Capítulo 15

406 66 6
                                    

Noah miraba fijamente a Mas, no de una forma que intentaría infundir miedo, sino de una en la que trataba de descifrar algo en él. Comprensible, yo siempre miro a Tom de esa manera. Es hermético, imposible saber lo que piensa.

Hablando de Mas, él observaba a Noah de la misma forma. Lo cual sí es de extrañar porque Noah es la persona más transparente que conozco.  Miro a Mas, entonces, tratando de saber qué está pasando por su mente por millonésima vez.

— Estamos perdiendo tiempo —Camille manifiesta su frustración, rompiendo con ello el repentino silencio.

— Cierto. Eh, Noah, ella es...

— Ya nos presentaste  —dice ella—. ¿Quién es el otro? —mira a Mas.

¿Es cierto? Frunzco el ceño, no recordaba haberle dicho su nombre.

— ¿Te dije su nombre?

— Acabas de hacerlo.

Agh, qué confusa es esta mujer. Reprimo el deseo de llevarme las manos a la cabeza.

— Ah, él es Ma...

— Thomas —se adelanta él, antes de que termine—. Puedes decirme Tom —mira en mi dirección, recordándome que Mas es un apodo especial.

— Él es Tom —rectifico, aunque ahora ya no fuese necesario. Rayos, ahora me siento como el tipo de personas que repite lo dicho anteriormente. Gracias, Tom.

— Está bien, de acuerdo. ¿Por qué están aquí Noel y Tom?

Noah rueda los ojos, al menos no se molestó, lleva una pequeña sonrisa en los labios. Pequeña sonrisa que se borra cada vez que ve a Thomas.

— Noah está aquí para conversar contigo —él me mira con bastante extrañeza. Claro, había olvidado decirle. Torpe Kendall—. Y M...Tom, aquí presente, está porque ... —vuelvo a verlo, frunciendo el ceño—. Quiere.

Camille nos mira a todos en conjunto un par de segundos. Parece seleccionar las palabras que dirá a continuación.

— Kendall, mira —me toma de los brazos, trataba de mantenerse serena, mas sus ojos empezaban a mostrar signos de desesperación—: Agradezco todo lo que me has ayudado hasta ahora, pero creo que voy a continuar sola.

Lo entiendo al instante. Cree que no hay nada que alguno de nosotros pueda decir que pueda significarle algo: Nosotros no podríamos ayudarla. Bueno, eso sería cierto en el caso de Thomas, o mío (ya que estamos), pero Noah tiene mucho que ofrecer. Por supuesto, si y solo si mi teoría es acertada. De no serlo... No, las coincidencias fueron de tal magnitud que bastarán incluso para convencer a una Sherlock.

— Camille...

— Lamento si te he ofendido; pero tienes que entender —cuando se aleja un par de pasos, sé lo que va a hacer, va a volver con su cuerpo o buscará la forma de ir con su hijo. Desaparecerá.

— Noah murió por salvar a tu hijo —suelto sin pensar.

Y vaya que fue sin pensar. Pero ya  sabes lo que dicen: situaciones drásticas, medidas drásticas. O algo así.

Como tenía que ser, hay muchas reacciones en el lugar: Por un lado, Camille, que se quedó congelada en su lugar, mirándome e intentando hallar algo en mis ojos que le asegure si lo que digo es cierto o no. Por otro, Noah, cuyos iris parecían empujar sus párpados más de lo que estos podían soportar, abrió la boca, para después cerrarla con los labios apretados. Y luego estaba Mas, que buscaba mi mirada para exigirme una explicación. Él solo estaba confundido y ya.

Sí, Mas, hice algunas cosas cuando no estabas a mi lado. No todo gira al rededor tuyo.

— ¿A qué te refieres? —como siempre, la más fuerte saliendo primero de su estupor.

FantasmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora