Capítulo 39: Vuelta a Hogwarts

6.2K 512 112
                                    

Tenía las ideas muy claras cuando regresó a Hogwarts. Tras haber hablado con su familia, sabía exactamente lo que haría con su vida personal. Por una vez, estaba tranquila, y no quería meterse en la lucha entre su padre y Dumbledore, sino que disfrutaría de lo que quedaba de curso.

—Astoria ha pasado unas buenas vacaciones —comentó Daphne, mirado significativamente a la menor.

La aludida le lanzó una mirada de odio mientras se sentaban en su mesa correspondiente en el Gran Comedor.

—Tienes envidia. Tú solamente podías pensar en Ethan. ¡No sabes hacer otra cosa!

Tanto Astoria como Alice rieron, pero en aquel momento, Draco se sentó a unos metros de ellas, y la menor de las hermanas dejó de reír para dedicarle una mirada mal disimulada que las otras dos pudieron captar al instante.

—Creo que a ti te gusta un rubio —comentó Daphne, riendo—. ¿En él pensabas cuando besaste a nuestro vecino? Ahora que lo pienso, también es rubio...

—¡Cállate! No me gusta Malfoy.

Alice rio aún más al darse cuenta de que una de sus amigas estaba interesada en su hermano y la otra en su primo. Aquello era cada vez más interesante. Las hermanas Greengrass eran atractivas, ambas delgadas y de facciones suaves, muy parecidas entre ellas. Estaba segura de que tenían posibilidades.

—Alice, ¿podemos hablar? —preguntó alguien a sus espaldas.

La bruja se giró para encontrarse frente a Theodore, quien parecía un tanto nervioso, pero seguro de lo que estaba haciendo. Asintió y se levantó para seguirle. En realidad, ella misma había esperado hablar con él, pues debían hacerlo. Salieron del Gran Comedor para tener intimidad, porque no querían tener aquella conversación delante de todos los alumnos.

—No sé si hice algo mal —comenzó a hablar Nott, como si hubiese pensado mil veces en lo que diría—. Pero, sea lo que se, me gustaría volver contigo, me gustaría tener una segunda oportunidad y...

La bruja no le dejó terminar. Tenía claro lo que deseaba hacer, y no quería que el chico hiciese esfuerzos y se pusiese nervioso cuando ya tenía una respuesta decidida. Quería que lo supiese cuanto antes.

—Sí.

—Espera, ¿qué? ¿Tú también quieres...?

Por un momento, se mostró confuso. Tal vez había esperado obtener una respuesta diferente. Pero poco a poco, una sonrisa comenzó a formarse en su expresión, y su mirada se iluminó. Alice no había sido consciente hasta el momento de que el brillo que siempre tenía en los ojos se había esfumado durante semanas y de que acababa de volver en aquel instante.

—Sí, Theo. No quise estar contigo para no perjudicarte, pero mi familia me ha hecho darme cuenta de que se acercan tiempos difíciles, y si algo ocurre, prefiero haber estado contigo y aprovechado al máximo.

El joven asintió, completamente de acuerdo. Al fin y al cabo, aprovechar el tiempo del que disponían, fuera el que fuese, comenzaba a ser el planteamiento de muchos magos durante aquellos tiempos.

—He tomado la poción Felix Felicis que me diste para hablar contigo —confesó—. Quería que todo saliese perfecto...

Alice rió. Comenzaba a comprender por qué se había puesto tan contento al recibir la poción y por qué no parecía afectado en muchos momentos. Él sabía que, gracias a la poción, volverían a estar juntos. Y mientras tanto, ella había llegado a sentir celos... Se sentía tonta en aquel momento, ¿cómo no se había dado cuenta antes?

—Debo decir que no te ha servido de mucho... iba a aceptar de cualquier manera.

—Pero necesitaba proponértelo, acercarme a ti. Y lo he hecho. Durante este tiempo, he comprendido que tratabas de protegerme y que por eso te alejaste. Mi padre también intenta protegerme. Pero estamos en sexto; no somos niños, y cada uno tiene derecho a tomar sus propias decisiones. Si quiero estar contigo, no me lo impidas por mi seguridad, Alice.

Los herederos de Voldemort  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora