Ruptura

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Xiao XingChen se escondió en un callejón y esperó a que los centinelas pasaran, esperaba que, con el olor de la basura del lugar, fueran incapaz de detectarlo. Un momento después, cuando los hombres se alejaron, salió corriendo.

Se había infiltrado al territorio del clan león. Mucha gente pensaba que, al ser un omega y el hijo del líder de los jaguares, fuera un chico mimado sin preocupaciones en el mundo, eso no era así. En realidad él sabía pelear, sabía tácticas de infiltración y de espionaje, sin embargo, nunca le interesó la violencia o usar sus habilidades para causar alguna forma de daño, por lo tanto, era un secreto entre él, su padre y sus maestros. Ahora todo ese esfuerzo había valido la pena.

Valdría aún más la pena si podía encontrar a Song Lan y aclarar las cosas con él. Necesitaba verlo, necesitaba hablar con él y hacerle entender, que él no le habría dado su cuerpo a ese hombre, que ahora sabía se llamaba Xue Yang, si el sujeto no hubiera estado usando su apariencia y, de alguna manera, su aroma.

Se escondió detrás de una esquina cuando escuchó voces de otros centinelas y esperó. Ya estaba cerca de la residencia del alpha. Así pues, cuando los hombres pasaron, empezó una loca carrera hacía su destino. 

Una vez fuera del edificio, se las arregló para trepar por un árbol cercano a la ventana de la habitación de Song Lan, había estado ahí muchas veces así que estaba seguro de lo que hacía. Se deslizó dentro de la habitación, la cual estaba a oscuras y olfateó, todo olía como Song Lan, así que fue difícil darse cuenta de inmediato que, de hecho, el hombre estaba justo detrás suyo.

-¿Qué haces aquí?- la voz dura y enfadada del león lo sobresaltó.

-Song Lan yo...- intentó explicar solo para ser interrumpido.

-¡No tienes permitido estar aquí!- la furia era clara en el tono del león, parecía que había tenido el tiempo suficiente para procesar lo ocurrido y su dolor se había convertido en ira.

Xiao XingChen se estremeció y retrocedió.

-Pero yo...- tenía que decirle, tenía que hacerle saber lo que había sucedido y si aún así Song Lan no lo quería, entonces...

-¡¿Es que no ha sido suficiente?!- preguntó el león -¿no te bastó con romper mi corazón? ¿porqué vienes aquí a exhibirte con el aroma de ese bastardo en todo tu cuerpo?- 

Xiao XingChen se sorprendió, entonces ¿era cierto que estaba marcado? pensó que lo había eliminado con un fuerte baño, se había equivocado.

-No, escucha Song Lan, por favor- suplicó, notando como el león se enfurecía más y más y empezó a acercarse a él, con esa aura de peligro que nunca antes había experimentado y la cual no le gustaba.

Siendo Song Lan el futuro líder del clan de los leones su aura era dominante, sin embargo, ahora, era tan espesa que Xiao XingChen se sintió en extremo miserable, sus rodillas flaquearon y tuvo esa necesidad de esconderse en algún lado. Aun así, intentó mantenerse fuerte, había ido a ese lugar decidido a contar la verdad ¿de qué serviría esconderse? Pese a su resolución sus ojos se llenaron de lágrimas que contuvo a duras penas.

-¿Es que acaso te parece divertido?- gruñó Song Lan cuando estuvo a un palmo de él, sus ojos volviéndose de color ámbar, dominados por el instinto del león de acabar con aquello que lo lastimaba y enfurecía.

-Song Lan... Song Lan, escúchame por favor- 

-¡YA HE ESCUCHADO SUFICIENTE!- si, para él escuchar como el jaguar, el hombre al que amaba con toda su alma, le declaraba amor a otro hombre justo después de haberle entregado su cuerpo... ese cuerpo que debió de haber sido suyo.

Take me homeWhere stories live. Discover now