Parte 108

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Una sustancia negra, viscosa y pestilente cubrió enteramente el cuerpo decapitado de uno de los aventureros derrotados. La sustancia nacida del maleficio, consumió la carne y profano el alma de aquel hombre como pago para poder dar pasó a una de las creaturas no muertas más poderosas de las que se tuviese conciencia.

El cadáver se deformo, la cabeza cortada que se encontraba a unos metros se fundió de nuevo con su cuerpo. El cadáver del hombre se puso de pie y pronto fue cubierto por tinieblas.

Su piel comenzó a pudrirse, sus cuencas oculares hirvieron, sus ojos se derritieron y tan solo quedaron atrás dos huecos vacíos.

Las telas de sus ropas se transformaron en placas negras con trazas rojas. Su cabello se transformó en un colosal casco con dos cuernos saliéndole por los lados. Su cuerpo creció hasta magnitudes ridículas que rivalizaban con las de un gigante.

En sus manos se materializaron una espada ondulada que resplandecía con un brillo maldito, y escudo de la torre que cubría tres cuartas partes de su cuerpo.

Su vientre se redujo a apenas unos pocos centímetros de ancho, y por la forma en la que abría su boca, claramente extasiado, parecía estar ansioso por devorar algo... lo que fuera, incluso si se tratase de la vida misma o del mundo si se lo permitieran.

Finalmente, en sus cuencas vacías se encendieron dos luces rojas que ardieron con ira y mostraron a quienes lo veía una inagotable sed de sangre.

Era la encarnación de la brutalidad, la profanación de la caballería. Era un guerrero caído en desgracia que murió maldiciendo la vida.

Era una existencia capaz de arrasar con naciones enteras.

Era un guerrero maldito.

Un soldado perfecto.

Era el campeón de los no-muertos.

Era...

-¡Un caballero de la muerte! ¡Retírense, Retírense!- Gritaba Pavel desde un tejado lejano.

Nunca había visto uno con sus propios ojos, pero jamás olvidaría esa descripción que encontró en los libros sobre monstruos. Esa armadura de placas negras, con púas y trazas rojas que simulaban vasos sanguíneos solo podía pertenecer al no-muerto que podían arrasar con todo en su camino.

Debía ser la misma creatura, que según se decía, uno de los 13 héroes domó en el pasado.

Una existencia que afortunadamente no aparecía en varias décadas e incluso podía tardarse en aparecer varios cientos de años.

Era un caballero maldito, que superaba en poder y resistencia, incluso a los dragones esqueléticos.

Era un guerrero implacable por encima de Pavel o Remedios.

Y aunque no todos conocían su leyenda, cada uno de quienes lo miro pudo sentir el aura abrumadora viniendo de aquel no-muerto, y comprendieron que era una existencia los superaba por completo. Incluso Remedios, quien confiaba en su espada sagrada para asesinar no-muerto, tembló con miedo al ver la creatura que había nacido de aquel orbe negro.

Afortunadamente la creatura no era invencible, pero harían falta muchos recursos y tiempo para hacerle frente, y eso únicamente si lo combatían como un enemigo único, pero con los dragones y la dama negra acosándolos a cada paso, sería imposible darle muerte a ese caballero brutal.

Pero podían hacerlo, podían retirarse y reunir más fuerzas, después de todo, ahora que el nigromante estaba muerto había comprado mucho tiempo.

Y quizás Remedios no tuviese el cerebro para plantearse una retirada para reunir fuerzas, pero Pavel si y por ello dio la orden de abandonar este combate, sin embargo, debido a la gran distancia nadie más que Neia pudo escuchar a Pavel.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz