La chica más feliz

30 3 0
                                    

Estás profundamente dormido y sólo se escucha tu respiración de fondo. Estoy sentada en el escritorio con ésta tarjeta que compré sin que te dieras cuenta porque estaba decidida a plasmar el día de ayer, y qué día tan más bonito fue.

Cuando estábamos en la preparatoria teníamos nuestro lugar favorito: el castillo. Y cada que lo veo pienso en Bonnie, Ald tú y yo, tan jóvenes, inocentes e inexpertos y jamás pensé encontrar otro lugar igual y sentirme como en casa, hasta que encontramos el muelle; encontramos nuestro propio lugar favorito.

Y ahí tuvimos nuestras pláticas, más profundas y sinceras ¿te acuerdas, Ed?

Porque yo siempre voy a recordar el día de ayer con mucha emoción y cariño.

- ¿Qué más podríamos pedir, Ed? - te dije casi en un chillido mientras extendía mis brazos, recibiendo el aire salado de las olas. Pensé que explotaría de emoción. - te tengo a ti, me tienes a mí, compramos nuestra casa, me ascendieron, ganaste dos grammy, por dios Ed, ¡ganaste dos grammy! - sentí tu risa golpeando mi cuello.

- Entonces, ¿podrías decir que eres completamente feliz, Beth Salmon? - y me estrujaste aún más con tus brazos por detrás, a la altura de mi cintura. Esto era una escena casi a lo Titanic.

- Soy la chica más feliz del mundo - suspiré - y tú, Ed, qué pedirías - sinceré.

Noté tus nervios porque te quedaste callado y posaste tu cabeza sobre mi hombro derecho.

- Lo último que pediría y sólo si tú quieres, sería... - esas pausas Ed, esas pausas - sería una familia contigo - por poco y no te escucho. Me volteé rápidamente.

- ¿Crees que ya estemos listos?

- Pues ya empezamos por tu pez, dos gatos y un perro - dijiste tan fresco como si no fuera obvio - no sé, tú dirás.

- Podríamos tener una ardilla como prueba final - solté la carcajada más estruendosa del planeta en cuanto vi tu cara.

- Un lagarto mejor - me reí aún más. Después de un minuto por fin hablé.

- Pensé que nunca me lo pedirías - me reconfortó saber que una vez más, estábamos en la misma sintonía.  Sonreíste para después abrazarme - serás mi esclavo sexual - reíste.

- Ni modo, todo sea por los hijos - fingiste tristeza - éste cuerpo será fuerte, lo prometo - sellaste el pacto con un beso.

- Ya lo creo, es por el bien de todos - me encogí de hombros haciéndote segunda.

- Pues qué estamos esperando - me tomaste de la mano fingiendo que ya nos íbamos - tengo que cumplir con mi deber - y comencé a reír; otra vez.

Te adora tu mejor amiga; Beth Sheeran




Dear Ed: [Ed Sheeran] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora