Entre versos y otros tesoros: antología

Odio cargado de fuego

Oscuridad... 

Los cuervos revolotean... 

Sonriendo... buscando a su presa... 

Coqueteando... seduciéndole al cielo... 

Trago grueso, 

aquí fue dónde desapareció el poeta... 

en este cementerio, 

lleno de sombras 

y almas... 

que quieren algo más que sexo. 

No te dejes engañar, 

todos te quieren usar, 

para volver a renacer, 

y difundir más caos en la ciudad. 

Desde que desapareció, 

la gente reclamó: 

"¡¿Por qué debemos escondernos?! 

¡Solo es un aficionado lleno de rencor!"

"¡Menuda osadía!

¡Él se marchó! 

¡Entendámoslo!"

Todos intervinieron, 

pero nadie escuchó, 

le echaron la culpa al artista 

y creyendo de su obra, 

una gran mentira.

Sin saber lo que hacían, 

tomaron como iniciativa 

quemar aquella carta, 

encendiendo una hoguera 

entre risas. 

No se dieron cuenta, 

de que la magia negra los consumía... 

Los tres primeros enloquecieron, 

los demás, gritaron... 

pero los dementes se giraron 

y a los que huían... 

mataron. 

Fue una masacre terrible... 

los que quedamos no salimos de nuestras casas, 

creemos que quedan más copias. 

Pero ahora estoy yo aquí... 

en busca de la verdad, 

para dejar atrás esta maldición 

y volver a la emoción,

que él nos quitó... 

Veo a alguien viniendo... 

si perezco, 

decirle a mi madre que la quiero... 

Firmado: el héroe del pueblo