Posesión

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Lan Wangji despertó con una inquietud en el pecho, no tardó en notar la ausencia de su pareja y su tigre de inmediato se puso en alerta.

Había cambiado sin darse cuenta por lo que no dudó en llamar a su compañero -Wei Ying- la falta de respuesta solo hizo que su inquietud aumentara.

No dispuesto a perder un solo segundo más se puso de pie y se apresuró a vestirse. Después de eso corrió de vuelta al instituto, por suerte sus heridas estaban mucho mejor ahora. 

Al llegar cerca de los edificios, un fuerte aroma lo golpeó. Era, sin duda, el aroma de su compañero, sin embargo estaba teñido con el acre olor del miedo.

Echó a correr, no tardó en encontrar un grupo de cambiaformas, todos ellos tirados en el suelo con serias heridas, parecían hechas por garras, sin duda producto de una lucha, unos cuantos estaban despertando y no parecían conscientes de lo que les acababa de ocurrir.

-Wei Ying- su pareja se había defendido, sin embargo también pudo oler la sangre y eso enfureció a su bestia, cualquiera que se atreviera a hacerle daño a su compañero, lo pagaría.

Sus ojos claros se volvieron dorados de furia y sus garras se extendieron al mismo tiempo que sus colmillos se alargaban en su boca con un solo propósito, rescatar a su pareja y eliminar a todo aquel que se interpusiera en su camino.

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Wei Wuxian estaba exhausto, no hacía mucho había tenido que lidiar con un grupo de cambiaformas, había luchado con ellos y también había salido herido. Ahora, se encontraba corriendo por su vida en el bosque que rodeaba al instituto. Si tenía suerte podría llegar al arroyo y perderlos ahí.

Sin embargo, él no era conocido por su buena suerte, no cuando se topó con un derrumbe que bloqueaba su camino. Dado que volver no era una opción, empezó a escalar. Su velocidad era buena, pero no fue nada contra un grupo de cambiaformas "hambrientos" contra una presa cansada. 

Una garra se aferró a su pata trasera y detuvo su avance, pronto, otra llegó y lo derribó al suelo. Cayó con un golpe duro al suelo y se apresuró a darse la vuelta, listo para pelear de nuevo. Sus perseguidores eran un grupo de cambiaformas mixtos, desde lobos y zorros a grandes felinos, incluso había un león presente. Y todos y cada uno de ellos estaban embriagados por su aroma por lo que estaba más que claro que no lo dejarían ir con facilidad.

Si tan solo hubiera tenido más cuidado. Sin embargo, no había tiempo para lamentarse, pelearía hasta el final. Así pues, no dudó en pelear contra el primero que se lanzó sobre, esquivó las afiladas garras y los fuertes colmillos, arañó y empujó, se escabulló pero no fue lo suficientemente rápido, una nueva herida sangró en su costado y otra más se abrió en su pierna. 

Cayó al suelo jadeando, lo sabía, no era posible que saliera de esa situación, no sin ser marcado y eso casi lo hacía reír, iba a ser marcado por alguien a quien ni siquiera conocía, sin embargo, lo peor de todo, fue cuando recordó a cierto tigre blanco. Eso era lo que más lamentaba, el no haber tenido la oportunidad de ser marcado por Lan Zhan.

El enorme peso del león lo derribó y por un momento el mundo se balanceo, la pérdida de sangre lo estaba afectando. Su mundo se cubrió de sombras justo cuando escuchó un potente rugido, antes de perder el conocimiento fue capaz de ver un destello blando y unos preciosos ojos dorados.

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-¡Lan Zhan!- cuando Wei Ying retornó al mundo de los vivos su pulso aún estaba acelerado, miró a su alrededor y no tardó en darse cuenta de que se encontraba en la enfermería del instituto. 

-Parece que por fin despertaste- la cortina a su derecha se abrió permitiendo el paso de su compañero de crianza -ahora si armaste un buen lío-

-Jiang Cheng- el jaguar aún estaba un poco desorientado, sin embargo, no tardó en comprender el significado de esas palabras. 

Take me homeWhere stories live. Discover now