Entre versos y otros tesoros: antología

Océano

Tomé la ruta hacia la izquierda,  estoy solo en este largo viaje.

Tal vez aún me sorprenda lo que digan para dañarme,

pero he descubierto que el amor no tiene forma definida,

ni hay una fórmula perfecta para el.

Pero tiene brillantes colores arcoiris en el cielo y sabor a libertad.

Porque en el silencio somos muchos atrapados en la oscuridad,

porque en el mundo cabe más que un solo hemisferio.

No hay un juez para juzgarme en el amar,

ni deberías expandir tus muros tan abstractos en mí,

porque vivo sencillamente y amo sin prejuicios.

Hoy he confundido a las luciérnagas con estrellas en mi duro caminar.

Aún ansío pedir deseos imposibles a ellas que me sirvan para continuar.

Porque he conocido el olor a libertad y el sabor refrescante del agua en el desierto.

Porque hoy he amado sin mirar a aquellos que me juzgan sin contemplar.

Hoy devoré la costilla de Adán en la travesía del desierto,

y aún sueño con ser aquella lágrima que nace en tus ojos y ha de morir en tus labios.

Hoy seguí caminando por el duro desierto sin encontrar el océano.

Me he lastimado las rodillas, y he caído un par de veces por el camino.

Es el duro seguir tan inagotable, tan inalcanzable...

¿El océano estará cerca a hora?

Hay algo que me impulsa a seguir aunque quisiera dar la vuelta y regresar.

El océano ha de estar aquí frente a mis ojos.

Hoy ansío la libertad.