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Nadie dijo que sería fácil, que mi orgullo sería diferente al tuyo, y que la familia a veces renuncia ante la diversidad del amor.
Perdóname por querer libertad, porque cuando quise ser paciente la oscuridad me robaba la paz que hallé cuando supe expresarme.
Y no quiero seguir cayendo al abismo; no quiero que siga siendo tortuoso el camino, porque debería ser fácil navegar en el mar abierto.
Y aunque las tempestades arremetan, seguiré oyendo a mi corazón, perseguiré a las estrellas y abriré mi mente a los sueños.
Y sé que los espectros querrán desafiarme, y que tus sombras querrán obligarme a entregarme al olvido de mí misma, pero debo hallarme en el arcoíris, debo verme en los colores brillantes y refugiarme en el concepto de la honestidad.
Y entonces sabré que orgullosa estoy, de la familia que elegí, de mi libertad infinita, de mi propia voz.
