Capítulo 45

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Nunca hicimos el amor. 

Mi final, nuestro final se estaba acercando. Faltaban probablemente minutos o segundos para que Joseph entrase por esa puerta. Y creo que no estaba lista para eso.

Dylan me había preparado un poco de té. Estaba muy rico, pero no pude terminarmelo. El timbre sonó alto y claro. Al abrir la puerta se escuchaban fuertes pisadas en las escaleras. El maldito no tuvo ni la paciencia de coger el ascensor.

Me levanté, poniéndome firme y algo tensa. Dylan me acarició el hombro y me dedicó una sonrisa reconfortante.

Poco después, la figura de Joseph invadió el apartamento. Su mirada fue de los ojos del médico hasta los míos. Molesto por mi cercanía con Dylan, me agarró por la muñeca y tiró de mi hasta tenerme entre sus brazos, de espaldas a él.

- Le agradezco su amabilidad, pero la próxima vez que pase algo así sería más conveniente llamar a emergencias o a su prometido. No creo que a sus compañeros de trabajo les guste saber que mantiene una relación estrecha con sus pacientes. - enervó. Casi como una amenaza. O para que mentirnos, lo era.

- No se preocupe por mis asuntos Bridget. Creo que quedó más que registrado que la señorita Clark dejó de ser mi paciente desde el momento en que abandonó el hospital. Para ser exactos, hace unas cuantas semanas. - objetó Dylan, no dejándose intimidar por él en lo absoluto. - Y por si se le ha olvidado lo más importante, ella se encuentra mejor.

Ofendido por lo que ha insinuado, aunque tuviese toda la razón del mundo, Joseph bajó la mirada a mi nuevamente.

- ¿Qué te ha pasado cariño? - preguntó acariciando mi mejilla con la yema de su pulgar.

- L...

- Por favor, Senata, permíteme responderle a eso. - me pidió y asentí. - Cuando nos vimos antes de darle el alta, le di unas instrucciones muy claras respecto a las medicinas. Las pastillas que ella está tomando no pueden mezclarse con el alcohol. Debió avisarla como se lo he pedido.

- Resulta que tengo muchas preocupaciones y trabajo. - se excusó.

- Se hizo cargo de una persona y creo que su salud es más relevante que cualquier otra cosa.

- ¿Usted me va a decir que hacer con mi trabajo y mi futura esposa? - rechistó tensando la mandíbula.

- Quiero irme a casa, estoy cansada. Gracias por todo Dylan y lamento las molestias. - dije poniéndome roja solo con pensar en lo horrible que fue el tema del vómito.

Recién entonces, Joseph vió que llevaba una camisa y no el vestido con el que me fui.

- ¿Por qué llevas esto? Espero ni de lejos sea lo que estoy pensando. - casi me ladró en el oído aferrándose a mi brazo, de manera que me dolía.

- Estoy harto de que machitos como usted se crean con el derecho de menospreciar tanto a una mujer. Y más cuando la conoce. Su vestido se manchó, no se sentía nada bien en el trayecto en coche. Ahora, sabiendo esto, sueltela. - exigió Dylan, con la voz calmada, pero con una mirada que lo decía todo.

- Ni te atrevas a decirme qué hacer bastardo. Ella está perfectamente.

Los dos me observaban esperando una respuesta por mi parte y me sentí algo intimidada.

- Estoy bien, solo quiero irme a dormir. La noche fue algo agitada. – traté de calmarlos, si no lo hacía iban a lanzarse a puñetazos uno con otro.

– Sí. Es mejor que nos vayamos. Antes de que esto se ponga feo. – masculló Bridget, sacando las llaves de su coche.

Volví a agradecerle una vez más a Dylan y lo perdí de vista cuando las puertas del ascensor se cerraron. No me apetecía nada quedarme en un espacio reducido con Joseph después de esto. Cuando estaba celoso no era el mismo.

Mi dueño y jefe © (+18)Where stories live. Discover now