Capítulo 46: Hogar

34 4 3
                                    


Falling Slowly

Capítulo 46: Hogar


HongBin giró sobre el delgado colchón en el suelo en medio de un quejido adormilado. Los coreanos y los japoneses nacionalistas se caen mal entre sí, pero ambos comparten el mal gusto de dormir en el piso, pensó forzándose a entreabrir los ojos. Giró otra vez, esperando chocar contra la espalda de TaekWoon, aunque en cambio dio la vuelta hasta el frío suelo de madera blanda. ¿Qué hora era?

El chico se avispó por eso y se incorporó de codos en el suelo. Miró a los lados cuando voces afuera llamaron su atención. No era una conversación trivial a la hora de desayuno ni nada remotamente parecido. Sin embargo, no había gritos o algo así de delator. Pataleó las sábanas y gateó hasta la puerta corrediza, pegando la oreja para escuchar desde el pasillo hacia la sala de estar.

—Eres un egoísta —escuchó un hombre regañar con severidad. HongBin se inclinó aún más y se esforzó en descifrar aquella ronca voz—. Viniste de tan lejos y preparaste todo esto para tu sobrino, ¿para qué? ¿Para querer arruinarlo?

—La fiesta ya pasó —respondió apenas esa voz suave y taimada que conocía tan bien—. ¿Para qué hablarlo ahora?

—No iba a arruinar el cumpleaños de mi nieto por tu irresponsabilidad. Eso es lo que una cabeza de hogar haría: anteponerse él por sobre su familia —dijo el señor Jung. El corazón de HongBin latía entre sus orejas de los nervios, aún más cuando el silencio fue lo que se impuso esos perpetuos segundos—. ¿Cuándo vas a madurar, TaekWoon? —acusó sin alzar la voz, pero notándose su enojo a cada palabra—. ¿Qué es esto ahora? ¿Cómo se te ocurre traerme a un muchachito a la casa y decir que es tu novio? ¿Estás loco?

TaekWoon no respondió, escuchándose el ruido de tazas de porcelana en la mesa.

—...Por años guardé muchas cosas y eso me ha hecho daño —comenzó a hablar, lento y pausado, tal como había aprendido a hacer en la terapia para expresar cosas difíciles. Era complicado dejar el hábito de reprimir las cosas, pero intentaba mejorar las maneras a que estallar—. Hay muchas cosas que debí haber hablado contigo, pero no lo hice y ahora-.

—Deja tus problemas imaginarios para después y responde mis preguntas, TaekWoon —interrumpió irritado.

—No son problemas imaginarios —respondió, imaginando fácilmente lo tensa que tenía que estar su quijada—. No subestimes mi vida por ser más joven que tu —tuteó sin miramientos—. ...Si te hubiera importado, no habría acabado así.

—¿Así cómo? —preguntó con sorna—. Si te permití estudiar música fue para que por lo menos te hicieras famoso o letrista, algo menos patético que ser un mediocre que se coge a sus estudiantes —bramó, escuchándose la taza de café chocar sobre la mesa al volver a su lugar—. ¿Ahora cuál es tu excusa para ser un fracasado?

—Ver como se cogían a JinHo, ver cómo me cogieron a mi ahora —gruñó apenas entendible—. Este fracasado aquí tomará antidepresivos de por vida por tres hijos de puta, ¿y lo que más te preocupa es que no soy famoso?

—No tuerzas las cosas, TaekWoon. ¡No las tuerzas! —cuchicheó el padre.

—¿Antidepresivos? —la voz acongojada y confusa de la señora Jung sobresalió en la discusión. HongBin sintió el corazón quebrarse—. ¿Cómo que antidepresivos...?

Nuevamente la taza chocó con nerviosismo.

—Antidepresivos, lo que faltaba. —exclamó el señor Jung en voz baja—. ¿Cómo no te van a hacer esas cosas si andas en mariconadas, TaekWoon? ¿Ibas por ahí con minifalda y te raptaron acaso? —cuestionó con enojo—. Si te comportaras como un hombre no te pasaría eso.

Falling Slowly (LeoBin, Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora