Parte 102

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Remedios sujetaba con fuerza a la joven Neia, molesta, muy molesta por escuchar el nombre de los enemigos de la vida, de los humanos traidores.

Remedios al igual que cualquier otro paladín o guerrero santo, repudiaba a los nigromantes y el solo pensar que una escudera de su orden había pronunciado esa profesión maldita la asqueo. Sin embargo, tenía que confirmarlo ¿Realmente la niña había escuchado eso?

Si Neia tuviese algo más de confianza en sí misma, hubiese respondido sin problema. Habría declarado que las personas de E-Rantel gritaban "Nigromante". Lamentablemente Neia carecía de esa confianza, y tan solo pudo permanecer en silencio mientras Remedios la agitaba.

Normalmente las acciones de Remedios no tendrían nada de malo, incluso su vice-capitán veía normal este comportamiento, aun cuando Remedios sujetaba con tal fuerza a Neia que esta parecía estar a punto de llorar. Sin embargo,  había una persona aquí que enfureció con este acto.

-Suficiente, Custodios- dijo Pavel, el color negro de manera susurrante a la capitana para que esta soltara a su hija.

Remedios sin embargo no obedeció a Pavel y siguió sujetando a Neia aun con mas fuerza.

Pavel intento separar a la capitana de su hija, pero la brutal fuerza de Remedios superaba por mucho a la de Pavel, un arquero.

Neia cada vez tenía más miedo de responder, más que nada, el que su padre saltara a salvarla le confundió y asusto, más aun cuando Pavel, harto de que Remedios siguiera gritando en una misión secreta, lanzo un no tan fuerte pero bien acertado golpe a la mandíbula de Remedios.

Remedios era fuerte y tenía una gran resistencia, pero pese a todo seguía siendo humana. El golpe en su mandíbula le quito sus fuerzas, la aturdió y dio oportunidad para que Pavel empujara con fuerza a Remedios, alejándola de esta manera de su hija.

Remedios se quedo mirando en silencio unos segundos a Pavel, intentando procesar lo que habia pasado. Y mientras el arquero comprobaba que su hija se encontrara bien, la capitana furiosa, le grito ahora al color negro:

-¡¿Qué crees que haces Pavel?! ¡Esa chica...!- 

Remedios replico, pero antes de poder terminar su argumento, Pavel vio a través de la pobre mente de la capitana y le dijo:

-Primero... no grites, tonta, y segundo ¿Con que derecho agredes a mi subordinada? Neia no se encuentra aquí como escudera de los paladines, no tienes ningun derecho a tocar. Es mi ayudante y si usted la hiere no podrá sernos de ayuda durante la misión ¿Entiende lo peligroso viajar con un elemento menos? Color blanco...-

La cara de Remedios se puso roja, miro con odio a Pavel mientras intentaba recordar ¿Cuánto tiempo había pasado desde que alguien le hablo de esa manera?

Por poseer la espada sagrada del reino, Remedios se encontraba por encima de muchas personas, incluso los demás colores, quienes no podían discutir contra su autoridad. E incluso en la situación actual, Pavel era un subordinado de Remedio en esta misión, y como tal, jamás debió hablarle de esa manera a su líder y capitana. Aun cuando Remedios hubiese actuado mal, la acción de empujar a la capitana debió ser repudiada por todos los presentes, y sin embargo, Rena y Lucia no se pronunciaban en contra de Pavel, e incluso su propio vice-capitán parecía avergonzado por la acción de Remedios.

A Rena solo le importaba la misión, que Pavel fuera su esposo era irrelevante. Lucia era parte de las fuerzas a apoyo, jamás tomaba partido por nadie. El vice-capitan era subordinado de Remedios y sin embargo no pareció molesto con Pavel por su actuar.

La razón de esto era que Pavel era el más experimentado de todos los presentes.

Remedios era el color blanco, una heroína del reino, un combatiente cuerpo a cuerpo excepcional y sin rival dentro de su país, sus únicos defectos eran su carácter, su falta de inteligencia y planeamiento a largo plazo.

Pavel por otro lado, era el color negro, un héroe en el campo de batalla, con más experiencia que Remedios, un hombre que se había curtido en el combate y cuyas hazañas eran cantadas por los bardos en las calles y los borrachos en los bares.

Mientras la Reina santa actual estaba siendo amantada, Pavel se lanzaba aun mundo hostil para proteger la paz con las que estas niñas crecieron.

Mientras Remedios aprendía a limpiarse la baba ella sola, Pavel se labraba un camino como un guerrero consumado.

Desde la tierna edad de 12 años, Pavel sirvió en la muralla y fuera de ella, el único camino que el huérfano encontró para sobrevivir y llevar una buena vida fue combatir por la nación que después le daría todo...

Su equipo mágico era prueba de que era apreciado por los viejos y nuevos gobernantes. Su guarnición esperándolo en la muralla daba testimonio de su habilidad en batalla. Su esposa Rena que lo veía enfrentar a Remedios, constataba que Pavel no se rendía ante nada. Y su hija... le recordaba que no estaba solo... que por fin tenía una familia esperándolo en casa.

Remedios era superior en rango, pero fuera del país, fuera de la muralla y ante un gran peligro, todos sabían en quien confiar, incluso el vice-capitán Gustav entendía que quienes lideraban esta expedición eran los guías.

En esta situación en la que era acompañada por 3 personas que la superaban en experiencia y edad, Remedios no era la auténtica líder, sino una cara bonita, una figura famosa que se dirigía al pueblo Carne para darle peso a las negociaciones.

Todos entendía el papel y el valor de Pavel, todos menos la capitana Remedios que tan solo pudo ver una insubordinación.

La paladina, dispuesta a cumplir con el castigo para aquellos que agreden a un superior, desenfundo su espada y...

-Ahora están gritan "no-Muertos..."- dijo Neia, diluyendo de esta manera la tensión en el ambiente.

-¿Estas segura, Neia?- pregunto Pavel.

Debido a todo el ruido de la ciudad a Pavel se le dificultaba distinguir las voces, el estaba a acostumbrado a la quietud de los bosques y la paz de la muralla, Neia por su parte había vivido toda su vida en la ciudad y no le daba problema reconocer lo que la gente decía.

-No tengo duda... Nigromantes... fuego... no-muertos... ¡¿Dragones?!-

Dragones... una palabra que altero a los presentes, incluso Rena pareció temblar ligeramente cuando Neia menciono a las creaturas más poderosas.

-¿Estas segura? ¿Dragones?- Pavel confiaba en su hija... pero no podía ver a dragones y no muertos trabajando juntos a menos que...

-la gente está gritando dragones... no estoy segura... no pueden ser...-

Neia dudaba de lo que escuchaba, pero muchos pobladores gritaban esas 4 palabras "Nigromantes" "No Muertos" y "Dragones"

Las palabras de la chica no parecían de fiar... pero al ver una ciudad entera ser evacuado en medio de la noche, daba sentido a lo que decía.

Remedios vio entonces aterrada como las interminables hordas de ciudadanos cruzaban las triples murallas y salían a las llanuras con miedo. Esa escena no le permitió notar que tanto Rena como Lucia, estaban preparándose a para atacar a la por la espalda si intentaba lastimar al color negro.

Remedios desenfundo su espada para atacar a Pavel, tanto Rena como Lucia entendía que el perder al guía hubiese sido la muerte, y que  todo fuera por un arrebato de Remedios hubiese sido muestra de debilidad ante las personas que irían a ver.

Esta era la razón por la que Pavel y Rena temían por sus vidas. Estaban siendo liderados por una id*ota acostumbrada al palacio real y sin verdadera experiencia fuera de la muralla...

Overlord: Trinidad Caps 1-170Where stories live. Discover now