05. En medio del caos

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— Soy Percy Jackson. Éste es...

— ¡Semidioses! —exclamó el anciano— Siempre huelo a los semidioses.

— ¿Tan mal olemos? —preguntó Hazel y yo no pude evitar olfatearme un poco.

— Claro que no, querida. Pero les sorprendería lo mucho que se agudizaron mis otros sentidos cuando me quede ciego. Soy Fineas. Y tú... no me lo digas...

Alargó la mano para tocar la cara de Percy (suertudo) y le metió los dedos en sus hermosos ojos.

— ¡Ay! —se quejo Percy.

— ¡Hijo de Neptuno! —exclamó Fineas— He olido el mar en ti, Percy Jackson. Yo también soy hijo de Neptuno ¿sabes?

«Ya veo el parecido» pensé, pero evité decirlo en voz alta.

Fineas se volvió hacia Hazel.

— Y aquí... Caramba, olor a oro y a tierra profunda. Hazel Levesque, hija de Plutón. Y a tu lado... el hijo de Marte. Pero tú historia no acaba ahí, Frank Zhang...

— Sangre ancestral —murmuró Frank— El príncipe de Pilos. Bla, bla, bla.

— ¡Periclímeno, exacto! Oh, era un buen tipo. ¡Yo adoraba a los argonautas!

— ¿Peri que...? —preguntó Frank sorprendido.

Fineas sonrió y se volteo hacia mí.

— Y por último... mmm, aquí tenemos a alguien difícil —susurró Fineas y alargó sus manos para tocar mi rostro. Instintivamente di un paso atrás, no quería sus sucias manos sobre mi cara. Él no pareció molestarse.

Se tomó unos segundos antes de responder.

— Meira Kyle. Una hija de Hécate. Puedo sentir un gran poder —indicó sonriente— Oh, pero estás igual que tu amigo Frank, tienes más historia de lo que piensas. Y es una historia fascinante, realmente fascinante.

— ¿Pero de qué está hablando? —pregunté ansiosa.

Los demás estaban tan atentos como yo.

— ¿Quieren comer algo? —ofreció el ciego cambiando de tema completamente y yo tuve que aguantarme las ganas de tomarlo por la camisa y zarandearlo hasta que me diga que es lo que sabe.

Y es que nadie se dignaba a decirme las cosas como eran. Siempre me daban respuestas a medias, dejando solo dudas que me carcomían internamente. Ni siquiera mi madre se compadecía a ayudarme con mi memoria, con mi historia.

— Oiga, estoy confundido —dijo Percy— Necesitamos información. Nos dijeron...

— Que, si me ayudaban, yo les ayudaría a ustedes. ¡Las cosas han cambiado, amigos míos! —dijo— Cuando recibir el don de la profecía, hace una eternidad, es cierto que Júpiter me maldijo. Envió arpías para que me robaran la comida. Yo era un bocazas ¿sabes? Revelaba demasiados secretos que a los dioses les interesaba guardar —se volteo hacia Hazel— Por ejemplo, tu deberías estar muerta. Y tú... —ahora se volteo hacia Frank— Tu vida depende de un palo quemado.

Vi a Percy fruncir el entrecejo.

— ¿De qué está hablando?

Hazel por su parte parpadeo como si le hubieran dado una bofetada mientras que Frank palidecía como si estuviera muy enfermo.

— Y tú —Fineas se volvió hacia Percy— ¡tú nisiquiera sabes quien eres! Yo podría decírtelo claro, pero... ¿Qué gracia tendría?

«Vamos di algo sobre mí» dije para mis adentros, «Escupe algo importante». Fineas pareció haberme leído el pensamiento porque de inmediato se volvió hacia mí.

UNSTOPPABLE ━━Percy JacksonWhere stories live. Discover now