La noche que Poe vino a verme

21 4 0
                                    

Era la noche gélida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era la noche gélida

y mi respiración casi palpable

me encontraba sentada en un balcón

queriendo escribir cuentos de horror.

Oí unos extraños graznidos

y el cielo se tornó oscuro,

vi a un espectro tomar forma;

de las tinieblas y el vendaval.

Sus pies no tocaban el suelo

y su descenso pareció irreal

sostenido por aves carroñeras,

haciendo flotar su cuerpo fantasmal.

Hojas en blanco, quietas en mi regazo

comenzaron a danzar,

con el desentonado graznar

de aquellos seres con pico y alas.

Observé la escena inmóvil

oyendo mi desesperada palpitación

que contribuyó a la escalofriante canción

de la inexplicable invasión.

Los pies del hombre tocaron el suelo

y los pájaros negros hicieron silencio

sus ojos me miraron fijamente

entonces mi lápiz tembló de repente.

Recorrió el espacio, buscando algo

entró a mi habitación y lo seguí

observó el techo por largos minutos,

tragué saliva y permanecí de pie.

"Es sólo un visitante", pensé

es sólo un visitante que entró a mi alcoba

"Soy sólo un visitante", habló

miró a los lados y luego se me acercó.

"¡Soy un viajero lejano!", exclamó

"salido de las orillas de tus pensamientos"

proveniente de la Noche Plutónica

que emergió de la profunda oscuridad.

"Soy un solitario navegante", continuó

"Un don nadie, un errante"

aturdida por sus palabras,

me detuve a pensar y decidí preguntar:

¿Qué es lo que te trajo hasta aquí?

¿Para hacer más lúgubre la noche de abril?

¿O es qué acaso no has encontrado a Annabel Lee?

No recuerdo si el hombre respondió

desperté al salir el sol, aún sentada en el balcón

todo fue, una escalofriante pesadilla

suspiré aliviada y me levanté de la silla

Y ahí fue cuando oí algo que de mi se escondía

un cuervo negro, bajo la mesa

Parado sobre una hoja de papel

qué tenía escrito un tenebroso relato

pavoroso y tétrico escenario

suspiré otra vez, y comencé a leer

todo lo que había sucedido esa noche;

la noche en que Poe vino a verme.

Entre versos y otros tesoros: antologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora