Yo nunca seré de piedra, aunque el olivar se marchite.
Caminaré dejando huellas en la sierra, la cuál me vió nacer,
cómo también será la que me verá morir,
bajo un puñado de tierra.
Las lágrimas más falsas caerán cuando yo muera,
en pos de mi presencia siempre alaban,
como si fuese un militar
llegado de una misión de guerra.
No seré jamás la novena maravilla del mundo,
aunque nunca me verán con una sonrisa falsa.
Solo el ser que me dió la vida conocerá mi pena,
solo allí lloraré cuando haga falta.
Los silencios más eternos me hacen eco ensordecido,
pero mi alma descansa en apoteósica calma.
El clamor de un grito desgarrador me verá poseído.
Sólo allí gritaré cuando haga falta.
Muchas veces prefiero callar ante la ignorancia,
mirar desde lejos es mi mejor prestancia.
En alevoso desenfreno contengo mis malas palabras.
En ese momento solo reiré cuando haga falta.
Un cantor alegre, alegra las calles de Andalucía España.
Mi garganta a gritos clama que en esa tonada le acompañe.
Un quebranto de hiel en mis ganglios se desaira.
No me deja cantar a tono,
pero volveré y cantaré cuando haga falta.
YOU ARE READING
Entre versos y otros tesoros: antología
PoetryApartado especial para los poemas ganadores de los desafíos organizados por el perfil de poesía en español.