Parte 29

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La sangre manchaba la tierra como la lluvia en primavera.

El líquido rojizo brillaba con intensidad al salir y su color se apagaba al caer.

El capitán de los guerreros soltó su arma y se sostuvo el brazo tratando de detener la sangre que brotaba antes que muriera por sus heridas.

Enri veía aquel hombre que según se decía era el mas poderoso del reino, temer a perder su vida de manera tan sencilla. El noble a lo lejos estaba perplejo. El no apreciaba a Gazef, y en su mente era mejor si ese capitán terminaba muerto. Pero reconocía su fuerza, y por ello sintió como un escalofrió le recorría al ver como aquella niña había superado tan fácilmente la fuerza del capitán que ya era conocida como legendaria.

-¡USTEDES, CURENLO!- grito el noble a sus guarda espaldas, todos ex-aventureros de rango platino.

Los guardias por su parte se vieron confundidos, ya que antes de llegar al campo su amo les había ordenado que mataran a Gazef si veian un momento apropiado. Pero ahora veian los ojos de ese hombre llenos de pánico.

Por ahora obedecerían la orden más reciente.

Los ex-aventureros se lanzaron hacia donde se encontraba Gazef acompañados por los propios hombres del capitán guerrero, y al verlos acercarse Enri retrocedió, no porque tuviera miedo a la fuerza de sus enemigos, sino porque aún se sentía perturbada por haberle causado semejante daño a un hombre cuyo nombre ya era leyenda.

-¡¿Cómo?!- grito un clérigo al ver la herida de gazef.

El clérigo esperaba encontrarse con un corte limpio, pero lo que vio fue un muñón destrozado. No parecía como si una espada hubiera causado esa herida, era más bien como si le hubieran arrancado el brazo con un enorme mazo.

Uno de los hombres de Gazef junto con el clérigo que servía al noble se coordinaron para sanar la terrible herida.

-Ritual: Sobre-magia: Sanación de heridas masivas-
-Ritual: Sobre-magia: Sanación de heridas masivas-

Después de recitar su hechizo ambos cayeron rendidos al suelo ya sin una pizca de mana, pero gracias a ello, el capitán Gazef vio sanada su herida junto con su brazo recuperado.

Ulbert y Momonga vieron sorprendidos lo que esos dos acababan de hacer, esa debía ser la famosa magia ritual que los hombres de la teocracia habían mencionado durante los interrogatorios.

Los guerreros de Gazef y los guardias del noble rodearon al capitán guerrero mientras este recuperaba el aliento y recibía una espada por parte de un ayudante.

Mas al mismo tiempo todos pudieron oir claramente un sonido metálico que venía de enfrente de ellos.

Aquella chica había podido al fin calmar su mente y volvió a levantar su espada.

La dulce chica de ojos fieros, que había sido una campesina toda su vida y tenía como testigo de ese hecho su piel reflejando los años de trabajo bajo el indomable sol, les plantaba cara ella sola a aquellos soldados que constituían la elite del Reino.

Enri no podía alcanzar a comprender lo que se había significado el que le cortara un brazo a Gazef, y ni siquiera había notado a los 2.000 soldados del ejército temblando en sus armaduras.

"¿Quién era ella?" fue la pregunta que reinaba entre los hombres del reino. Alguien asi de fuerte, alguien no solo capaz de plantarle cara a Gazef sino también las timarlo de semejante manera, podía ser una cualquiera. Su nombre debería haber sido alzado al lado de muchas otras leyendas.

¿O era acaso que se trataba de una extranjera? ¿Venia de aquellas tierras desconocidas donde gobernaban lo semi-humanos?

Algunos ya comenzaban a pensar que esa dulce apariencia de la chica era una fachada. Nadie podía creer que alguien se veía así de joven pudiese hacer algo como lo que sus ojos contemplaban.

Solo unos pocos tenían algo cercano a una respuesta para el misterio que Enri significaba.

Uno de los hombres de Gazef le susurro al oído: -Capitan... tiene que ser ella, de la que hablaron los informes-

En la mente de Gazef apareció un comunicado enviado al reino como cortesía por parte de la teocracia Slain, dicho documento hablaba de una joven desertora perteneciente a una unidad de elite de la teocracia.

Una asesina poderosos que había sido bien entrenada.

La descripción de dicha mujer era:

Una joven de más de 20 años, con el cabello rubio hasta los hombros. Era todo lo que habían compartido.

La joven aquí presente no parecía tener mas de 16, su cabello era rubio, pero bastante largo y bien recogido en una trenza.

Pero no sabían exactamente hace cuanto tiempo habia desertado esa mujer. Cabia la posibilidad que eso hubiese sucedido hace ya mucho tiempo y que recientemente informaron de ello porque no eran capases de encontrarla.

Por lo que las posibilidades eran muy altas.

Y Gazef concluyo que la mujer frente a él era aquella desertora y asesina de la que tanto se hablaba... Clementine.

¿Pero que hacia una persona asi con ese trio? ¿Estaban juntos desde el inicio? ¿Siempre estuvieron trabajando para la teocracia Slain? ¿O sencillamente se habían encontrado a Clementine y le habían sometido para que trabajase para ellos?

Gazef no tenía la respuesta, solo un miedo profundo a tener que enfrentar a semejante guerrera...

Sentía una profunda preocupación por que haría si llegaba a ganar, pues detrás de ella aún quedaban 3 enemigos que ya podían considerar como amenazas divinas...

Mientras tanto, en la retaguardia, Momonga discutía si debían probar hechizos de apoyo en Enri para saber mejor cómo funcionan en este mundo. Ulbert estaba ansioso por lanzar una bola de fuego al ejercito enemigo y ver como todos corrían despavoridos, mientras que TouchMe sin darse cuenta ya estaba criticando duramente la poca habilidad de la chica.

El reino estaba en riesgo de ser exterminado. Enri se estaba convirtiendo en una leyenda, pero a esos 3, poco o nada les importaba.

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