Soy

29 6 2
                                    

Descubro a mi ser sucumbir ante la nada inescrutable, imponente bóveda celeste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Descubro a mi ser sucumbir ante la nada inescrutable, imponente bóveda celeste.

Noche de plenilunio y sus estrellas fulgentes; susurran a mi oído: que pequeño eres.

Desconozco lo infinito y contemplo lo inmenso, misterio incognoscible.

¡Oh cuánta efervescencia!

Ver el cielo empíreo con astros bailando.

¿Cómo puede verme Dios desde allá?

Soy semejante a un diminuto grano de sal.

Donde confluyen el cielo y el mar,

Fijo mi mirada y disminuyo un poco más.

¿Qué soy en tan vasto universo?

Apenas la segunda palabra.

Entre versos y otros tesoros: antologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora