Parte 94

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La princesa dorada Renner era vista por su pueblo como una santa, los nobles la consideraban un lindo adorno, sus hermanas la veían como una molestia y para sus hermanos era apenas una herramienta. Era una salvadora a los ojos de su guarda espaldas y para su padre, el rey, Renner era la más grande de sus alegrías y único consuelo en tiempos difíciles.

Pero para la aventurera de rango adamantina, Lakyus, la princesa dorada era una buena amiga. Dentro del reino había pocas personas que velaban por el bienestar de los plebeyos  y tuvieran un interés genuino por erradicar el veneno que los estaba consumiendo. Para fortuna de Lakyus, esta vieja amiga era conocida por ser una de esas personas.

Renner era el único miembro dentro de la familia real que tomaba acciones contra los 8 dedos, y aun que no podía hacerlo de manera abierta era de mucha ayuda, pues el rey estaba atado de manos a causa de los nobles que estaban asociados con los 8 dedos. Las otras princesas no actuaban en bien de nadie y los príncipes ignoraban la amenaza y tan solo recibían los regalos que venían de manos de los nobles corrompidos por aquella organización criminal.

Esto dejaba a Renner sola dentro del palacio, y la única manera que la princesa tenia para llevar acabo su batalla por el pueblo, era recurría este peculiar grupo de aventureras liderado por una vieja amiga que no pedía mucho a cambio de prestar sus servicios.

Hoy Lakyus visitaba a esa princesa en compañía de una de sus compañeras de equipo. La aventurera que no hoy no llevaba su armadura ni portaba el arma que la convirtió en leyenda, vestía de una manera que complacería a su familia. Lakyus llevaba puesto un fino vestido de seda color cielo y portaba las más lujosas joyas que tenía su familia. La imagen que reflejaba era la de una noble de alta cuna, una imagen apropiada para la chica que realmente era la hija de un noble.

Aunque Renner no gustaba de su título lo encontró conveniente, pues  normalmente sería impensable que la princesa más amada y una aventurera se reunieran, pero debido a su sangre y título, esta clase de reuniones podían hacerse sin problemas, aunque también su posición como noble era la razón por la que no podía atacar publica ni políticamente a los nobles corruptos.

Un arma de doble filo enverdad.

Lakyus toco la puerta de la princesa y esta se abrió, revelando detrás de ella a un joven de cabello rubio y armadura blanca, alguien a quien Lakyus conocía bien.
Este era el guardia personal de Renner abrió. Aquel chico que la princesa salvo hace tiempo, abrió la puerta y dejo entrar a las dos aventureras. Lakyus observo a su amiga sentada tomando el té a un lado de una gran ventana mientras saludaba a la visitante. Lakyus tomo el asiento al otro lado de la pequeña mensa, y Tina, la compañera que siguió a Lakyus al castillo, se dirigió a una esquina de la habitación y se sentó en ella como una niña castigada.

-Parece que has tenido unos días difíciles- le dijo la princesa dorada a su amiga quien tenía pronunciadas ojeras. –No es que esos círculos negros afecten tu belleza, pero deberías cuidar un poco más de tus horas de sueño-

Renner sonrió amargamente.

–Ojala pudiera, pero por el panorama actual me es difícil- dijo Lakyus mientras recibía una tasa de té por parte de la princesa. -¿Sabes a lo que me refiero?-

Renner aparto su mirada y dirigió su vista a la ventana. -Escuche que planean liberar a Malmvist esta noche ¿es eso?- dijo de manera triste la princesa.

Malmvist, o en este caso, Doppel-Malmvist estaba encerrado en una pequeña prisión dentro de la capital a la espera de ser rescatado por sus compañeros de los 8 dedos; y aunque en realidad esta era una trampa de TouchMe puesta para capturar a esos criminales, Renner y Lakyus no tenían manera de saber esto, y la amenaza de ese hombre siendo liberado les preocupaba.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora