Capítulo 21

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Positivo en arrogancia. 

Entré en los aseos poco después de Bettany, me había parado una multitud que decidió que era el mejor momento para hacerme preguntas. Busqué con mi mirada y esta se detuvo en una cabina abierta, me acerqué y allí estaba Bett, con las rodillas en el suelo y vomitando. Me agaché al lado suyo y le hice una coleta improvisada para ayudarla a estar más cómoda. Al haber acabado acaricié uno de sus hombros y ella no pudo mirarme a los ojos.

- No me digas que es lo que estoy pensando...

- Ese es el problema. Que ni yo lo sé. - contestó levantándose poco a poco y se fue a poner agua fría en el rostro. Después sacó una prueba de embarazo del bolso. - Llevo con náuseas una semana y mi periódo se retrasó... Tengo miedo de que salga positivo y que Charles no lo acepte.

- ¿Lo dices enserio? Él es el amor de tu vida y estuvo allí siempre para tí. Esta no será la excepción, estoy segura de que te apoyará salga lo que salga. - la abracé y ella correspondió con ganas. - Y ahora ves a hacerte esa prueba.

En el momento en el que convencí a mi amiga de ponerle huevos al asunto y olvidarse de las dudas, escuché un grito que me dejo medio sorda, era justo al lado de la entrada de donde estábamos. Las dos salimos a comprobar a qué venía aquel chillido animal y con lo que nos topamos al salir nos dejó en un completo shock. Un hombre de mediana edad estaba tumbado en el suelo, con un charco de sangre que se hacía cada vez más grande, su cuello tenía un corte similar al de un cuchillo. Mis piernas empezaron a temblar como gelatina, pero mi instinto protector enseguida me hizo reaccionar para poner a Bettany a salvo. Si la prueba salía positiva, en definitiva un susto como aquel podría acabar en un resultado fatal.

La agarré por el brazo, alejandola del cadáver y las mentes curiosas que empezaban a venir desde todos lados. Mientras que yo estaba congelada, Bett rompió en llanto, llenándome el vestido de mocos y lágrimas. Se aferró tan fuerte a mí, que casi me corta la circulación y me deja sin respirar. No pasó ni más de tres minutos y ya ví a Bridget acercarse junto con otro hombre. Eso sí, él no sería capaz de ver nada, el cuerpo estaba rodeado por casi todos los invitados de la gala. Únicamente la policía logró disipar a la gente. Y bien hecho, no había nada más que hacer allí, el asesino escapó y el misterioso hombre ya no iba a levantarse.

Corrí hasta él y lo abracé, obviamente se quedó con la boca abierta y sin entender lo que ocurría. Iba a decirle lo que pasó, pero las palabras no salían de mi boca. Lo poco que pude pronunciar era que un hombre había muerto. Luego todo fue un pestañeo. Se llevaron el cadáver, la gente estaba llamando a sus familias y muchos abandonaban la reunión a toda prisa, aun temiendo por sus vidas. Me recorrió un escalofrío desde mi columna vertebral hasta las puntas de mis pies. Un mal augurio. Un presentimiento de que aquel suceso no era un punto final, sinó un punto y a parte. Ya había tenido esta sensación antes de ser vendida y ahora se volvía a repetir.

Joseph contactó con un servicio de guardaespaldas, en unas horas iba a llegar un profesional a velar por nuestro bienestar. Eso me dejaba más tranquila. En el coche ni me dirigió la palabra. Me puse celosa de Bettany. Tenía un marido que la amaba y ahora estaría dándole su apoyo incondicional para que olvide ese mal rato. Y a mí me tocó viajar con un cerdo que sólo miraba por la ventana y al cuál le sudaba mi salud mental. Es por eso que al pisar la casa me pasé el resto del día en compañia de Rufus. Hasta un animal llenaba más mi corazón que la persona a la cual le di algo tan preciado como mi virginidad.

Todo con él eran preguntas y muchas sin respuesta. Esta misma mañana me hizo sentir el cielo y ahora me mostraba el infierno otra vez. Frío o calor, amor u odio. Entre nosotros no había un balance, siempre era uno o lo otro. Pensé que con Adley hubiese sido más fácil o mejor aún, con cualquier camarero que gane lo justo para pagar el alquiler. Las personas que han pasado por hambre jamás te quitaran un trozo de pan. En cambio Bridget desde pequeño lo tuvo todo y no sabe empatizar o disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Ni del amor en general. Me cuesta siquiera imaginar cómo un hombre así dió todo por una mujer. De seguro son sólo eso, rumores, y la trataba tan mierda como a mí.

Iba a casarme en menos de un mes con un tio que no me ama. Con un matrimonio que va directo al fracaso hasta antes de empezar. ¿Por qué yo? ¿Para que casarse si eres más solitario que otra cosa y aún te quedan heridas? Se metió a la ducha, tardaba mucho en salir. Conclusión: estaba pensando. Es la única explicación por la cual un hombre se queda treinta y cinco minutos encerrado en el baño. "Qué le den, sí, que le den. Ya se arrepentirá y vendrá a mi como sumiso" Me dije para calmar la rabia que tenía acumulada por sus drásticos cambios de humor. Llegué a dar por hecho que era bipolar, por algo iba al psicólogo todos los viernes.

A diferencia de él y sus dulces ronquidos, yo no podía pegar ojo. Esa noche hice de todo. Acabé todas mis tareas laborales, limpie la casa, me hice un baño relajante, me ví un maratón de la saga Crepúsculo y me zampe todas las revistas de Vogue. Eso último acompañado de muchas risas, un elevado precio no siempre coincidía con un acierto en el sentido de la moda. Sólo pude quedar dormida a partir de las seis de la mañana. Y una hora después Joseph me despertó gritandome en la oreja.

- ¿Qué haces hechada aquí en el sofá? Te va a doler la espalda si duermes en esa pose y no quiero gastar mi dinero en un fisioterapeuta. - comentó abriendo la nevera y sacando ingredientes para preparar unos creepes.

Yo aún seguía con las imágenes de la pesadilla que tuve. Soñé que me caía de un precipicio. Uff, nada agradable la verdad. Nuestro planing nos advertía de que tocaba encargarse de los preparativos de boda. Hoy haría mi primera visita a una tienda de vestidos de novia y lo más emocionante es que no había límite en mi presupuesto. Lo que me molestó fue el hecho de que a Joseph se le ocurrió la magnífica idea de enviarme con Adley. La seguridad privada le había fallado por hoy y no se fiaba de nadie más para vigilar mis posaderas. Perfecto, prepararme para una boda que no quiero al lado del patan que me rompió el corazón. ¿Qué podía salir mal?

Decidí dar el primer paso con Bridget y le di un pequeño beso en los labios antes de meter mi maleta en el deportivo rojo de Add. No me dió uno de vuelta, sólo se despidió de mí con la mano y una sonrisa de medio lado. Algo en sus ojos me decía que ni el mismo soportaba su propia actitud. Me percaté de que hubo una mirada entre los dos hombres y parecían estar igual de tensos. Alto tramaban o tenían entre manos. Adley me ofreció poner algo de música pero me negué, no quería que dara por hecho de que lo hemos arreglado. Miré todo el viaje por la ventana. A veces parecía que entre abriese la boca para decir algo, pero inmediatamente lo descartaba.

Al llegar al vestíbulo de Wife Corner ví algo que no me dejó indiferente. Pero os aseguro de que nada bueno. Tanto así que me desmaye por la impresión que me dio.

* * *

¿Qué habrá visto Sen allí?
¿Podrá arreglarlo con Adley?

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Mi dueño y jefe © (+18)Where stories live. Discover now