Overlord: Trinidad Caps 1-170

Parte 82

Momonga se encontraba sentado en completo silencio.

El Overlord observo su propia mano con detenimiento, como si le desconcertara lo que veía.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que se cortó las uñas? ¿Cuánto hace que no sentía esa necesidad compulsiva por lavarse las manos? Todas esas cosas eran... "Trivialidades", pero al darse cuenta de esas cosas, Satoru Suzuki se sintió más cerca de Momonga, y más lejos del humano que sentía, aún era.

Gritar no era un acto humano. Gritar era incorrecto, era equivocado para cualquier niño que tuviera más de 8 años. Un acto molesto y estigmatizado ¿Cuántas veces durante sus primeros años de infancia, a Satoru Suzuki le dijeron que no gritara?

¿Cuánto hace que no lo hacía?

Entonces...

¿Qué había sido aquello? Sentado en el trono, esperando a que volvieran las guardianas, era todo lo que Momonga se preguntaba.

Ciertamente, el comentario de TouchMe lo enfureció, pero... esa furia no era muy diferente a la que sentía día con día. La verdad era que en otro momento, una de sus compañeras de trabajo, le había dicho algo, tanto o más hiriente que esto. Y aun en aquella ocasión, Satoru Suzuki solo se mantuvo callado y sonriendo, mientras todos veían como era insultado por aquella personal.

Quizás esa era la respuesta.

Satoru Suzuki se hubiese mantenido en silencio ante las palabras de su amigo.

Pero tras combatir al hombre de la lanza, enfrentarse a Rubedo, y a una posible traición de Albedo, era Momonga quien estaba a cargo, había sido el Overlord quien había gritado... y ese no-muerto, rey de la tumba, no se quedaría callado mientras alguien cuestionaba el amor que este tenía por aquellos hijos que le fueron encomendados.

Aunque ahora que lo pensaba de esa manera, otra pregunta nació en la mente de Momonga.

¿Cómo se había atrevido a retar a TouchMe? Aun con su propio ítem mundial, y sentado en el trono de los reyes, Momonga tenía pocas posibilidades de ganar, estando a tan corta distancia.

Pero eso abría otra pregunta.

¿Por qué TouchMe había saltado hacia atrás? ¿Por qué haría eso un guerrero cuerpo a cuerpo como lo era TouchMe?

Por más que lo pensaba, Momonga solo podía pensar en una posible respuesta para ese extraño comportamiento...

Miedo.

Quizás... Por ese breve momento, TouchMe dejo de pensar como el duelista que era, abandono la lógica que regía los combates en Yggdrasil, y cometió, lo que posiblemente hubiese sido un suicidio si Momonga hubiera tenido la intención de lastimarlo.

¿O quizás solo estaba confiado en su abrumadora fuerza? Si, quizás era eso...
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Un portal se abrió frente al trono.

Con la velocidad de un rayo, la primera en salir por él fue Shalltear, envuelta en su armadura carmesí. Seguido a ella, Albedo, aun con el traje de Miko, caminaba arrastrando las pesadas cadenas que tenían como propósito contenerla.

Y tras unos segundos, Aura y Mare hicieron acto de presencia. Los elfos se veían agitados. Aura estaba sudando.

En ese momento, solo a ulbert le parecio extraño que tardaran un poco en anunciarse.

Shalltear, antes de decir una sola palabra, miro con intriga a los seres supremos. Le pareció extraño que estuvieran tan distanciados uno de otro, y aun que había algo de tensión en el aire, nada indicaba que se fuera a desatar una pelea.