Capítulo 20: Algodón de azúcar

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¡Hola! Ya terminamos la cita en este capítulo y de ahí volvemos a la trama general de la historia. Espero les haya gustado estos dos capítulos muy puros como para pertenecer a este fanfic(?).

No he querido hacer un comunicado como tal, pero he estado editando los primeros capítulos de esta historia. La razón es que, como algunos saben, empecé a escribir activamente por este fic tras tres años de inactividad y yeah, me he empeñado en mejorar mi escritura y esos capítulos iniciales tienen muchos errores de redacción. Aparte de eso y un par de diálogos no haré mayor cambio, y será solo del capítulo 1 al 6, los demás si siguen el mismo estilo que mantengo ahora.

Sin más que decir, les dejo con el fanservice, digo, el fanfic. Pero, ojo, aunque no lo parezca por ser tan relax, estos capítulos tienen partes claves que se desarrollarán después, así que atentos <3.

Disfruten y vivan el amor.

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Falling Slowly

Capítulo 20: Algodón de azúcar

Dentro del parque y alejado del bullicio había una especie de plaza vegetal con estanques y canalillos de agua prístina. Grandes peces koi disfrutaban del pan que arrojaban los niños boquiabiertos. Alrededor había jardines conectados por caminos de piedra, mesitas y bancos de madera para comer y reposar. A un extremo un par de tiendas de comida y recuerditos hacían vida en el apacible lugar.

—Antes había tortugas también —explicó HyunA. HongBin maravillado asomó al estanque artificial.

¡Juró haber visto uno de su tamaño! Eran enormes.

Una bolsita de pan y galletitas de sal golpeó su pecho.

—Toma —TaekWoon se la entregó.

Se la había comprado.

Sonriente la abrió y tiro un pedacito. Cinco peces saltaron del agua en batalla por la comida salpicándoles de agua.

—¿Te imaginas tener uno de mascota? —río y tiró más migajas. Se quería asegurar de que todos pudieran comer, aunque sea un poquito. TaekWoon observaba detenidamente alrededor. Niños se aglomeraban a mirar y competir en quien tiraba el pan más lejos y eso le hacía sonreír— Toma, dales pancito también —le dio un poco de pan en las palmas y volvió su atención a los peces. Rio al ver a uno blanco remover sus largos bigotes. Ese se parecía a él por sus ojillos rasgados— ¿Sabes...? —suspiró apretando la bolsa entre sus manos sudorosas— Estoy tan feliz por estar aquí —confesó— Es, es como un sueño... ¡mejor que uno! —sus grandes ojos brillaban igual que el estanque bajo el sol— Ojalá fuese para siempre... —chispearon de alegría— ¿Qué piensas? —no hubo respuesta, extrañado se giró— ¿TaekWoon?

Frunció el ceño.

—¡Oye! ¡No te comas el pan! —reclamó molesto— ¡Es para los peces! —le manoteó para que dejase caer la comida al agua. Los peces se abalanzaron contentos salpicándoles.

—Está rico —defendió chupando sus dedos. HongBin entornó los ojos.

—¡Oigan! —les llamó HyunA— ¡Miren esto! —bajaron los peldaños del estanque y se acercaron a la pareja que fisgoneaba una tienda ambulante.

—¿Qué es? —preguntó.

—¡Están rentando hanboks! —aplaudió entusiasta la chica— Como es feriado, seguramente... —releyó el cartel afuera con varias tarifas de precios y tallas— El traje más fotos en el estanque y por los jardines —señaló con el dedo la cantidad— Está genial, ¡lo veo razonable! —asintió y jaló del brazo de su novio.

Falling Slowly (LeoBin, Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora