Capítulo 45: Persecución

5.6K 518 38
                                    

A Alice le había costado convencer sus padres para que le permitiesen estar presente cuando tratasen de acabar con Harry Potter. Su madre opinaba que era demasiado peligroso, puesto que habría aurores, y no quería que sus hijos se expusiesen a aquello, pero finalmente, Ethan había logrado que les permitiese ir, prometiendo que irían juntos y alegando que eran mayores de edad. Sus padres habían aceptado, porque Ethan iba a ir y no podían hacer distinciones entre ambos siendo mayores de diecisiete años.

Los hermanos se encontraban volando sobre Londres, perdiéndose entre las nubes junto al resto de los mortífagos. A Alice, a pesar de no estar en el equipo de quidditch, siempre le había gustado volar. Le hacía sentir libre. Echó varias carreras con su hermano hasta que finalmente llegaron a su destino.

Los mortífagos se colocaron en círculo, a la espera de que apareciesen los miembros de la Orden, y también Harry Potter. Snape había dado información real que los hermanos Riddle Black habían comprobado, por lo que sabían lo que harían. Sabían que el chico saldría aquella noche de su casa y dejaría de estar protegido. Sin embargo, no sabían cómo lo harían, y sin duda tendrían planeada alguna estrategia.

—¿Cuantos crees que serán? —preguntó Alice a su hermano.

—Varios, supongo, aunque no demasiados, porque les costaría organizarse. Irán los mejores aurores que tengan: Tonks, Moody, Kingsley...

Sin duda aquellos eran buenos magos, aunque no tenían nada que hacer contra el Señor Tenebroso. No llegaban a su altura.

De pronto, los mortífagos vieron ante ellos cuatro escobas, dos thestrals y una motocicleta, con dos pasajeros por transporte. Debían de haber utilizado poción multijugos, dado había siete personas con el aspecto de Harry Potter. Alice se sintió frustrada. Ella había decidido ayudar a su padre, pero temía dañar a los gemelos, pues estaba convencida de que se encontraban entre los Harry Potter disfrazados. No podría utilizar, por tanto, la maldición asesina.

Rayos verdes comenzaron a volar de un lado a otro, y de pronto, todos se dispersaron. Alice optó por seguir a Remus Lupin, esperando que llevase al verdadero Harry Potter, mientras que su hermano fue tras Arthur Weasley. Varios mortífagos volaban junto a ella, lanzando maldiciones. La bruja lo hacía también, aunque no se atrevía a lanzar la maldición asesina. No podía arriesgarse a matar a un amigo.

Aumentó la velocidad de su escoba y se situó justo en paralelo a Remus Lupin mientras apuntaba con su varita.

—¡Desmaius! —gritó, haciendo que el hombre perdiese la consciencia.

La escoba, sin nadie que la manejase, comenzó a caer en picado, y Alice se lanzó tras ella mientras el pasajero, fuera quien fuese, trataba de retomar el control de manera desesperada, sin demasiado éxito.

—¡Alice! —gritó.

La bruja se dio cuenta de inmediato de que no se trataba de Potter, sino de un impostor, pues el Niño que Sobrevivió habría logrado retomar el control de la escoba sin necesitar ayuda. Era demasiado bueno volando, e incluso Alice debía admitir aquello. La bruja apuntó e hizo detener la caída de la escoba y sus pasajeros, aunque Remus continuaba inconsciente, sujetado por quien fuera que iba con él.

—¡No es él! —gritó a los mortífafos—. ¡Buscad al auténtico!

Detuvo un hechizo de Dolohov y fulminó a los hombres con la mirada por no obedecer la orden. Mientras tanto, la escoba de Lupin continuaba inmóvil, flotando solamente gracias al hechizo de Alice.

Ella fulminó a los mortífagos con la mirada, haciéndoles temer por un momento que les lanzase alguna maldición. Deseaba que se fuesen antes de que atacasen a los dos magos que viajaban sobre la escoba, detenida en el aire.

Los herederos de Voldemort  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora