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Poeta maldito.
El fuego de la Luna roja. Danza llamando a su amado. En el brillo de sus ojos. Descansa las cadenas del condenado. Estas para observarme. Estas para torturarme.
Mañana estas palabras desaparecerán. Hoy las musas con mi sangre escribirán. Perdí mi sueño con este deseo. De pesadillas ahora me alimento. No te nombraré ni con mi último aliento. Siento que me convierto en algo que no veo. Siento que me pierdo en lo que no veo.
Ven a mí y comparte la locura. La muerte no podrá oír tus lágrimas. Ven mientras mi alma se quiebra. El vacío te quiere atrapar. Mi mente aún te quiere amar. No digas nada más.
Miente en presencia de la oscuridad. Ahí estarás. La codicia perfumara lo que siento. Eres la soledad de un ser infinito. Perdonarán los ángeles la necedad. Eres el demonio que el destino creas. Del otro lado el tiempo se secara. Mi pluma caerá.
Lejos estaré al despertar. Vive mientras puedas escapar. Suspiro que rompe el velo de cristal. Vuela mientras al viento besas. Engáñame y no me dejes ir. No sé cuál es tu final. Engáñate y déjame ir.
