Parte 27

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¿Cómo se anuncia un ejército?

Tocando sus tambores, izando sus banderas. Se anuncia con el estruendoso sonido que producen sus miles de pasos sobre la tierra. El sonido del metal chocando es su grito de guerra.

Aquel inconfundible sonido pudo comenzar a escucharse cuando las fuerzas del reino se encontraron a 2.5 kilómetros de Carne.

Era un sonido tan intimidante, que las tres presencias nacidas de aquella oscuridad perdieron la atención de los aventureros.

"¿Tan rápido? ¿Cómo llegaron tan rápido?" se preguntaba con pánico Nfirea, quien habría podido jurar por su vida que tenían al menos 2 horas de ventaja. Como un chico de ciudad Nfirea no lo sabía, pero cerca del 90% de los soldados regulares habían sido en el pasado campesinos salidos de la más miserable pobreza, y como tales, estaban acostumbrados a caminar todo el día, por lo que esta pequeña caminata de la capital a E-rantel y después a Carne, era poco para ellos.

Y por supuesto, la confianza y el orgullo que sentían al caminar al lado del gran capitán guerrero Gazef Stronoff les daba la fuerza para avanzar, un poco más rápido de lo habitual. Admiraban a aquel hombre igual a ellos.

Gazef no era un noble, no era parte de la realeza ni habia sido acogido por una gran familia; era solo un hombre que se abrió paso por la vida con la propia fuerza de sus brazos. Ese era sin duda alguna, el mejor hombre para liderar a este grupo de antiguos campesinos que hoy se dirigían a "liberar" un pueblo capturado por un enemigo desconocido.

-Hacen mucho escandalo para ser tan pocos- Comento Ulbert disfrazado como un monje.

-¿Pocos? ¿Gown-sama? Disculpe, pero todo ese ruido... no suena como si fueran pocos- Enri hablo de manera respetuosa a uno de los amigos de Momonga.

-Bueno... por el sonido... deben ser dos mil- respondió Ulbert aparentando haberlo determinado por el sonido de los pasos (Aunque la cantidad exacta de enemigos le había sido dado por Nigredo)

Al escuchar esa cantidad, Enri, sobresaltada grito -¡¿DOS MIL?!- el rostro de la chica se puso pálido. No había perdido su voluntad para pelear, pero como una persona ordinaria no podía negar algo que era una respuesta natural.

Enri había crecido en Carne, un pueblo con no más de 200 habitantes. Jamás había ido a la ciudad, jamás había salido de los confines de su pequeño hogar, por lo que solo podía imaginarse lo que la cantidad de 2.000 podía significar. Y para Enri, ese número que era 10 veces la cantidad de habitantes que alguna vez tuvo Carne, era no menos que abrumador.

-¿Ahora lo entiendes Enri? Por eso tenemos que ir nos de aquí- hablo preocupado Nfirea mientras sanaba la herida del aventurero que su amiga mando a volar.

-Dos mil... la capital se lo está tomando enserio- comento con pesadez uno de los aventureros que se encontraba con su arma desenvainada contra la chica.

La situación parecía la peor, una cantidad de enemigos descomunal se dirigía hacia el pueblo, mas entonces, antes de que el terror se comiera el corazón de los presentes, la mayoría noto como esas 3 personas nacidas de la oscuridad se mantenían tranquilas...

Si bien, una persona capaz de controlar esa extraña magia no podia ser normal, seguia pareciendo extraño que no se mostraran asustados.

En el grupo de los aventureros contratados por Nfirea había 2 hechiceros arcanos, muy poderosos y talentosos, pero sus magias solo llegaban hasta el nivel 3, por lo que desconocían la naturaleza o la apariencia de ese legendario hechizo de quinto nivel llamado "Teletransportacion" y dieron por hecho que ese portal negro era la apriencia del hechizo de transporte por excelencia.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Where stories live. Discover now