Adiós

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Terminaron sentados en un banquillo cerca de un grupo de arbustos que dividían al salón William Kent del resto del lugar. Estaban más cerca de la fiesta, pero menos expuestos a la vista de todos que en medio del patio central.

"Dime..." murmuró, tan bajo que pudo jurar que el otro no iba a escucharlo, pero el silencio era sepulcral entre ambos de forma que su voz fue lo único que logró romper el la muralla de hielo que los dividía

"Fui un idiota" empezó Roger, ganándose una mala mirada de parte del mayor, "Yo sé, lo sé... pero no quería lastimarte, Brian, lo prometo" continuó atropelladamente. Intentó tomar la mano del rizado pero éste la retiró como si tuviese alguna plaga, y ya no intentó ningún acercamiento, optando por introducir sus manos en los bolsillos de su chaqueta con algo de pena.

"Me siento lastimado, y mucho, así que perdón si tus palabras no me significan nada," le dijo secamente, sin rastro de otra emoción a parte de molestia en su voz; un timbre que al mismo Brian le tomó por sorpresa pero no lo dejó notar.

No esperaba nunca tener que dirigirle la palabra de esa forma al rubio, pero en su defensa tampoco esperaba que el rubio lo orille a hacerlo de esta forma.

"Me disculpo por esto, en serio, estás en todo tu derecho a odiarme, yo..." trató de explicar el menor pero fue interrumpido por la mano de Brian levantándose bruscamente en el aire; lo cual le hizo retroceder un poco en su asiento y cerrar la boca.

"No me digas cómo debo sentirme, Roger, no pretendas que hiciste esto para hacernos un bien ni nada por el estilo, porque no lo justifica."

"P-pero así fue, mis padres..."

"Yo sé como son tus padres, Roger, por eso nos mantuvimos en secreto" indicó arqueando una ceja, mirando de reojo al muchacho que, por primera vez, lucía como una amenaza para su bienestar emocional.

"Sí, pero eso no era suficiente, tenía que engañarlos de alguna forma" explicó Roger alterado, pero tratando de mantener la calma para no molestar más a Brian, pues estaba consciente de que nada de lo que dijese iba a redimirlo realmente.

El ojizarco, con toda razón, no podía esperar menos decepción por parte de su novio y lo sabía, pero – y esos peros siempre son un problema – esperaba de alguna manera ser capaz de demostrar por dónde resultaba necesario acudir a esa medida. Brian no lucía triste, sino furioso... de todas las reacciones que esperaba, verlo enojado no era realmente la primera que imaginaba, y era una personalidad desbloqueada de su novio con la cual no tenía idea de cómo lidiar. Brian era calmado, educado y pacífico. Por lo tanto, ver intentaba pegar al que, se supone, era su mejor amigo, como si no hubiese un mañana ni un ayer, le generó un impacto cuando los encontró.

Brian no era violento. Brian ni siquiera alzaba su mano de broma. Brian nunca levantaba su voz.

Y aun así Brian, estaba seguro, fue quien hizo que Freddie sangrara.

Y Brian le había alzado la mano con intención de callarlo.

Y Brian le estaba gritando; claro, iba a descubrir casi de imediato que era muchísimo peor que no lo hiciera, pues el tono tranquilo y bajo, pero glácil y cortante que empleó después hizo que se sintiese diez mil veces peor.

"¿Engañar a quién exactamente?" comenzó lento, escudriñándolo con la mirada al punto en el que Roger sintió que lo apuñalaba. Se lo merecía, supuso. "¿Engañar a tus padres? ¿A Dominique? ¿A mí? Dime, ¿algo de que lo haces o dices es real, Roger? Porque desde donde yo lo veo estuviste construyendo una mentira y nos arrastraste a todos en ella, y nadie aquí se lo merecía, porque tarde o temprano todos se iban a enterar y tus padres no iban a ser el peor de tus problemas, Roger."

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