Capítulo 52: Flama

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Falling Slowly

Capítulo 52: Flama


Sus ojos se removieron dentro sus párpados y los abrió lentamente. Las cortinas no cubrían muy bien los rayos del sol que entraron a la habitación. TaekWoon todavía algo aturdido miró alrededor. Paredes a colores claros y mucha luz, pero ese aroma aséptico tan desagradable.

¿Dónde estaba?

Sus ojos con pesadez viajaron a un lado. Sobresaltó ligeramente al ver en esa pequeña mesa el celular de WonSik, la bolsa de tela de la vez anterior y a Flama sonriéndole como si estuviera en cambio en la cama de su apartamento.

El pelinegro entrecerró los ojos y sonrió con suavidad al recordar de golpe a su dueño con la mejilla estrujada contra su carita de dragón sonriente. Se estiró a alcanzar el peluche, pero a cambio soltó un quejido adolorido por el esfuerzo. Confundido se bajó las sábanas y se subió la bata hasta el pecho.

Un par de pequeños agujeros estaban a un costado de su estómago. Sus dedos palparon el tubo plástico que drenaba todavía sangre en uno de ellos, el otro estaba pobremente suturado. Siguió con sus ojos el tubo que acababa en una bolsa con sangre colgada a orillas del colchón. TaekWoon palideció y se cubrió con las sábanas.

Ahora reparó al resto de su cuerpo. Palpó los cables de suero y medicamentos que como una bandera colgaban en lo alto, deslizó las uñas a las curas de sus brazos y a los moretones violáceos por los pinchazos de jeringa. Sin poder verse en un espejo, usó su tacto para hacer lo mismo con su rostro lleno de parches y cremas.

En ese movimiento resintió el tubo dentro su cuerpo.

Sin lugar a dudas y por el dolor ser real, nada de esto había sido una pesadilla.

La puerta se abrió, apareciendo WonSik con un vaso de café. Sin embargo, no venía solo.

TaekWoon pestañeó al ver a MinYeong entrar detrás de él.

—¡Oh, ya despertó! —Sonrió su mejor amigo a pesar de las ojeras oscuras en su cara—. ¿Qué tal esa siesta de lirón? La enfermera me dijo que apenas lo hicieras te pusiera a correr para quemar esa hibernación —rio con su carácter relajado de siempre.

El hombre no respondió y miró a su hermana, quien se sentó en la silla donde WonSik debió haber velado por él durante toda la noche.

—¿Cómo te sientes? —preguntó tras una sonrisa tensa. Su cabello suelto a los hombros lucía fantástico, de no estar así, en esta situación, en este lúgubre contexto, le habría dicho lo bonita que era.

—¿Qué haces aquí? —respondió con ello. Volvió sus ojos adormilados al de tatuajes que sorbía su café—. ¿WonSik?

—Llamó a casa.

Frunció ligeramente el ceño, a lo que él acusado sólo encogió graciosamente de hombros.

—Tenían que saberlo —dijo antes de volver a su café—. Fuiste a cirugía, así que tenían que avisar.

TaekWoon miró al catéter que goteaba sangre tranquilamente dentro la bolsa.

—Tenías una hemorragia interna —informó MinYeong como si no fuera obvio.

—Lo siento... —Desvió la mirada y la enfocó mejor a sus manos cubiertas de vendas por los nudillos.

—No te disculpes. —Sus ojos parecían escupir palabras a mil por hora, aunque se mantuviera en silencio. Yeong y él tenían más en común de lo que a simple vista parecía. Finalmente, la mujer sonrió y estiró a acomodar su flequillo despeinado—. Aún con esos golpes... sigues siendo el niño lindo de la casa. —Acarició su mejilla tras descubrir su frente.

Falling Slowly (LeoBin, Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora