22. Bajo las estrellas

Start from the beginning
                                    

- A mi no me mires, hijo de Poseidón. Mei estaba a punto de convertirlos en lagartijas cuando lanzó un grito de dolor mientras se tomaba fuertemente la cabeza. Quise ayudarla, pero no sabía que tenía. Además, Gaia comenzó a decir que... -Piper se atoró en aquella parte, dudando en repetir las palabras de la cara de tierra. Yo bajé la mirada- Eso no es cierto, Mei. Todos aquí somos un equipo y confiamos los unos en los otros.

Ojalá la persuasión de Piper hubiera funcionado, podría haberme subido un poco el ánimo. Lastimosamente, sabía que no era cierto.

- Sabes que es verdad. No hubiera hecho una promesa contigo si no confiara en ti -me sonrió Jason poniendo una mano sobre mi hombro, después frunció el ceño- Me han dejado inconsciente dos veces en dos días. Menudo semidiós -lanzó una mirada a Percy con aire avergonzado- Lo siento, colega. No quería atacarte.

La camiseta de Percy estaba acribillada de quemaduras. Tenía el cabello mas despeinado que de costumbre. A pesar de ello, consiguió sonreír débilmente.

- No es la primera vez. Tu hermana mayor me dio de lo lindo una vez en el campamento.

- Sí, pero... yo podría haberte matado.

- O yo podría haberte matado a ti -dijo Percy.

Jason se encogió de hombros. Como si aquella idea fuera la más absurda que alguna vez hubiera escuchado.

- Tal vez, si en Kansas hubiera habido mar.

- No necesito mar...

- Chicos -los interrumpí- Seguro que se les hubiera dado de maravilla matarse entre sí, pero ahora tienen que descansar.

La opresión del pecho no se me iba. Es más, incrementaba con cada minuto que pasaba, sentía que en cualquier segundo iba a desmoronarme, ahí, delante de todos y la verdad, no me apetecía hacerlo. Antes de que Leo dijera algo, yo me levanté.

- Y yo también -añadí- Iré a mi habitación a descansar un poco. La cabeza aún está matándome.

- Tal vez deberías quedarte en la enfermería, Mei -sugirió Hazel.

- Me siento más cómoda en mi cuarto -concluí, agradeciendo que nadie me contradijera. Si bien actuaban como si no supieran nada, estaba segura de que presentían que algo andaba mal conmigo.

Dando traspiés tomé el camino que conducía a mi habitación. Mis ojos ardían, pero me negaba a derramar una sola lágrima, al menos hasta que estuviera segura de que nadie me vería. A tan solo unos pasos de llegar, mi vista se nubló, como si estuviera lista para que, en el momento en que yo parpadeara, una lágrima se escapara de mis ojos. Por ello, decidí avanzar más rápido.

Cuando entré al cuarto, cerré la puerta de un portazo e hice un hechizo para sellarla. Y entonces sí, estaba lista para derramar todas las lágrimas que quisiera. Resbalé por la puerta hasta sentarme en el suelo y el llanto llegó a los segundos. Gaia me había dado un golpe fuerte, la muy desgraciada sabía manejar sus cartas.

Sin embargo, ¿estaba enojada con ella por mostrarme parte de mis recuerdos? ¿Por hacerme recordar a mi padre, aun cuando fuera el momento en que murió?

La respuesta era no.

Aquello me dolía demasiado, no obstante, ahora tenía una imagen clara de cómo era él. Y lo que más me consolaba era saber que mi padre siempre me quiso. No me abandonó, simplemente le había pasado un terrible accidente... uno que tambien me habia pasado a mi.

¡Por la Laguna Estigia! ¿Por qué yo no estaba muerta? La casa también había colapsado sobre mí.

- ¡Estúpida memoria! -gruñí haciendo un gesto con la mano, moviéndola hacia un lado. Al instante mi escritorio crujió y se deshizo en polvo. Todas las cosas que estaban sobre la mesa cayeron al suelo.

UNSTOPPABLE ━━Percy JacksonWhere stories live. Discover now