Capítulo 19: Partido de quidditch

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Minutos después de despedirse de Ethan, un alumno de primero la buscó para hacerle saber que Albus Dumbledore deseaba verla. La bruja se apresuró a regresar al despacho del director, donde quedaban el mismo director y Severus Snape. Sus expresiones reflejaban la gravedad de lo que acababa de suceder, lo mucho que suponía que Ethan fuese su tutor legal. Alice no había esperado encontrarles tan preocupados.

―Alice, toma asiento ―invitó Dumbledore, sentándose tras la mesa mientras Snape continuaba en pie y la recién llegada se sentaba―. El hecho de que Ethan Riddle tenga ahora tu custodia legalmente es un asunto grave. ¿Eres consciente de lo mucho que ha cambiado la situación?

La joven negó con la cabeza. Era cierto que desconocía lo que aquel cambio, a su parecer no demasiado importante, implicaba.

―No, señor ―respondió con sinceridad.

―Alice, Ethan podrá sacarte del colegio cuando quiera, podrá obligarte a pasar las vacaciones con él sin que puedas ver a los miembros de la Orden, podrá controlar prácticamente toda tu vida ―le explicó Snape, mirándola fijamente.

―¿Por qué iba a hacer algo semejante? ―preguntó la bruja, quien no se había detenido a pensar en aquello antes―. Siempre hemos vivido juntos, con los Malfoy, y nunca me ha tratado mal. ¿Por qué iba a hacerlo ahora?

―Ethan Riddle no es como tú crees ―la interrumpió Snape, dando un golpe con el puño sobre la mesa de Dumbledore―. Hasta ahora puede haber sido bueno, pero ahora que su padre ha regresado y ha conseguido ser tu tutor, mostrará su verdadera cara. Alice, Riddle es peligroso, y tiene todo el poder sobre ti.

La joven asintió, actuando como si aquello realmente la preocupase. Comprendía la preocupación de Dumbledore y de Snape, dado que desconocían la relación de hermanos que les unía. Además, Ethan le había hablado de manera fría en público, por lo que seguramente los profesores imaginaban que siempre la trataba de aquella forma.

―Conocí a tu madre, Alice ―continuó diciendo el profesor―. Era una buena persona, al menos mientras estaba en el colegio. No puedo permitir que le ocurra nada a la hija de Elizabeth Black.

La chica se sorprendió al escuchar aquello, pues no sabía que su madre había conocido hasta tal punto a Snape. Sabía que se habían conocido por haber pertenecido a la misma casa en la misma época y por haber sido él seguidor de Voldemort, pero al parecer su relación había ido más allá.

―Es tarde; los papeles están firmados ―comentó la chica—. Pero sé cuidarme, y no permitiré que Ethan Riddle me haga nada.

Los hombres no quedaron demasiado satisfechos con aquello, pero no pudieron hacer más que asentir. Al fin y al cabo, no había nada más que pudiesen hacer una dado que, tal y como Alice había dicho, los papeles estaban ya firmados.

—Avísanos si tienes algún problema —comentó Snape, queriendo asegurarse de que la chica estaría bien y a salvo antes de permitir que se marchase—. La Orden podrá protegerte en caso de necesidad.

—No hará falta. Es posible que Ethan haya cambiado con el regreso de su padre, pero sigue siendo la misma persona con la que he vivido durante toda mi vida, y además sabe que tendría problemas si me matase, de modo que no lo hará. Mi madre era demasiado apreciada por su padre y por os mortífagos.

***

El primer partido de quiddich de la temporada fue entre Griffindor y Slytherin, las casas entre las cuales más competitividad había. Por una parte, Alice deseaba que los gemelos jugasen bien, dado que eran sus amigos, pero no podía evitar querer que fuese su casa la que ganase. Al fin y al cabo, apoyaría a Slytherin siempre y por encima de todo. Aquel día, Draco y sus amigos habían creado una canción que todos los de la casa de las serpientes habían aprendido rápidamente, una canción que se burlaba de Ron Weasley, el nuevo guardián de los leones.

Los herederos de Voldemort  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora