Capítulo 17

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Cariño:

De la escala del 1 al 10, un 7.5 describiría mi ebriedad. Beth tiene paciencia, Beth aguanta mis estupideces, siempre Beth. Bass. Me imagino la hoja arrugada, hecha una bagatela con mi perfecta e inigualable ortografía.

Ahora, ¿qué demonios te pasa Beth Salmon? Aquel gesto significó mucho. Ya cállate, fue perfecto, no una estupidez. Shhh.

Nunca pensé que escribir un poema fuera tan dañino, y mucho menos pensé que el daño sería colateral. Tarde o temprano iba a pasar, pero si en algo tienes razón, es que pude haberlo hecho de otra manera, y no de esa forma tan sucia, déspota, egoísta, donde lastimé a muchas personas. Y sé que decir " lo siento, no era mi intención" no remedia nada, pero nunca lo volvería hacer para lastimarte. Ni lo hice con ese fin.

Aquel día no lo olvido gracias a ti y a "La pelea prometida de James Colton", por Benji Aldridge. ¿No te da escalofrío el acordarte como voló nuestro amigo por los aires? Las bolas se me encogen, el corazón se me hace pasa y se me escapa una sonrisa nerviosa cada que me acuerdo. En esa ocasión Ald y un papalote no tenían diferencia alguna.

Como ya sabrás, nosotros solíamos tomar una buena mesa a la hora del receso, sí éramos marginados pero no invisibles y eso no nos impedía tomar la mesa más cercana de la cafetería. Ald, al ser más responsable, ese día decidió esperarnos mucho antes de la hora del receso y cuando la campana sonó, el panal se había hartado hasta el tope, por lo tanto las sillas y las mesas estaban más que ocupadas... Excepto nuestra mesa. La cruda verdad era que teníamos una mesa que estaba siendo protegida por Ald, no por Hércules y para James Colton era el mentado pan comido. Cómo no.

Cuando llegamos, contrabajo y podíamos divisar a Ald, estaba rodeado de media escuela y por desgracia, llegamos casi a la mitad de la discusión pero justo a tiempo para la pelea.

- ¿Qué parte de lárgate no entendiste, fenómeno? -amenazó Colton acercándose bruscamente a Ald.

Los lentes de Ald se empañaron de coraje, nunca lo había visto en esa faceta. Con toda la sinceridad del mundo, puedo decir que estaba muy enojado y al parecer nadie iba a poder calmarlo, ni siquiera su santa madre. Era el límite de Ald, como todo el mundo, porque para todo hay un límite Beth y sabemos que cuando los sobrepasas, los cargos son irreparables, siempre tienen un gran costo.

- Te dejaré en claro dos cosas -murmuró mirando a James con vil odio.

Nadie, absolutamente nadie se movió, ni siquiera James. Estábamos tan concentrados en Ald, quien se subió a la mesa como un felino cazando a su presa, posando su cuerpo en modo de combate. Todos los de la cafetería vieron un acto de salvajismo, pero lo único que vi, fue como una oruga se convertía en mariposa.

Y no te rías, porque fue verdad.

- ¡Soy Benji Aldridge y no soy un fenómeno, estúpido analfabeto!

Pensé en detenerlo pero nuestra mariposa ya se encontraba volando por los aires con destino hacia James Colton, quien hizo lo imposible para no ser alcanzado pero por obras satánicas e illuminatis, Ald logró aterrizar limpia y perfectamente sobre él.

Lo que el público no sabía, era que Aldridge practicaba karate, desde que tenía 6 años.

Sujetaste con mucha fuerza mi mano Beth, en cuanto te diste cuenta que nuestro amigo le estaba pateando el culo a ese idiota.

- ¡Benji, Benji, Benji! -comenzaste a gritar mientras golpeabas mi hombro, haciéndome seña de que te hiciera segunda. Comenzaste a apoyarlo con entusiasmo, contagiándome no sólo a mí y a Bonn, sino a la mitad de la escuela también.

Dear Ed: [Ed Sheeran] Where stories live. Discover now