Capítulo 23

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¿ÉL o ELLA?

Nos habíamos pasado un buen rato jugando al famoso Verdad o Reto y admito que fue divertido. Lo más fuerte que me tocó fue enrollarme con Ben delante de todos y hacer un baile erótico. Pero a Linda, su mejor amiga, le tocó besarse con una chica y correr desnuda por el pasillo. Todo este ambiente me estaba gustando, debía ser genial estudiar en una Universidad, tener amigos y salir por ahí sin tener hora de regreso. Era una de las cosas que me perdería siendo la propiedad de Bridget. A pesar de los años que cargaba, más bien me sentía como una niña adolescente que se escapa a ortadillas de su casa para un botellón.

Bebí tantos vasos de alcohol que ya empezaba a dolerme la cabeza. Estaba sentada encima de la pierna derecha de Ben y me acerqué a su oreja para susurrarle que ya tocaba trasladar nuestra fiesta a otra parte. Concretamente a su habitación. No tenía ni la menor idea de lo que estaba haciendo, ya todo me parecía gracioso y correcto. Menos mal que tiré mi móvil mientras ibamos en moto, así me ahorraría la vergüenza de que Bridget se plante aquí en medio a darme un sermón. No necesitaba otro padre y más uno que era imbécil y egocéntrico.

Nos despedimos de todos, Linda la guiño el ojo a Ben, ya sabía la razón por la que los abandonabamos tan temprano. El cuarto en que residía él era el 27, bastante lejos como para que la música a tope del 23 no nos fuera una molestia. Estaba algo desordenado, pero no tanto como para considerarle guarro. Lo típico de cuando eres estudiante y te da palo recoger ciertas cosas. Así como una sudadera que había por el suelo. Me contó que tenía una compañera de habitación, pero que volvería a la madrugada. Cerramos la puerta con llave y él se abalanzó sobre mí. Me agarró por las nalgas, cargandome y llevandome hasta su escritorio mientras yo le besaba el cuello y él soltaba palabrotas.

"Joder" "Joder" "Mierda". Me gustaba cuando esas palabras salían de su boca, por algún motivo me excitaba ver como pierde el control. Me sentó sobre la mesa, antes habiendo tirado todos los papeles y bolígrafos que había encima. Con una mirada pícara y dejando escapar un pequeño gruñido de excitación, me agarró las bragas color caramelo que llevaba puestas y las deslizó hacia abajo, oliendolas antes de tirarlas por ahí. Estaba mojada desde hace una hora y él lo había notado.

- Uff, si tan sólo supieras que ganas te tenía. - comentó separando mis piernas y acercando su boca a mi intimidad.

Me dejó besos en los muslos, pero no andaba de largas como Joseph, porque en menos de lo que esperaba sus labios ya estaban rozando mi coño. Una onda de calor recorrió todo mi cuerpo y sentía que mi pequeña estaba ardiendo. Con su lengua se deslizaba de arriba a abajo y con la punta hacia círculos en mi clítoris. Ya está. No podía evitarlo más. Solté un sonoro gemido, el cual lo provocó a hacerlo con más intensidad y mis piernas comenzaron a temblar por el placer. Al ver que me estaba complaciendo, metió dos dedos dentro de mí y los movía a toda prisa acompañando con lametones y chupones en mis labios vaginales.

- E-espera. - dije para luego morder mi labio inferior y poner los ojos en blanco.

- ¿No te gusta? - preguntó rascandose la nuca.

- No es eso, al contrario, me gusta demasiado. Pero si lo haces así... Yo...

- Eso es lo que quiero nena. Que te corras mucho y rápido.

Ni siquiera me dió tiempo a rechistar, de nuevo sentía su lengua alrededor de mi intimidad y luego la metió lo máximo que pudo acariciandome por dentro, mientras que con el dedo pulgar estimulaba mi clítoris. Me agarré a su cabello, pasando mis dedos y enterrandolos entre sus mechones. Al llegar necesité unos minutos para recuperar el aliento y volver a sentir mis extremidades. Fue maravilloso eso de sentir que un hombre se agacha frente a tí y te lame como un perrito. Algo que no creo poder experimentar con Joseph por su sentido del orgullo y superioridad.

Mi dueño y jefe © (+18)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें