Capítulo 13: Umbridge y secretos revelados

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Snape llevaba tiempo mirando a la chica, a la espera de que le contase lo sucedido en la mansión de los Malfoy. Había llegado a amenazarla con no permitirle salir del despacho hasta que hablase. Sin embargo, ella se había negado a dar ninguna explicación, para desesperación del profesor, quien comenzaba a comprender que no habría manera de sacarle información. Tal vez se pareciese demasiado a su madre y, en caso de que así fuese, no diría nada.

—Alice, la Orden necesita saber para qué has ido —comentó, con la esperanza de que recordándole que era miembro comprendiese cuál era su misión y obligación.

Pero la joven continuó sin decir nada, consciente de que debía ocultar la verdad. Si alguien llegaba a saber que era posible hacer volver a su madre por medio de un horocrux, tratarían de detener el proceso de alguna manera. Estaba segura de ello.

—Es algo confidencial —respondió—. No confío en ti, Severus. No sé si realmente es a la Orden del Fénix o a Lord Voldemort a quien apoyas.

Sabía que la lealtad de Snape estaba con Dumbledore, pero en aquel momento necesitaba una excusa para negarse a hablar, de modo que optó por poner la primera excusa que se le ocurrió.

Decidiendo que no permanecería allí más tiempo, se levantó y abandonó el despacho. El profesor no la detendría, ni la castigaría, pues para hacerlo tendría que dar explicaciones acerca de lo ocurrido, y no podía hacerlo.

Alice se había perdido ya las primeras clases del día, pero aún quedaba Defensa Contra las Artes Oscuras, con la nueva profesora Umbridge. Dado que tenía tiempo suficiente, pasó por su habitación para coger su mochila y sus libros, y después se dirigió a la clase. Sus compañeros estaban por el pasillo cuando ella les alcanzó. Un par de ellos la miraron, recordando no haberla visto en las clases anteriores, pero ninguno dio demasiada importancia al asunto.

—Alice —la llamó su primo Draco—. Estaba preocupado por ti... y Nott también.

—Estoy bien —le tranquilizó la joven.

Lo último que deseaba era que su primo y su novio comenzasen a preocuparse por ella. Pensó un momento en si decirle o no al rubio acerca de la manera de recuperar a su madre, y finalmente decidió que lo haría. Al fin y al cabo, también era la tía de él. Y Alice comenzaba a sentir que necesitaba alguien en quien confiar y con quien poder hablar en el castillo. La carga de los secretos que ocultaba comenzaba a ahogarla, y necesitaba poder hablar con alguien.

—Draco, ¿podemos hablar después de las clases? —le preguntó—. Hay algo importante que tengo que decirte. Y también necesito hablar con Nott.

Su primo la miró fijamente durante unos segundos para finalmente asentir, consciente de que la joven solamente diría aquello si se tratase de un asunto serio, de importancia.

Cuando entraron en el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, la profesora Umbridge ya se encontraba allí, sentada con una sonrisa tonta. Alice se sentó entre su primo y Theodore, quien entró en la clase poco después que ellos.

Umbridge comenzó a hablar con aquella horrible voz que tanto irritaba a Alice, obligando a los alumnos a decir "Buenas tardes, profesora Umbridge" como si de niños pequeños se tratasen. ¿Acaso no comprendía que estaba tratando con alumnos de quinto?

—Guardad las varitas y sacad las plumas, por favor —dijo la profesora.

Toda la clase supo desde aquel momento que sería una clase aburrida, y más aún cuando la profesora les hizo copiar los objetivos de curso que, al parecer de Alice, eran inútiles y absurdos. Después tuvieron que sacar el ejemplar de Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard, y leer el primer capítulo. Alice leyó la primera línea antes de decidir que aquello no le interesaba y que ni siquiera haría el intento de leerlo. Al fin y al cabo, ¿por qué iba ella a querer defenderse de la magia oscura si era precisamente la que le interesaba?

Los herederos de Voldemort  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora