Café

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Su vista quedó clavada en el techo, quizás por media hora, o más. No se dió el tiempo de buscar un reloj al despertar. 

Un póster gigante del sistema solar se extendía sobre él; no recordaba haber puesto eso en su cuarto. Roger se sentía mareado. Su cabeza estaba envuelta de ligeras pulsaciones y su vista se opacaba con manchas negras que a veces cubrían uno de los planetas. No tenía la energía para levantarse de la cómoda cama en la que se encontraba, que a juzgar por lo abrigada y gigante que era no debía ser la suya.

Tu amigo se fue con Lennon, y el gremlin  — fue todo lo que dijo Freddie cuando preguntó dónde estaban Paul y los chicos. Se supone que regresaría con ellos y dormiría en casa de McCartney, pero lo habían dejado abandonado en plena fiesta y eso era lo último que recordaba de los eventos de esa noche. Luego todo se puso borroso y ya no supo más.

Repasaba las constelaciones marcadas con recelo, sin estar seguro qué era lo que resentía. A sí mismo por dejarse arrastrar a una fiesta, o al cara de nena de su amigo por dejarlo solo. Quizás a Freddie, porque si no se hubiese separado de su grupo eso no habría pasado: hubiese estado pendiente. Pero no... tenía que llevarlo a conocer gente.

Aunque pensándolo bien sí le agradecía, porque la pasó increíble. 

Por encima del dolor de cabeza que lo andaba enloqueciendo recordaba detalles, y eso detalles lo ponían de mejor ánimo. Había conocido a alguien fantástico, y eso pocas veces le pasaba, pero era universitario y si ni a Freddie que era su amigo desde hace tiempo podía verlo regularmente, peor a él. 

A Brian. Brian May. 

Hasta su nombre era bonito. Suspiró automáticamente al recordarlo, y una sonrisita se le dibujó en el rostro sin su permiso. Pero va, otro flashback vino a su memoria. Seguían en el segundo piso y Brian lo miraba desde el sillón, mientras él cantaba a todo pulmón Come On Eileen saltando en una mesa con ese tal Tim y un daiquirí de naranja en su mano. Cringy. Es todo lo que pensó cubriéndose con las cobijas. 

Quizás resentía a Tim por haberles interrumpido la amena conversación que mantenía con Brian para ofrecerle trago, y más trago. Si no recordaba mal Brian había aceptado las bebidas igual, pero no recordaba si llegó a ver que al rizado le había cogido el alcohol en algún punto. En cuanto a sí mismo, la resaca y la pérdida de memoria delataban su mísero desenlace. 

Alguien tocó la puerta y el dolor de cabeza vino de nuevo. Tuvo que sacar voluntad para retirar las cobijas y ver de quién se trataba. 

"Cariño, es medio día y tu madre ha llamado tres veces a ver si ya te dignaste a despertar para hablar contigo. Tienes que ir a la tienda después" comentó una voz suave, consideradamente baja para no aturdirlo. Aún sin los gritos reconoció a Freddie y abrió los ojos relajado. Con Freddie, estaba en casa de Freddie. 

"Hola Fred" murmuró sentándose despacio, muy consciente de sus movimientos. Apenas se acomodó contra el espaldar de la cama una humeante taza de café fue colocada frente a él; el embriagante y amargo aroma invadió sus fosas nasales sosegando el malestar. "Gracias."

"Alguien se divirtió anoche" pudo escuchar la burla en su voz. El moreno le sonrió con picardía sentándose junto a él, a un costado de la cama. 

"No había ido a una fiesta en... en siglos" bostezó, en efecto se quedó sin energías. No tardó más en acercarse a sorber un poco de la bebida. 

"Con razón el alcohol te afectó rápido, te recordaba con mejor aguante. No debiste tomar tanto."

"El alcohol gratis no se rechaza, y tu amigo fue muy amable en ofrecerme de todo" carcajeó. Freddie viró los ojos negando, Roger no tenía control en esas cosas. 

"Cierto. Pero Tim no es amigo mío, es amigo de Bri" explicó levantándose para abrir las persianas. El rubio siseó al cegarse por la luz. "Recuerdas a Bri... ¿no?"

Aprovechó el hecho de no ver nada para tardarse en responder, aunque sabía que Freddie conocía bien la respuesta. Después de todo fue él quien decidió juntarlos. Abandonándolos frente al otro a su suerte. 

Y vaya suerte... aunque Brian de seguro no quedó sorprendido por él. Un niño inmaduro y borracho de secundaria, como cualquier otro. 

Asintió brevemente sin despegar su atención del café. "No sabía que te gustaban las estrellas y eso" cambió de tema señalando el techo. 

Freddie se quedó parado con su clásica pose de diva. Esa que ponía siempre cuando Roger era más joven y se rehusaba a hacer la tarea. "No me podrían interesar menos, cariño" bufó, una sonrisa maliciosa se pintó en su rostro desconcertando a Roger. 

"Entonces... ¿qué onda con eso?" El ojizarco tomó otro sorbo de su café sin apartar la vista.

"Ah, este es el cuarto de Brian" indicó y se encogió de hombros como si nada y al rubio casi se le cae toda la bebida encima, atorándose y sirviendo de entretenimiento para el mayor. "Eso no le va a agradar, odia que se ensucien sus sábanas" añadió desviando su atención a sus uñas. 

Roger lo fulminó con la mirada, tenía que estar bromeando. Iba a reclamar pero escuchó esa melodiosa voz de nuevo."Estudio astrofísica, pero conocí a Fred en el club de música."

Ah, genial. "Estrellas..." murmuró para sí mismo, muy frustrado. 

Sintió sus mejillas arder y regresó a ver el desastre que hizo con el café maldiciendo mil veces en voz baja.

"Sí, te recomiendo rezar" carcajeó al verlo tan aturdido, las cosas le estaban saliendo como esperaba. "Yo me encargo de eso, tesoro, tú tienes que irte a tu casa" se apresuró a decir el parsi sacándolo de la cama. 

Una vez parado Roger pudo hecharle un vistazo a su ropa, pero Freddie fue rápido en contestar. "Eso sí es mío. Quiero lavarlo antes de que la mancha se quede así que si podrías cambiarte... Bri lavó tu ropa antes de irse. También te dejó algo de comer en el refrigerador, temía que si yo cocinaba terminaba intoxicándote." 

Roger asintió e hizo caso en silencio, prefería no preguntar más, sólo quería escapar antes de que Brian regresara. Ahora sí sentía vergüenza. Una sonrisa boba apareció, sin embargo, frente a la idea de ese chico alto y apuesto haciéndole el desayuno. 

Para el momento de partir una duda vino a su cabeza de repente. Regresó a ver a Freddie en el umbral de la puerta; su amigo comprendió la pregunta atascada en su mirada y negó con una sonrisa. "Brian se durmió en el sillón. Te visito en la tienda el próximo fin de semana, ¿va?"

"Va. Gracias." 



God Knows | MaylorWhere stories live. Discover now