Capítulo 33: Un montón de regalos

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Falling Slowly

Capítulo 33: Un montón de regalos


El tic tac del reloj no sincronizaba con el latir acelerado entre las costillas. Sus manos empapadas de sudor se retorcían entre sus piernas con inquietud. A su diferencia, la serenidad de JaeHwan en abrir el paquete de galletas era envidiable.

—Toma, come —invitó con esa sonrisa afable de siempre. Vaciló unos segundos, a lo que el psicólogo insistió, acercándole más el empaque sobre el escritorio. Cabizbajo la tomó y mordisqueó— Sabes por qué estás aquí, ¿no?

—En realidad...

El psicólogo enarcó la ceja y se ajustó las gafas redondas al puente de su puntiaguda nariz.

—Faltaste a clases durante varios días —recordó, a lo que el chico asintió gacho con la galleta de chocolate entre los labios— Tu padre llamó varias veces para acá, buscándote —sus manitas tiritaron, quebrando la galleta— Dudamos si llamar a la policía —confesó.

—Yo... pues, JaeHwan hyung... —por más que pusiera empeño en inventarse una historia creíble, los ojos del hombre estaban clavados en su cara con una imperturbable sonrisa que le empeoraba todo.

—No hace falta que mientas. Ya lo sé todo.

—¿S-Sí? —titubeó.

La sangre se le heló.

Estaban perdidos.

El sueño de esa mañana con Hwang había atenuado la desolación en su corazón, comprendiendo que ahora estaba en un lugar mejor, por más que eso doliera.

Pero...

¿Y si perdía a TaekWoon también? ¿Podría soportarlo?

Le habían arrancado tantas cosas de las manos, desde el lujo, la comodidad hasta un futuro asegurado, y lo que más dolía era la infinidad de despedidas atropelladas que deseó hacer y no le dejaron.

HyeJa, SoRi y Hwang: se los habían arrebatado.

¿TaekWoon sería el siguiente? ¿Al menos les dejarían decirse adiós?

La galleta se hizo migajas dentro su puño trémulo.

JaeHwan se percató en su expresión turbada y suspiró. Abrió un cajón del escritorio y dejó la bolsa en medio de ambos.

—Toma, nos los envió. Tu mamá. —HongBin palideció y dudó de abrir la bolsa— Lo siento mucho, sé que es difícil pasar por estas cosas, pero sabes que cuentas con nosotros, conmigo, para ayudarte, ¿no? —le dijo bajito.

El chico parpadeó ofuscado y se lanzó a abrirla:

Su uniforme de colegio doblado con mimo.

—J-JaeHwan hyung —balbuceó, hurgando entre los pliegues de tela. Estaba su camisa, el pantalón, la ropa de educación física, hasta los zapatos y sus calcetines favoritos. Dentro de un zapato vio un sobre. Lo soltó antes de que el hombre se diera cuenta.

Llenó sus pulmones de aire y dejó la bolsa a su regazo.

Sea lo que fuera no podía estropearlo.

—Sé que es complicado pasar por el divorcio de tus padres, pero verás que a largo plazo será lo mejor —le sonrió más comprensivo.

—¿Q-Qué? —se le escapó en un susurro inaudible.

—La señora Lee nos contó que tu padre y ella habían decidido divorciarse y que... —tamborileó la madera con las yemas de los dedos— Las cosas no resultaron tan pacíficas como planearon —encogió de hombros— Ahora vives con ella, ¿cierto?

Falling Slowly (LeoBin, Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora