansada.

Bueno, casi. En verdad es la realidad de muchas.

- Te lo he dicho una y otra vez. Si vas por ese camino sales con las manos manchadas, de una forma u otra.

- ¿No lo entiendes verdad? En esta sociedad no existen otros caminos. Ni el mejor talento del mundo me daría tantos contratos como flirtear con estos cerdos.

- ¿Y no puedes simplemente dedicarte a otra cosa?

- William, es mi pasión, no puedo sustituir lo que me hace sentir por otra cosa. De todos modos lo tengo bajo control.

- Eso decía Margaret y ya sabes cómo terminó.

- Ella no soy yo. Soy una versión mejorada de cualquier modelo de pacotilla. - dije tomando un sorbo del cóctel.

- Sí... Cuánta modestia, cariño. - comentó soltando una carcajada.

- Cambiemos de tema, no me gusta cuando me das el sermón.

- ¿Nos vemos esta noche? - preguntó y sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa.

- Sí. Y ya compré lo que me pediste.

- Maravilloso, ya quiero ver esos tangas en tu trasero.

- ¿No puedes escaparte un rato? Estoy muy aburrida.

- Nena, aquí no, estoy trabajando.

- ¿Eso no lo hace más divertido? - mordí mi labio inferior, sabía que eso le volvía loco.

- Eres incorregible. - cerró los ojos. Probablemente para no dejarse llevar por mis provocaciones. - Mejor ves a buscar al nuevo cliente y analiza su potencial. Quizá tengas suerte esta vez.

Mi dueño y jefe © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora