Capítulo 46 - MAS

Start from the beginning
                                    

— No tienes derecho...

No solo hay nieve, por supuesto que no. Hay casas, hay calles, hay humo saliendo de chimeneas, hay luces de colores que anticipan la llegada de las fiestas. Hay gente. Y de entre todas esas casas, de entre todas chimeneas, de entre todas las luces, hay una que está en completa oscuridad, una que era la sombra de lo que era a causa de su tragedia.

Me quedo en silencio, turbado y furioso al mismo tiempo, el ambiente a mi al rededor se espesa, y sé que estoy transmitiendo el mensaje adecuado: No debiste hacer eso.

Naturalmente, a ella le importa una mierda.

— Morirá a causa tuya —dice.

— ¿Es una amenaza? —siseo, volviendo la mirada hacia ella, preguntándome qué asuntos tiene esta mujer conmigo para traerme aquí.

— Sé lo que estás haciendo.

— ¿Qué mierda sabes de mí? —pregunto en tono queda, dispuesto a largarme.

— Todo —responde con simpleza; de alguna forma inquietante, le creo.

Pienso un poco, busco tranquilizarme antes de salir de control. Cosas oscuras suceden cuando pierdo el control de mí mismo.

Ella no puede saber lo que dice saber... ¿o sí?

¿Qué puede saber? ¿Qué tan lejos llegó con las artes oscuras? Quizás no sepa que morí cerca del lugar. Me trajo a una especie de bosque a las afueras del vecindario, probablemente tenía en mente otra residencia que está por lugar. La casa de Kendall está cerca -de hecho, la puedo ver desde aquí-, así que tendría sentido.

La observo de reojo, su expresión imparcial parece indiferente a mi conflicto interno mientras yo aún trato de decidir entre si es una criatura sádica o simplemente cruel.

— Tú no quieres que ella se vaya —dice, como analizando la situación—, eso supone un problema.

Es verdad que mi mirada voló directamente al que fue mi casa al principio, pero, ahora que veo la casa anterior de Kendall, mis defensas se vuelven menos rígidas y le bajan algunas rayas a su intensidad.

— Blasfemas —respondo, observando ahora la que fue vivienda de Kendall y mi refugio durante algún tiempo—. Ella va a despertar.

— No contigo al rededor.

— No sabes eso.

— Lo sé —zanja.

Suspiro en respuesta.

— De verdad, si me trajiste para esto... Pudiste ahorrarte el mal sabor de boca —retrocedo algunos pasos, dispuesto a irme.

Ella niega con la cabeza, desaprobando mi intención, y de repente me veo inmóvil, paralizado por completo, sin poder desaparecer, sin poder hablar, sin poder hacer nada.

Este truco lo conozco. Nunca he sido capaz de hacerlo, lo que me lleva a preguntarme otra vez qué tanta oscuridad alberga ella en su acervo espiritual para poder realizar cosas que requieren de este nivel.

— No nos estamos entendiendo aquí —me mira, y puedo leer en su mirada claramente: "Eres más estúpido de lo que creí".

Respondo con otra mirada: "¿Y tú qué crees?"

Me mira ligeramente irritada: "De verdad que eres un idiota"

Pongo los ojos en blanco: "¿Y si intentas explicarme?"

— Es peor de lo que tenía en mente: No sabes el daño que le haces-

Frunzo el ceño. O lo intento. ¿Qué quiere decir? ¿Qué daño?

FantasmasWhere stories live. Discover now