Querida Eleonor

17 7 0
                                    

Esta carta es para mi amada, aquella que con su mirada iluminaba más que la luna plateada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esta carta es para mi amada, aquella que con su mirada iluminaba más que la luna plateada.

Querida Eleonor,

¿Recuerdas esa lluvia de junio que nos empapaba?

¿Recuerdas cuánto te amaba?

Pues todo aquello, aquellas risas y caricias no serán más que una tenue brisa que recorre nuestras vidas.

La brisa del recuerdo, la brisa del remordimiento.

No es más que un simple sentimiento que se ha gastado con el tiempo.

Aunque...

Aún extraño los vestigios de tu cuerpo danzando al son de la acompasada lluvia desgastada.

Aún extraño nuestros besos bajo ésta y las cartas que me dejabas con olor a cereza.

Añoro aquellos momentos que pasamos juntos, aquellos que tan solo se llevaron a cabo contigo a mi lado.

Aún recuerdo cuando te conocí, Eleonor.

Conocerte me dejó anonadado, y es que no lo había planeado.

Nunca olvido cuánto te he amado.

Y es que, ¿cómo no amarte si tú fuiste lo que siempre he soñado?

Un sueño. Eso eras para mí.

Algo inalcanzable, algo que solo era posible conseguir cuando podía dormir.

Aún no puedo dejar de amarte. Y eso me es hiriente, porque debo dejar de lado tu recuerdo en mi consciente.

Querida Eleonor, ¿recuerdas aquellos momentos con el mismo sentimiento que yo? ¿con el mismo amor? ¿con el mismo cariño?

Porque no sería justo que esta nostalgia solo me ataque a mí. Esta alegría tan lejana que me empapa de recuerdos tanto tuyos como míos.

Los recuerdos que nos unen son tan banales que aquella lluvia que te hacía danzar me llega a importar aunque sea algo trivial.

Fue surreal.

Fue surreal tenerte en mis brazos aunque fuera solo por un corto lapso de tiempo.

Fue surreal cuando nos besamos tomados de las manos en aquella fiesta de verano.

Y por sobre todo, fue surreal soñar a tu lado, ninguno de los dos lo había planeado.

Querida Eleonor, sé que hace poco hemos terminado, que tu amor se ha ido desgastando y que has encontrado el amor en otros brazos, pero eso no impide que yo te siga amando.

Y es que me es imposible dejar de pensar en que podríamos haber prosperado si es que nos hubiésemos recordado cuanto nos amábamos.

Te extraño a rabiar, pero sé que nada va a cambiar.

Así que me despido sin más, mi eterna amada.

Siempre tuyo,
                         Tu primer amor."

Leyó entre lágrimas Eleonor, pues la carta de su primer amor le dolió.

Aún recordaba sus manos tomadas aquel día de lluvia, aquel día que solo importaba cuánto se amaban.

Pero todo se perdió.

Si hubiera encontrado y leído antes esta carta perdida, la historia no sería la misma.

Entre versos y otros tesoros: antologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora