❝No puedo dejar de mirar esos ojos oceánicos ❞
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Basado en la saga los Héroes del Olimpo de Rick Riordan
Preciosa portada hecha por la diosa @K-karmaa❤️❤️
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El baño me había sentado bien, mis músculos se relajaron al igual que todo mi cuerpo.
Al salir, Percy entró inmediatamente mientras Hazel salía del cuarto de Frank con una almohada y cobija en la mano, señalando que iría entregárselas a este mismo que seguía en la habitación de su abuela. Antes de que se fuera le ofrecí que se quedara en un cuarto y, debido a que solo quedaban dos habitaciones restantes, yo me quería en el sofá de la sala poniendo como excusa que ya me sentía muy cansada. Agregando también que el sillón era muy cómodo, además de que allá no tendría ruido de por medio.
Una verdad a medias, ya que en realidad no era nada cómodo, pero quería un tiempo a solas.
Hazel vaciló unos segundos, pero como estaba apurada por ir a ver al fortachón no tardó en decir que sí.
Baje a la sala con una gruesa cobija que había tomado del cuarto de Frank y tome uno de los cojines de sillón para usarlo como almohada. En cuanto me acurruque en el sofá, la calidez del cobertor se hizo presente, haciéndome sentir una sensación agradable. Por fin podía dormir sin sentir que moriría congelada.
No obstante, mi mente parecía reprochar al no estar de acuerdo con dejarme descansar, aun cuando me había obligado a cerrar los ojos desde hace ya unos minutos. Y es que el rostro de Percy junto con las palabras dichas por parte de él resonaban una y otra vez en mis pensamientos, inundando mi corazón por completo.
Me sentía como una niña tonta, suspirando solo porque el chico que le gusta le había dicho unas cuantas palabras bonitas. Sin embargo, yo no me había hecho ilusiones con el hijo de Neptuno porque... bueno, porque algo dentro de mí sabía que él se tendría que ir tarde o temprano, así que no quería dar inicio a algo que, tenía por seguro, estaba condenado a terminar. Además, una parte de mi creyó que solo sería una simple atracción, una que pronto olvidaría. No es como si fuera la primera vez que me haya gustado un chico.
¡Pero esta estúpida misión!
Me hizo acercarme a él más de lo que pensé y Percy comenzó a ganarse mi corazón, aún cuando este mismo luchaba porque eso no pasara. Comenzaba a perder una batalla que ni siquiera sabía que existía y culpaba a Hazel y Frank. Porque si ellos dos no estuvieran ocupados lanzándose miraditas o estar todo el tiempo juntos, yo habría podido convivir más con ellos sin sentirme como una invasora. Tal vez así Percy y yo no habríamos tenido nuestros momentos juntos. Resoplé al ver que le daba toda la responsabilidad a algo que sabía no tenía la culpa, sin embargo me negaba a perder esta batalla interna.
Mi mente siguió dándole vueltas al asunto hasta que por fin me quede dormida. No fue hasta que Ella se le ocurrió la brillante idea de picarme el rostro, de una forma poco cariñosa, que desperté de mi tan ansiado descanso.
