Parte 105

1.2K 143 29
                                    

Uno de los hombres que enfrentaba a Clementine...

¿Cuál era su nombre?

No puedo recordarlo, pero era una persona que pasaba desapercibida muy a menudo. Había vivido en E-Rantel gran parte de  su vida, y motivado por el trabajo como mercaderes de su familia, se volvió un aventurero a los 15 años, con la esperanza de algún, ser quien protegiera la caravana familiar.  Dicho esto, él jamás pudo cumplir ese sueño, pues sus habilidades siempre eran requeridas en otras áreas. Mostró talento con la lanza, ascendió entre el gremio con rapidez, y a los 23 años alcanzo el rango Mitril.

Ese hombre... murió esta noche.

Dejo atrás a 4 hijos y una esposa que lo amaba con locura, tenía 7 hermanos, de los cuales 4 murieron esta noche.

Clementine jamás conoció su nombre, pero nunca en la vida lograría olvidar su rostro.

Exhausta, por haber asesinado a 48 de los mejores guerreros del reino, y abrumada, por luchar al mismo tiempo contra 14 de los mejores aventureros del país, Clemetine bajo ligeramente su guardia. Fue apenas una apertura menor, pero ese momento, ese pequeño descuido, fue suficiente para que ese hombre lograra asestar el primer golpe que Clementine había recibido en toda la noche.

Fue apenas un pequeño corte, nada crítico, nada que detuviera o debilitara a la experimentada guerrera.

Pero...

Clementine miro furiosa al hombre que había lastimado su preciosa piel. Ese no era uno de los ninjas de su nuevo rey, no era uno de los malditos semi-dioses que tanto desprecia, ni siquiera era un guerrero de rango adamantina. Tan solo era el quinto hijo de un mercader, aquel que logro asestar un golpe a un enemigo superior...

Antes de que el hombre pudiera corregir el rumbo de su lanza para causar una herida mayor, Clementine dio un paso  a una velocidad inhumana y se acercó lo suficiente para que sus espadas, rotas y oxidadas, sirvieran como guillotina para la cabeza del hombre que por pura suerte logro atravesar su guardia.

La cabeza del aventurero cayó a los pies de Clementine, esto causo que los demás guerreros diesen un salto para ganar distancia, se alejaron lo suficiente para no ser alcanzado por las espadas rotas, pero se quedaron a una distancia idónea para realizar un nuevo ataque.

Sin embargo, aunque la voluntad de pelear aun ardía en ellos, todos estaban inquietos y tenían miedo.

-¡¿Cómo carajo hace eso con esas cosas?!- Grito horrorizado uno de los aventureros de rango platino, pues no podía creer que espadas tan cortas y sin filo pudiesen decapitar a un hombre, de hecho, aun se sentía abismado por todos aquellos  en el suelo, que murieron por el metal de esas armas.

-¡Cuidado!-

El guerrero de rango platino se quedó quieto unos pocos segundos, los suficientes para que uno de los dragones esqueletos diese un coletazo, que convirtió al aventurero en carne y sangre  que se desparramaron por el suelo.

-¡Maldita sea!-

Los guerreros fueron bañados con parte de la sangre, y con el asco y la rabia creciendo, reanudaron su ataque contra Clementine.

Uno de los dragones esqueleto, el segundo en ser invocado fue quien dio el golpe fatal contra aquel aventurero, fue ese dragón que se encontraba dando sus últimos ataques antes de desmoronarse, incluso, por la forma en la que se resistia a caer, muchos se preguntaron si acaso los no-muertos como este, tambien tenían voluntad.

El segundo dragón había retenido a los luchadores pesados, dejando que Clementine se encargara de los ligeros, y por tanto más rápidos. El primero de los dragones estaba casi intacto, este se centró en llamar la atención de los arqueros y demás atacantes de mucho rango.

Overlord: Trinidad Caps 1-170Donde viven las historias. Descúbrelo ahora