Parte 68: Rubedo

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Tras el escape de esos 3 extraños aventureros de rango cobre, los 3 únicos sobrevivientes de la escritura negra consideraron que era buen momento para imitar a sus enemigos, pues justo como lo había indicado la princesa dorada, un gran número de soldados de vanguardia y hechiceros se dirigían aquí para contener el fuego que causo ese maldito hechizo que los derribo en medio de la teletransportación.

Lakyus deseaba que esos sirvientes de los dioses la acompañaran, pues tenían que llevarlos a un lugar seguro donde no fuera descubiertos, pues se pese a que era una ciudadana y noble del reino, también era una sacerdotisa, y secretamente, era una espía para la teocracia.

No es que Lakyus fuera un traidora, ciertamente ella no sabía sobre las maquinaciones de la teocracia, ni de aquel plan secreto para matar a Gazef. Ella solo creía que la teocracia luchaba por la humanidad, por lo que como aventurera y creyente, pensó que lo mejor era ayudar.

Aun así, los tres miembros de la teocracia no se fiaron de ella, y aun que no la mataron como debió ser según sus reglas, sí que la dejaron ahí abandonada.

Una de los 3 sobrevivientes, la mujer de cabello rubio a la que se le apodaba "Canto divino" recito un par de palabras en un idioma extraño y con ellas, los 3 miembros de la teocracia desaparecieron.

Esta noche... esta maldita noche...

Habían muerto casi todos los miembros de la escritura negra a manos de dos únicos guerreros. La anciana Kaire portadora de "La caída del castillo y el país" al igual que "Canto divino" quien portaba "El juicio de Horus" no eran conscientes de la regla que afectaba a los ítems mundiales y sus portadores.

"Esa arma era un tesoro dejado atrás por los dioses" se dijo a sí mismo el lancero mientras corrían invisibles hacia el templo del dios del fuego.

Y por encima de los 2 monstruos que asesinaron a todo su equipo, se encontraban esos 3 guerreros.

Uno de ellos sobrevivió a su ataque.

Ello significaba entonces que aquel guerrero oscuro debía ser alguien de un noble corazón. Un héroe de intachable moral, un campeón de la humanidad... Eso o era un monstruo increíblemente poderoso.

El lancero observo su arma. Aquella hoja divina hacía daño al objetivo dependiendo el grado de maldad que este tuviera. De hecho, uno de los requisitos para portar esta lanza, era primero sobrevivir a ser apuñalado en el corazón con esta, de manera que se aseguraba que el siguiente portador fuera un humano de corazón puro.

Se recordaba de hecho, que un "Fracaso" que surgió durante de la creación de esta lanza habida sido regalado al reino santo, en donde hasta el día de hoy se conservaba como un tesoro sagrado.

Entre más malvado más daño causaba. Pero incluso personas de un buen corazón recibirían mucho daño de esta arma, como pareció ser el caso con el guerrero oscuro.

Pero entonces ¿EL guerrero era malvado pero muy fuerte? ¿O era débil y de buen corazón?

Después de ver el hechizo que habían usado contra él, el lancero aposto por la primera opción.

Después de sortear a algunos guardias, y siendo perseguidos por Lakyus quien podía escuchar sus pisadas, los tres miembros de la teocracia llegaron por fin a donde debían de haber sido teletransportados.

Estaban a las puertas del templo del dios del fuego.

El lancero observo a su compañera, quien llevaba un par de guantes cubriéndole las manos, cada uno con una gema en la palma.

"Espero que sigan vivos..." se dijo a si mismo el lancero, mientras recordaba a aquel escudero demonio, y al hombre que llevaba cargando...

(Nota del autor: haber... sin mentir... ¿A cuántos de ustedes ya se les había olvidado Brain?)
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Overlord: Trinidad Caps 1-170Where stories live. Discover now