Capítulo 24

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Infiltrada. 

El olor ha tabaco me hizo arrugar la nariz y salir de mis preciosos sueños. Al abrir los ojos ví a Tina fumando mientras miraba por la ventana, estaba en la cama de al lado y Ben junto conmigo, dormido como un bebé. Juraría que estaba babeando del gusto. El alcohol se había disipado y ahora mi conciencia tenía voz y voto. Algo que para nada me gustaba. ¿Acaso cometí un crimen? Por muy loca que haya sido la situación de anoche, fue la única vez en mi vida que me rebele. Decidí ignorar por completo cualquier pensamiento crítico que se viniera a mi mente. Salí cuidadosamente de la cama para no despertar al chico y me puse a recoger mi ropa interior que estaba tirada por el suelo.

- Buenos días dulzura. ¿Lo pasaste bien anoche? - preguntó Tina con una sonrisa pícara y enarcando una ceja.

- Emmm, si, fue algo... - las palabras no salían de mi boca, estaba algo avergonzada y para el colmo era tímida. Sin un chupito me costaba el triple dejarme ir.

- Va, tranquila, no te voy a comer mujer. Al menos que me lo pidas. ¿Qué planes tienes para hoy?

- ¿La verdad? Ninguno. - admití y me mordí el labio al recordar que mi vestido estaba tirado por algún lado del pasillo.

- ¿No tienes clases? - preguntó confundida.

Pues claro. Creían que iba a la Universidad como ellos. Explicarles la verdad me parecía demasiado complicado ahora mismo.

- No. Estamos en época de vacaciones, hasta principios de enero. - mentí esperando que no me cale.

- ¡No me digas! Jolin, los de la Facultad de Periodismo somos los únicos que nos jodemos. Y yo que creía que trabajar en tiempos festivos era cosa de todos.

- ¿Enserio? ¿Incluso en Navidad?

- Ese día nos lo dejaron libre. Pero con tanta tarea, mientras abría los regalos pensaba en cómo redactar la introducción de mi tesis. - hizo el gesto de dispararse con los dedos y soltó una leve risa que me contagió.

Nuestra conversación había despertado a Ben. Se frotó los ojos, lo cual era mala costumbre, y se levantó caminando hacia la cómoda para agarrar unos boxers negros.

- Buenos días.

- Buenos días Ben. - dijimos Tina y yo al unísono.

Pensé que después de lo de anoche todo sería incómodo entre nosotros, pero para nada fue así. Tina ya estaba vestida y ven se puso la ropa en un pestañeo. La única desnuda era yo, lo que provocó que mis mejillas ardieran. Mi vestido estaba desaparecido y tampoco quería ponerme las bragas del día anterior. Supongo que mi cara lo retrataba todo, porque Tina enseguida captó lo que tenía en mente.

- Tienes suerte. Tengo un conjunto nuevo, eso sí, la única condición es que lo uses para algo más que solucionar este apuro. - dijo guiñandome un ojo y yo asentí.

Abrió el armario y sacó una bolsita rosa muy cute con el logotipo de Victoria Secret. Me la entregó esperando ver mi reacción al ver el contenido. Metí mi mano y saqué un sujetador carmesí con encaje negro. Las bragas eran del mismo estilo.

- Es, es precioso. Me sabe mal que me lo entregues. - comenté devolviéndole el paquete.

- No, no, insisto. Cuando llegué ayer ví esas bragas caramelo... - puso una mueca de asco. - Considéralo mi buena acción del año.

- Aunque la idea de que vaya sin bragas no me disgusta. - comenta Ben relamiéndose los labios y Tina lo fulmina con la mirada.

Me pasé un rato más discutiendo sobre eso, pero la palabra final la tuvo ella y acabé aceptando. Con la condición de que le enviaría un conjunto a cambio. Cuando me lo puse me sentía más aliviada. Ben mientras tanto estaba fuera buscando mi vestido, pero parece que realmente desapareció. Así que no tuve de otra que aceptar ropa de Tina. Creo que ya debía demasiados favores para una noche. No era algo agradable para mí, deberle algo a alguien me recordaba a las infinitas deudas de mi padre. Desde pequeña intentaba ser mejor que él y nunca fallarle a nadie. Por lo que a la primera que pudiese le daría incluso el doble que ella a mí.

Mi dueño y jefe © (+18)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu