❝No puedo dejar de mirar esos ojos oceánicos ❞
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Basado en la saga los Héroes del Olimpo de Rick Riordan
Preciosa portada hecha por la diosa @K-karmaa❤️❤️
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Las filas de fantasmas avanzaron hacia nosotros con las espadas listas y los escudos al frente. Suspiré profundo e hice un orbe de magia, lanzándola a los legionarios próximos a mi alcance. Mi magia paso atravesando a tres de ellos, quienes desaparecieron al instante.
- Veo que has estado practicando -dijo a mi lado Percy- Yo también tengo un truco bajo la manga.
Y entonces pasó algo asombroso, varios litros de agua se arremolinaron a su alrededor formando un torbellino y se abrió paso entre la legión entera, esquivando flechas y lanzas, pasando a traer a cualquier que estuviera frente a él. No había visto a Percy pelear y hacer uso de sus poderes de esa manera, era algo increíble hasta cierto punto, porque también lograba intimidar bastante.
No quise quedarme atrás y más orbes de magia roja atravesaron el lugar, convirtiendo en polvo a cualquier desafortunada alma que llegase a ser rozada por esta. Ayudando también a cubrir los puntos ciegos de Percy. A lo lejos Hazel seguía combatiendo de forma admirable contra Alcioneo.
Entre la batalla logre distinguir a un fantasma que llevaba una capa de piel de león de un portaestandarte y sujetaba un palo con un águila dorada con carámbanos congelados en sus alas.
¡El estandarte de la legión!
Antes de que le gritara a Percy, él ya se estaba abriendo camino con dificultad a través de una hilera de legionarios. Derribó al portaestandarte y tomó el águila.
- ¡¿Quieren recuperarlo?! -grito a los fantasmas- ¡Entonces vengan a buscarlo!
A pesar de lo mucho que esos fantasmas deseaban mantener encadenado a Tánatos, eran espíritus romanos. Su deber era recuperar su portaestandarte. El plan de Percy dio resultado y los alejó de Frank, llevándoselos casi al borde del glaciar. Sin embargo, no podía repeler a tantos enemigos eternamente pues mantener una tormenta como esa debía ser difícil. Pese al frío, tenía la cara salpicada de gotas de sudor.
- ¡Percy! ¡Mei! -nos gritó Frank- ¡Los legionarios ya pueden morir!
Una sonrisa se dibujó en mis labios.
- Perfecto, es hora de brillar y hacer algo útil, Meira.
Me concentré y levante mis manos al frente.
- Mortuus: audi auguratricis. His locus iste non est hic qui non quae in hoc mundo quis inferis nudaverunt eum tunica talari -recite en tono firme y alto.
Mis manos brillaron en un intenso color rojo y, entonces una nebulosa roja salió disparada a la legión entera, cubriendo el lugar en un rojo carmesí. Todos los fantasmas que quedaron tiraron sus armas y se deshicieron en un humo rojo, como si una fuerte ventisca se llevara todo de ellos.
