Ganadores

252 34 61
                                    

Brian conoció a los Taylor ese viernes, dos días después de que Roger conoció a los May, pero fue breve y sin importancia. Nada más que un hola al entrar al gimnasio. 

Roger los había invitado al final del campeonato, la fecha más importante de su vida. Era cierto que en un par de días tendría la incorporación y su baile de graduación, y no podía esperar a eso tampoco, pero de su desempeño en la final dependía que recibiese una beca completa que no lo hiciera depender del dinero de sus padres una vez fuera del colegio. Un representante de Brunel University of London estaría ahí, y si lo lograba estaría a 40 minutos de la universidad de Brian – eran pocas las oportunidades de ese tipo en Londres, así que tenía mucha presión encima y ni Paul, ni George ni Deaky encontraban manera de calmarlo.

"No puedo fallar, no puedo fallar, no puedo fallar" repetía el rubio trotando de lado a lado en el cambiador, entrando en calor. 

"Rog, lo harás increíble, relájate" dijo el castaño parándose frente a él para que se detenga.

"Es sencillo para ti decirlo, Deaks, tú te quedas en la banca todo el juego" refutó, sin decir aquello de mala forma – igual, a John no podría importarle menos eso de los deportes.

"Eres la base del equipo, no estás en esa posición por nada" señaló Paul. "Pero si te quedas aquí no vas a probar nada, así que vamos..." añadió tomándolo de los hombros desde atrás para empujarlo hacia la salida.

"Eh... no. McCa, por favor... cinco minutos más" imploró agarrando con fuerza el marco de la puerta; George, con poca paciencia para tonterías cogió un termo de agua y la vació en su cara.

"No seas gallina, McFly, nos están llamando."

Brian estaba sentado con Freddie en el estadio, una bolsa de palomitas de maíz y gaseosa en su mano. Tim se había colado a la invitación, y había comprado toda la mercancía del equipo del colegio de Roger, y parecía ya familiarizado con los barras de las porristas.

"Timothy, cielo deberías ir y bailar con ellas" invitó Fred, preparando la cámara de video en su mano, aburrido porque habían pasado diez minutos y aun no salían los equipos.

"En mi experiencia, a seguridad no le gusta que hagas eso" indicó Tim. "¿Verdad, Bri?"

Brian asintió soltando una risita, prestando más atención a la entrada del gimnasio. Todas las luces bajaron de intensidad y un reflector apuntó hacia las puertas. En los parlantes la voz de uno de los chicos del colegio, amigo de Deaky, dio gracias a todos por venir y les dio la presentación de los equipos. En cuestión de segundos las porristas empezaron con sus canciones y el equipo contrincante ingresó al lugar.

Eran más altos que Roger y sus amigos, Brian notó.

Harold siempre le insistió en que no le haría daño formar parte del equipo de volley, o sí, de uno de básquet. Brian dejó de hacer caso a los deportes desde que se fracturó la pierna jugando rugby. Una lástima... no realmente, pero eso decía su padre cada que recordaba el suceso. 

Sus ojos regresaron a la entrada al ver al equipo de Roger ingresar al lugar; había asistido a un par de partidos amistosos, no a semifinales pues tenía un trabajo grupal, y por ello le fue imposible. Por tal motivo nunca había visto a su novio vestido en el uniforme oficial del equipo.

Se veía hermoso, todo envuelto en azul marino y líneas doradas y blancas, en su espalda Taylor se leía en brillantes letras metálicas sobre el 17 de su uniforme; que combinaban con sus zapatos claros de deporte. Desde su butaca tenía buena vista de su novio, Freddie chifló al lado suyo y Tim empezó a gritar la cancioncita pegajosa de las porristas, y tanto ruido pareció llamar su atención pues el rubio regresó a verlo y se topó con su mirada.

God Knows | MaylorWhere stories live. Discover now