Nuestro cinco minutos de pareja normal enamorada

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- El otro día vi a la chica a la que le decíamos abejorro en la preparatoria - noté el esfuerzo que hacías para recordar de quién te hablaba exactamente.

- Ajá

- Venía saliendo del Centro de Rehabilitación para Alcohólicos.

- No

- Sí - me miraste por encima de las gafas de sol y asentí de nuevo.

- Para mi que iba a ser modelo o algo - te ajustaste las gafas. Reí por la nariz.

- Qué mala eres - pero igual y te estabas riendo.

- Y eso no es todo, - hice pausa y tomé un trago de mi milkshake - está embarazada

- Noooo - y negaste con la cabeza - ¿estás segura? No será que era su...

- Espera...

- Por eso le decían abejorro, ¿no?

- Pero se veía enorme

- Igual que en la preparatoria - te encogiste de hombros

- Oh, vaya - lo dije como si le hubiera encontrado el sentido a la vida - mierda

Nos miramos serios por unos segundos para después comenzar a reír en silencio porque no queríamos llamar la atención. Y cuando digo que en silencio fue porque comenzaste a ponerte rojisímo mientras me hacías un «shhh» mal formulado y yo sólo me inclinaba de tanto que me dolía el estómago mientras me limpiaba las miseras lagrimas con los dedos.

Una vez controlados soltaste un suspiro regresándonos a la realidad.

- Odio esto - dijiste de la nada.

- ¿Las milkshakes de nuez? - te dije mientras tomaba un sobrecito de azucar tratando de no acordarme de abejorro.

- El hecho de escondernos del mundo - te miré.

- Si te hubiese dicho que sí cuando teníamos diecisiete

- Dieciocho - corregiste y arrastraste mi milkshake para que pudieras probarla y comprobar si seguían manteniendo «el toque». Volteé los ojos y susurré un "lo que sea".

- ¿Crees qué lo hubiésemos hecho oficial? - me acomodé en el asiento y le di un mordisco a mi pancito - es decir, ya sabes, ¿que entraríamos de la mano todos los días a la escuela? ¿que nos besaríamos cuando se nos pegara la gana?

- Eso era diferente Beth, no me carburaba el cerebro en aquel entonces, yo sólo sabía que te amaba

Silencio. Sonreí porque no podía evitarlo y como te diste cuenta de mi tonta acción acercaste tu mano a la mía y me pellizcaste con suavidad por encima de la mesa.

- Es casi lo mismo, sólo que ya no nos escondemos de Katherine, ni de Bonn o Ald, sino del mundo entero

- Qué feo suena cuando lo dices así Beth

- Suena ridículo pero estamos a salvo

- Mira, - te sinceraste mirándome directamente a los ojos por encima de las gafas de sol, con tus ojos oceánicos que podían muchas cosas en mí - no soy el más romántico cuando hablo pero de verdad que te mantendría a salvo Beth

- Sabes, realmente no me importa lo que piensen ellos Ed, a la mierda - por un momento pensé que terminaríamos discutiendo.

- Tienes razón, a la mierda. Te reto Beth Salmon

No sabía a lo que te referías, no sabía lo que me estabas pidiendo. Me estabas tomando en mi cinco momentos de estupidez.

- Ed Sheeran retándome - susurré tu nombre, - mi novio retándome - qué intenso suena Ed, si lo digo en voz alta. Te acercaste a mi, por encima de la mesa, como si fueras a decirme uno de tus tantos secretos.

- Te reto a que te quites esas ridículas gafas de sol

Te miré por encima de las gafas para comprobar si hablabas en serio y me entraron muchas ganas de besarte, pero tú ya estabas más puesto que un calcetín sucio.

Te hice caso y me quité las ridículas gafas de sol y mis ojos verdes quedaron expuestos.

- Te reto a quitarte tus gafas también, aunque sean más bonitas que las mías - y sólo me deleité con tus maravillosos ojos y el reflejo de la luz hizo notar tus pestañas más rubias que pelirrojas.

- Quítate la gorra

- Sólo si tú te quitas ese feo gorro - arrugué la nariz y levantaste las manos como si trataras de poner tu inocencia en evidencia.

Nos los quitamos al mismo tiempo. Nadie nos miró y eso estaba bien.

- Sube las mangas de tu sudadera Ed Sheeran - se me escapó una risilla nerviosa y me di cuenta del miedo que tenía. Lo hiciste, tan casual.

Vaya forma de hacer oficial una relación con una super estrella del folk.

Por un momento volteamos a ver a nuestro alrededor y nos dimos cuenta que las pocas personas que habían, estaban en lo suyo, disfrutando el momento y sé que tanto tú como yo, nos sentimos libres, liberados.

Y eso también estaba bien.

En cuanto nos relajamos tuvimos nuestro 5 minutos de pareja normal enamorada, tú y yo sentados en Candies & Sugar planeando reunirnos con Bonn y Ald. Nos reímos mientras recordabamos las estupideces que hicimos ahí sentados los cuatro, tanto, que te quitaste el suéter y yo la bufanda porque habíamos entrado en calor. Cuando terminamos, nos levantamos y nos dirigimos a la barra para pagar. Recuerdo que me apresuré para ir afuera porque comencé a escuchar cuchicheos de un par de chicos que estaban a unas cuantas mesas de nosotros y mi séptimo sentido gatuno me decía que era sobre ti, incluso te abrí la puerta para que salieras conmigo (porque caballerosa y cordial siempre) y en cuanto salí un hombre comenzó a tomarme fotos sin vergüenza alguna y pensé en regresar adentro, pero me tomaste la mano para después abrazarme como si te importara un comino lo que estuviera pasando y me susurraste :

- Te reto a que me beses

Y te besé Ed, eternamente.

Dear Ed: [Ed Sheeran] Where stories live. Discover now