Capítulo 19.

2.9K 492 451
                                    

El hombre giró su cabeza hacia Darian y se quedó mirándole detenidamente de arriba abajo. De repente, quitó su pistola de mi cabeza y bajó el brazo.

—A ti te quería yo ver —le dijo dando un par de pasos hacia él.

—¿Nos conocemos? —preguntó el peliblanco alzando una de sus cejas.

El delincuente soltó una suave carcajada llena de sarcasmo.

—Darian —le llamé mientras cogía a Bobi del brazo y le ponía detrás mía.

—Tranquilo —me miró con una sonrisa—. No me da miedo este tío —llevó sus ojos hasta él.

—Es peligroso —dijo mi hermano preocupado, puesto que nunca habíamos podido quedarnos sin hacer nada.

Ni yo podía hacer un movimiento extraño, ni Bobi volverse invisible, ya que si lo hubiéramos hecho, yo no habría podido borrarle la memoria a Darian.

—Tú eres el chico que estaba con ellos en el atraco, ¿verdad? —quiso saber el hombre acariciando la cara de Darian con su pistola.

—Sí —respondió, mirando con asco lo que hacía.

—¿Sois muy amiguitos? —preguntó, señalándome con la mano que tenía libre.

—Eso a ti no te importa —gruñó, matándole con la mirada.

—Oh, claro que me importa —carcajeó en un tono desagradable.

—Cállate —masculló entre dientes.

Bajé mi mirada y pude ver cómo, Darian, apretaba sus dedos encerrados en un puño, produciendo un ruido con el cuero de sus guantes.

—Te he estado buscando desde que me escapé de la cárcel, ¿sabes? —dijo el gordo alejándose a un par de pasos de él.

—¿Por qué? —intervine por impulso, frunciendo el ceño.

—Si tan amigo tuyo es, me imagino que te conocerá bien —contestó en tono de amenaza, ignorando mis palabras, y sin dejar de mirar a Darian.

—He dicho que te calles —alzó un poco su voz.

—O si no, ¿qué? —rio—. ¿Vas a...?

El hombre no pudo terminar la frase, puesto que fue interrumpida por un puñetazo en la cara por parte del peliblanco. Cuando pensaba que eso había sido todo, Darian volvió a agarrarle del cuello de su camiseta y le dio un rodillazo en el abdomen, terminando con otro puñetazo en la otra mejilla, haciendo un sonido que iba a juego con los quejidos que el gordo estaba soltando.

—¡Guay! —exclamó Bobi contemplando la escena ilusionado.

Llevé una mano a la boca de mi hermano para tapársela, pensando en lo bien que nos vendría Darian para matar a la gente, y sonreí de lado.

El hombre puso su mano en la mejilla y se la miró después para ver si estaba manchada de sangre. Se acercó algo agachado a Darian, rodeando su barriga con uno de sus brazos, y se irguió para apuntarle con la pistola de nuevo en la sien.

—Ya me has hartado —masculló enfurecido—. Tú lo has elegido —dijo quitando el bloqueo del arma.

Vi cómo iba apretando lentamente el gatillo y, al contemplar la cara de Darian, la cual mostraba un estado de nervios que antes no tenía, me cansé. Rodé mis ojos, soltando un suspiro, y me acerqué por detrás al hombre. Le cogí del poco pelo que le quedaba e hice que la mano en la que tenía la pistola se quedase quieta. Lo separé de Darian y lo puse frente a mí.

LA SANGRE DEL HÉROEWhere stories live. Discover now