- El otro día vi a la chica a la que le decíamos abejorro en la preparatoria - noté el esfuerzo que hacías para recordar de quién te hablaba exactamente.
- Ajá
- Venía saliendo del Centro de Rehabilitación para Alcohólicos.
- No
- Sí - me miraste por encima de las gafas de sol y asentí de nuevo.
- Para mi que iba a ser modelo o algo - te ajustaste las gafas. Reí por la nariz.
- Qué mala eres - pero igual y te estabas riendo.
- Y eso no es todo, - hice pausa y tomé un trago de mi milkshake - está embarazada
- Noooo - y negaste con la cabeza - ¿estás segura? No será que era su...
- Espera...
- Por eso le decían abejorro, ¿no?
- Pero se veía enorme
- Igual que en la preparatoria - te encogiste de hombros
- Oh, vaya - lo dije como si le hubiera encontrado el sentido a la vida - mierda
Nos miramos serios por unos segundos para después comenzar a reír en silencio porque no queríamos llamar la atención. Y cuando digo que en silencio fue porque comenzaste a ponerte rojisímo mientras me hacías un «shhh» mal formulado y yo sólo me inclinaba de tanto que me dolía el estómago mientras me limpiaba las miseras lagrimas con los dedos.
Una vez controlados soltaste un suspiro regresándonos a la realidad.
- Odio esto - dijiste de la nada.
- ¿Las milkshakes de nuez? - te dije mientras tomaba un sobrecito de azucar tratando de no acordarme de abejorro.
- El hecho de escondernos del mundo - te miré.
- Si te hubiese dicho que sí cuando teníamos diecisiete
- Dieciocho - corregiste y arrastraste mi milkshake para que pudieras probarla y comprobar si seguían manteniendo «el toque». Volteé los ojos y susurré un "lo que sea".
- ¿Crees qué lo hubiésemos hecho oficial? - me acomodé en el asiento y le di un mordisco a mi pancito - es decir, ya sabes, ¿que entraríamos de la mano todos los días a la escuela? ¿que nos besaríamos cuando se nos pegara la gana?
- Eso era diferente Beth, no me carburaba el cerebro en aquel entonces, yo sólo sabía que te amaba
Silencio. Sonreí porque no podía evitarlo y como te diste cuenta de mi tonta acción acercaste tu mano a la mía y me pellizcaste con suavidad por encima de la mesa.
- Es casi lo mismo, sólo que ya no nos escondemos de Katherine, ni de Bonn o Ald, sino del mundo entero
- Qué feo suena cuando lo dices así Beth
- Suena ridículo pero estamos a salvo
- Mira, - te sinceraste mirándome directamente a los ojos por encima de las gafas de sol, con tus ojos oceánicos que podían muchas cosas en mí - no soy el más romántico cuando hablo pero de verdad que te mantendría a salvo Beth
- Sabes, realmente no me importa lo que piensen ellos Ed, a la mierda - por un momento pensé que terminaríamos discutiendo.
- Tienes razón, a la mierda. Te reto Beth Salmon
No sabía a lo que te referías, no sabía lo que me estabas pidiendo. Me estabas tomando en mi cinco momentos de estupidez.
- Ed Sheeran retándome - susurré tu nombre, - mi novio retándome - qué intenso suena Ed, si lo digo en voz alta. Te acercaste a mi, por encima de la mesa, como si fueras a decirme uno de tus tantos secretos.
- Te reto a que te quites esas ridículas gafas de sol
Te miré por encima de las gafas para comprobar si hablabas en serio y me entraron muchas ganas de besarte, pero tú ya estabas más puesto que un calcetín sucio.
Te hice caso y me quité las ridículas gafas de sol y mis ojos verdes quedaron expuestos.
- Te reto a quitarte tus gafas también, aunque sean más bonitas que las mías - y sólo me deleité con tus maravillosos ojos y el reflejo de la luz hizo notar tus pestañas más rubias que pelirrojas.
- Quítate la gorra
- Sólo si tú te quitas ese feo gorro - arrugué la nariz y levantaste las manos como si trataras de poner tu inocencia en evidencia.
Nos los quitamos al mismo tiempo. Nadie nos miró y eso estaba bien.
- Sube las mangas de tu sudadera Ed Sheeran - se me escapó una risilla nerviosa y me di cuenta del miedo que tenía. Lo hiciste, tan casual.
Vaya forma de hacer oficial una relación con una super estrella del folk.
Por un momento volteamos a ver a nuestro alrededor y nos dimos cuenta que las pocas personas que habían, estaban en lo suyo, disfrutando el momento y sé que tanto tú como yo, nos sentimos libres, liberados.
Y eso también estaba bien.
En cuanto nos relajamos tuvimos nuestro 5 minutos de pareja normal enamorada, tú y yo sentados en Candies & Sugar planeando reunirnos con Bonn y Ald. Nos reímos mientras recordabamos las estupideces que hicimos ahí sentados los cuatro, tanto, que te quitaste el suéter y yo la bufanda porque habíamos entrado en calor. Cuando terminamos, nos levantamos y nos dirigimos a la barra para pagar. Recuerdo que me apresuré para ir afuera porque comencé a escuchar cuchicheos de un par de chicos que estaban a unas cuantas mesas de nosotros y mi séptimo sentido gatuno me decía que era sobre ti, incluso te abrí la puerta para que salieras conmigo (porque caballerosa y cordial siempre) y en cuanto salí un hombre comenzó a tomarme fotos sin vergüenza alguna y pensé en regresar adentro, pero me tomaste la mano para después abrazarme como si te importara un comino lo que estuviera pasando y me susurraste :
- Te reto a que me beses
Y te besé Ed, eternamente.
YOU ARE READING
Dear Ed: [Ed Sheeran]
Fanfiction"Querido Ed: ¿Cómo pudimos destruir está bonita amistad? ¿Ahora qué hago con éste corazón roto? Podría echarlo al caño, importarlo a China para que lo construyan de nuevo, ponerlo en una subasta esperando que alguien se apiada de él, tirarlo en es...